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Expertos analizan los elementos de una futura reforma tributaria



Adriano Miguel Tejada: Bienvenido a este panel de lujo de Diario Libre para analizar las posibilidades, los efectos y consecuencias de una reforma fiscal integral en la República Dominicana. Para ellos hemos invitados un distinguido economista colaborador de Diario Libre, el doctor Gustavo Volmar y a tres de los principales expertos tributarios de la República Dominicana, el licenciado Edgar Edgar Barnichta Geara, el licenciado Fernando Canahuate y el doctor Juan Cruz. Con todos ellos bajo la dirección del periodista José Javier y Lissette Rojas conversaremos por un buen rato sobre las posibilidades de una reforma fiscal integral en nuestro país.

P: Muchas gracias por acompañarnos, y muchas gracias a todos. Me gustaría comenzar por una pregunta general. ¿Cuál ha sido la característica del sistema tributario dominicano para poder entender históricamente la base sobre la cual se edificaría una reforma fiscal integral?

R: Francisco Canahuate. Primero agradecer el hecho de compartir con amigos tan querido de tanto tiempo este momento. Realmente la República Dominicana ha tenido distintas etapas. A partir de 1962, en la época democrática, se inicia con la Ley 59-11, que era la famosa Ley de Impuesto sobre la Renta, que era por categoría, y eso coexiste hasta con los demás tributos, normalmente de tasa fija muy regresiva, y llega hasta la primera reforma importante que se ha hecho en el país en los últimos tiempos que es la del 1992. Con el advenimiento de la primera fase del Código Tributario, que tenía como propósito agrupar la generalizada legislación dispersa, y esto no se ha logrado. Más bien se ha regresado un poco en este proceso de ese primer paso importante.

En esa reforma del 1992 los ejes fundamentales fueron favorecer la reducción del impuesto a los asalariados. Se recuerda que la República Dominicana tenía dos huelgas por años en demanda de los trabajadores para que se le redujera el impuesto sobre la renta. A partir de entonces no se ha vuelto a hablar de eso porque se introdujo un nuevo elemento que fue el ajuste por inflación. De manera pues que en la medida que se va perdiendo el poder adquisitivo de la moneda y van subiendo los salarios simultáneamente, ha ido subiendo la exención contributiva de los asalariados. Esa fue la justificación moral de la reforma en ese aspecto.

Se redujeron las tasas impositivas en sentido general, tanto a las empresas como a las personas físicas y se suprimieron y /o redujeron los incentivos fiscales. Resultado en ese momento, la presión tributaria era un 10% y llegó a un 18% a la vuelta de 4 años. Para mi eso fue el primer paso importante, pero en lugar de continuar el proceso de reducción y simplificación del sistema tributario, lo que se hizo fue agregar nuevas figuras tributarias y un poco paralizar lo que fue la primera etapa del Código Tributario. Eso creo que puede ser como respuesta general.

Gustavo Volmar: Creo que ese planteamiento de Canahuate recoge perfectamente la realidad. Empezó una etapa de la simplificación y reducción de tributo que iba a aumentar la recaudación y en efecto así ocurrió. Pero luego se fueron añadiendo pequeños impuestos y se fueron haciendo enmiendas a los impuestos existentes que fue complicando el aparato productivo, y fue contraprudecente en el sentido de ampliar la base del contribuyendo, porque aumentó los incentivos a la evasión.

Edgar Barnichta Geara: La realidad es que tenemos un sistema tributario bastante complejo y complicado, muy desigual. Hay muchas exenciones, mucha desigualdad tributaria. Hay gente que aquí no paga un centavo de impuesto porque disfruta de todas las exenciones, mientras que hay gente que paga muchos impuestos.

