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Aurelio es un ejemplo de superación

El joven no vidente toca 11 instrumentos musicales y ganó concurso de cuentos

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Aurelio es un ejemplo de superación
Aurelio Almonte Arias es hijo de Aurelio y Lucía, no videntes.
SD. Para quienes creen que tener una discapacidad es un obstáculo para que una persona se desarrolle y logre metas en la vida, igual que otras sin esta condición, el joven no vidente Aurelio Almonte Arias, de 21 años, es un vivo ejemplo, pues, como amante de la música toca once instrumentos, y aspira a tener su propio proyecto musical.

Nacido en la comunidad de Licey Al Medio, provincia Santiago, tiene también la particularidad de que es hijo único de Lucía Arias, de 40 años, y Aurelio Almonte, de 50, una pareja de no videntes del cual heredó esta condición.

Como ya habían pasado por el camino difícil que representa en este país vivir sin el sentido de la visión, sus progenitores, cuenta Aurelio, lo ayudaron mucho, pues nunca tuvo tropiezos, debido a que ellos se encargaron con esmero de él.

"Mis padres me ayudaron y me encaminaron en principio y, después, yo seguí y estudié por primera vez en la antigua Escuela Nacional de Ciegos, adonde llegué a los cuatro años y salí a los nueve", expresa con aire de satisfacción.

En esta escuela de educación especial, hoy Centro Nacional de Recursos Educativos para la Discapacidad Olga Estrella, ubicada en la Zona Universitaria, se alfabetizó y aprendió sus primeras nociones de música, al pertenecer al grupo de flauta. La pasión por la música le llegó desde que tiene uso de razón, y recuerda vagamente que cuando tenía cuatro o cinco años un vecino llevaba un saxofón a su casa y lo tocaba y desde esa edad decía que quería ser saxofonista.

Pero la pasión por la música no se quedó ahí, porque además del saxofón toca guitarra, piano, flauta, armónica, y en la línea de percusión domina la tambora, bongó, güira, maracas y la batería. Y como si esto fuera poco, estudia clarinete, con el que sumarían 11 los instrumentos musicales que toca.

En su comunidad comparte sus conocimientos musicales, donde, en su casa, instaló una escuela de música, en la que enseña guitarra, piano y flauta. Sumado a eso, ha tocado en varios grupos sin pertenecer oficialmente a uno de ellos.

Dice que tuvo la oportunidad de tocar una pieza, el año pasado, con la orquesta de Ruby Pérez, y ha estado en tarima con varios conjuntos típicos de Santiago, entre ellos, El del Swing, Ney Ortiz con La Fuerza y otros que no llegaron a lanzarse al medio.

Como si no se conformara con los 11 instrumentos que domina, piensa aprender a tocar el tiple colombiano, que explica pertenece a la familia de la guitarra, además de que aspira a tener su propio proyecto musical -una orquesta-, en un futuro no muy lejano.

Pasión por la literatura

Aurelio Almonte también es un apasionado de la literatura, lo que lo llevó a participar en diciembre del pasado año en el concurso de cuentos organizado por el Centro Nacional de Recursos Educativos para la Discapacidad Olga Estrella, en el que obtuvo un premio único en la categoría Cuentos para adultos. Almonte participó con el cuento "Lo que arrastra el río", del cual el jurado valoró el buen uso del lenguaje, coherencia interna y dominio de diversas técnicas narrativas.