Por ejemplo, los asalariados no han podido liberarse de la retención de impuesto. Están pagando algunos hasta un 25%, que es la tasa máxima, mientras no ocurre así como grandes empresarios, sin necesidad, porque a veces se pueden dar incentivos reales a ciertos sectores, pero el problema es que todos los sectores están lleno de exenciones. Incluso aquí hay sectores para la simple construcción, que por contrato tienen grandísimas exenciones de impuestos, creando desigualdad, entre aquellos que pagan y lo que no pagan, lo cual es irritante.

Pero además de eso se está creando una presión tributaria totalmente ficticia. Se habla de que tenemos quizás un 13% de la presión tributaria actual. Si hacemos un análisis formal, del cálculo de la presión tributaria sobre el Producto Interno Bruto y lo que se paga de impuesto, a nivel general eso es cierto, pero a nivel particular de aquellos que pagan no es un 12 ó 13%, es de un 25, 30 y llega hasta un 40%, si le vamos sumando los impuestos selectivos, los impuestos de Aduanas, aquellos que no se ven, y si le vamos sumando algunos tributos como Instituto de Formación Técnico Profesional (Infotep) y seguridad social, que hasta cierto punto es un seguro para el trabajador, pero es un impuesto para el patrono que lo tiene que pagar.

Entonces cuando hablamos de presión tributaria tenemos que tener un poquito de cuidado de entender que aquí hay gente que sí paga muchos impuestos. Entonces cuando hablamos de una reforma tributaria lo primero que hay que saber es lo que tenemos. Tenemos un sistema bastante regresivo, donde la clase pobre paga mucho, porque le retienen, pero también en término relativo a los salarios de ingresos que perciben. Como aquí hay muchos impuestos indirectos, a los alcoholes, cigarrillos, el ITBIS, los impuestos selectivos en sentido general, los impuestos de Aduanas, en cada producto que ellos consumen están pagando una parte importante de sus salarios.

Entonces todo ese sistema debe analizarse para ver dónde debe llevar una verdadera reforma fiscal. Eso en cuanto a los tributos, porque al hablar de la reforma fiscal lo primero que tenemos que estar claro es que no es una reforma tributaria, sino que solamente estamos reformando los tributos.

Al hablar de reforma fiscal integral lo primero que tenemos que plantear es qué necesita el Estado para subsistir. Y sí el Estado está gastando demasiado dinero. Por ejemplo aquí vemos la desigualdad que existe en las pensiones. Aquí hay pensionados que reciben RD$500 mil mensuales, mientras que un cañero se muere esperando una pensión de RD$4,000 o RD$5,000. Eso no es justo.

Los gastos de los funcionarios son excesivos. Los vemos en yipetas de lujo, con grandes dietas, sin contar con lo que significa el gasto no visto de la corrupción administrativa. Todo eso hay que analizarlo para ver qué realmente necesita el Estado, en qué debe el Estado ceder en cuanto a sus gastos y luego ver qué realmente puede dar la población como un verdadero pago de impuesto para satisfacer las verdaderas necesidades del Estado.

Juan Cruz: Pienso que es importante que el punto de partida sea la reforma constitucional. Porque si bien es cierto que la reforma constitucional se está contemplando desde el Estado social y democrático de derecho, también es cierto que ese Estado asumirá una nueva fisonomía. Inclusive hay una ley que crea el Estado Archipielágico, donde se contempla el territorio marítimo, el aéreo y el terrestre. Hay una institución recaudadora que se mantiene dentro del ámbito de la discrecionalidad, en lo que tiene que ver con la captación de recursos como es el caso del IDAD, Instituto de Aviación Civil, que si bien es cierto está sujeto a una cierta regulación de carácter o convenio federal, también es verdad que es un ente recaudador. Para usar una ruta del espacio aéreo es igual que un vehículos de motor. Pero esas recaudaciones hacia donde van. O igual la parafiscalidad. Por ejemplo, en el caso de la Junta Central Electoral, esas recaudaciones que son significativas hacia donde van. Esos recursos lo manejan esos órganos. Entonces habría que contemplar la posibilidad en una reforma integral que se tome en cuenta el alcance, por el asunto de la informalidad. En los países desarrollado el sistema tributario es de fácil administración, pues se trata de empresas que hacen transacciones, pero en el caso nuestro usted toma como ejemplo un servidor público y la concesión que tiene es que como se le descuenta el Impuesto Sobre la Renta (ISR) de su sueldo ya cumplió con la administración tributaria, pero ocurre que al margen de esa actividad pública tiene una diversidad de operaciones privada que entran en el ámbito de su declaración, pero ocurre que no declara porque entiende que está cumpliendo su obligación tributaria en cuanto se le descuenta por su sueldo.

Entonces pienso que para una reforma fiscal integral habría que tomar en cuenta el criterio del Estado al que estamos aspirando, de tal manera que reiniciemos los órganos y de ahí estamos hablando de los poderes. Es decir, el Gobierno central, el Poder ejecutivo, cuáles son las fuentes de recaudación. Ah bueno la tributaria. Tengo la tributaria y a partir de ahí puedo medir la presión tributaria. Pero eso es lo tributario solamente. Y que pasa entonces con los otros impuestos que no son de carácter tributario. Qué pasa con las donaciones que se le donan al Estado. Dónde están esos recursos, como eso se redistribuye. No hay indicadores para hacer esas mediciones. Y pienso entonces si la reforma fiscal es integral debe embarcarse y alinearse con la Ley 12 del mismo sobre Estrategia de Desarrollo, donde ahí se está hablando de la sostenibilidad fiscal. Cómo hacerlo. Hay los ejes que van a ser aplicado a el área de educación y al área financiera. De modo, que resumiendo, pienso que la reforma fiscal integral no puede ser un enunciado. Por ejemplo hay una comisión que está revisando la Constitución para ver cuáles son las leyes que faltan para completar ese proceso. Eso no se ha hecho. En el caso de los tributarios, las administraciones tributarias son los órganos a través de los cuales el contribuyente tiene que recurrir para lograr sus pretensiones. Pero la Constitución dice que se deben crear los tribunales de primera instancia en la materia tributaria y eso no se ha hecho, porque la Constitución dice que se requiere de una ley para eso. Y no se está haciendo nada. Ya no es lo tributario, es lo tributario y lo administrativo para que entonces se tenga una visión de Estado y que al momento de rendir cuenta se hable de Presupuesto Nacional y de un plan nacional como se contempla en la ley.

En resumida cuenta, la visión debe ser de Estado, en principios. Tomando eso como marco de referencia y en base a eso entonces examinar realmente que es lo que se da en término de recaudación.

Adriano Miguel Tejada: Se ha planteado algo importante aquí y para beneficio de nuestros lectores, hemos hablado de reforma tributaria, de reforma fiscal integral. Sería bueno aclarar que se ha hecho, las definiciones, el alcance de cada una de esas reformas brevemente para que la gente pueda entender ¿qué es una reforma tributaria, es un intercambio de impuesto? ‘¿ qué ¿qué es una reforma fiscal integral?

Canahuate: En el caso de una reforma fiscal integral abarca la generalidad de las finanzas públicas, ingresos y gastos. Entonces la gran distinción que hay entre la parte del gasto, y lo que he estado planteando, es la necesidad de la decencia en el gasto público y la prioridades de ese gasto sea realmente apreciada por la población como una retribución de lo que es su esfuerzo, de lo que es u pago. Eso conlleva una restructuración total en el ámbito del gasto público, que no es el tema nuestro.

En la parte de la reforma tributaria hay que distinguir entre lo que es una simple modificación a una ley subiendo o bajando tasas, suprimiendo algunos impuestos y lo que tiene que ver con una reforma tributaria pensada para la transparencia. El criterio que debe regir para una reforma tributaria debe ser sencillez, claridad y transparencia. Esto a veces da temor porque muchas personas no quieren transparencia, pero tenemos que definir que sociedad queremos. Si vamos hacia una sociedad transparente tenemos que ir hacia la simplificación. En la medida que agrego figura tributaria complico. Cada vez que estoy modificando una figura estoy creando dos problemas. Estoy disminuyendo los recursos de la administración para captar recursos en el sentido de que tengo que destinar esos recursos a capacitar el personal para ir a esa nueva figura tributaria que se está llevando a cabo, y estoy afectando los sistemas operativo de las empresas que ya tienen estandarizados sus procesos, y una figura tributaria puede hacérselo cambiar a un costo muy alto y que le crea serias dificultades. En eso no se piensa.

Yo en una ocasión sugería que la próxima reforma tributaria que se haga se dé un plazo mínimo de seis meses entre la aprobación y la entrada en vigencia, de manera tal que el contribuyente pueda tomar las medidas de precaución para adaptar su sistema y cumplir adecuadamente. Nosotros tenemos experiencia de reglamento que se han dictado, que tienen un gran alcance y a los tres meses se están sustituyendo y esto crea serios problemas tanto a la administración como a los administrados. Entonces lo primero que tenemos que definir es eso, qué país queremos. Un país caótico o transparente en esta materia. La tributación tiene una característica que hay que ajustarse a ello y son científicas, no es capricho.

Aquí por ejemplo hay impuesto a los cheques, pero el cheque no es un objeto de gravamen. Es un simple medio de pago. El impuesto por su propia naturaleza y definición debe tener un objeto de gravamen. Eso es una figura tributaria para recaudar. A qué contribuye, a la informalidad. Lo que hace la persona es que comienza a operar en efectivo y recurso que pudieran llegar al fisco no llegan o llegan disminuido y además crea un riesgo en la sociedad, porque en la medida que se maneja esa informalidad con esa cantidad de efectivo moviéndose en el circuito económico, en esa misma medida se corre riesgo hasta de la vida. Todo esto tenemos que replantearlo. Creo que hay que ir a dar el paso y a los amigos que no son amigos de la transparencia que hagan un ejercicio de también de conveniencia.

La otra parte es la equidad, en cuanto a que unos pagan altas tasas y otros están exonerados. Siempre pongo como ejemplo en caso de una maestra de escuela que en algún momento consiguió un solar relativamente grande y una casita que hoy vale más de cinco millones de pesos y tiene que pagar un impuesto a la propiedad. Sin embargo, yo como inversionista puedo comprar una villa de 10 millones de dólares y se me permite la exención del impuesto de transferencia, que es el primero que debería pagar, y durante diez años también la exención del impuesto a la propiedad. Creo que eso irrita a la población y ese tipo de cosa debemos de ponderarlo. Yo no soy enemigo de los incentivos, de lo que soy enemigo es la prostitución de los incentivos.

Gustavo Volmar: Yo quería añadir algo con el concepto de reforma tributaria y de reforma fiscal integral. Creo que hay que verlo en el contexto de lo que ocurre en la comunidad del país en general. No solamente de lo que ocurre en el sector público en lo que tiene que ver con ingresos y egresos, sino en cuanto a lo que queremos que sea el curso al cual se dirija la economía del país. Vemos hoy en día ha ido evolucionando la economía, en el sentido de favorecer al sector servicio, comercio, la intermediación financiera, bienes raíces, pero hay sectores que se han ido quedando rezagado, que son los que en un momento dado fueron las principales fuentes de divisas del país, que son industria, incluyendo la agroindustria, la agropecuaria y los sectores productivos que descansan en la utilización de recursos domésticos, tanto mano de obra como recursos naturales, y que generan un alto valor agregado. Eso ha ido cambiando, pero no porque alguien se lo haya propuesto porque aquí no hay un sistema de planificación central como ocurría en la Unión Soviética que tenían ese tipo de modelo económico. Ocurren porque la rentabilidad se ha movido en esa dirección. Hoy en día es más rentable invertir en un centro comercial, en torres de apartamentos de altos costos, que invertir en la agropecuaria, en manufactura y en generar artesanías y crear servicios productivos para exportación. El resultado es que tenemos un déficit en cuenta corriente que anda por mil y pico de millones de dólares al año, que hasta ahora hemos podidos sostener por una combinación de circunstancias: inversión extranjera, préstamos, hemos tenido renglones domésticos minerales que en algún momento nos han suplido y ahora tenemos la expectativa del oro. Pero yo creo que es un esquema que no genera la cantidad de puesto de trabajo que la economía demanda para el crecimiento de la oferta de mano de obra. Vemos una serie de indicadores sociales que son preocupantes como desempleo, pobre formación de recursos humanos, bajos niveles de salud, seguridad, etc.

Para mi la reforma tributaria, llámese integral o no, debe velar o enfocar un cambio en el esquema de rentabilidad para que la inversión privada se redirija hacia los sectores que pueden generar exportaciones y que pueden generar empleo y que pueden generar valor agregado nacional. Y eso tiene que acompañarse con un esquema de reforma que amplíe la base del contribuyente, porque con una informalidad y con los porcentajes en que nos estamos manejando, la equidad nunca se va a conseguir, porque si lo vamos a hacer es trabajar con el universo de contribuyente que ya existe, ya de por sí hay un elemento de inequidad y es que hay todo un sector que está fuera de eso, sea porque nunca ha se ha registrado como contribuyente o sencillamente porque hay mecanismo de evasión que son muy fáciles...

Viendo esa combinación del momento, cambio en el patrón de rentabilidad y la integración de elementos que puedan ampliar la base del contribuyente es que se debe enfocar esa reforma.

Pero yo me temo que las condiciones no sean propicias para eso. Porque estamos partiendo de una situación actual de déficit fiscal, que es casi insostenible. En los primeros tres meses fueron 33 mil millones de pesos. Bueno me pueden decir que fueron tres meses anormales, en el sentido que fue una época prelectoral y siempre hay un aumento del gasto, pero es un indicador preocupante, sobre todo porque ese déficit fue basado exclusivamente en gasto, no fue que cayeron los ingresos, los ingresos subieron un 14% con relación al año pasado. Lo que pasa es que los gastos subieron de manera extraordinaria y generaron un déficit que es un 83% superior al que hubo en los tres meses del 2011. Por más que se quieran reducir los gastos ahora, sobre todo que viene un nuevo Gobierno, con una gran expectativa de gastos y de inversión sobre todo, es difícil reducir gastos de la noche a la mañana.

Entonces pensar que es posible hacer una reforma fiscal integral, con el tiempo que eso conlleva, en cuanto a los cambios legislativos que hay que lograr, en cuanto a las modificaciones que hay que introducirles a los impuestos existentes y la creación de nuevos impuestos para sustituir otros, es quizás un poco quimérico, porque va a haber una presión tan fuerte de solucionar el déficit, que el ambiente no va a ser propicio.

Yo creo que esto hay que enfocarlo en dos etapas. Esto es como los pacientes que llevan a cuidado intensivo. Primero hay que estabilizar el enfermo, el pulso, la presión, el flujo y después que se estabiliza, entonces tratarlo ya para corregir la dolencia que subyace en su condición médica porque si se trata de hacer todo al mismo tiempo, no se valora bien y el enfermo probablemente va a entrar en una crisis y va ser peor que como entró a la sala de cuidado intensivo.

Canahuate: Ese es un enfoque interesante, pero no se puede ver como quimérico. Qué es lo que pasa. No estamos hablando simplemente de reducir gastos sino gastar en lo que se justifica en el marco de la decencia. De eso de trata y que eso tenga una prioridad donde el contribuyente se identifique con lo que el Estado está demandando para gastar, él entienda que se está dando un uso apropiado y entonces hace un esfuerzo adicional por pagar, eso en la parte del gasto. En la parte del ingreso, es una combinación lo que hay que hacer, y debe ser en lo inmediato, por lo menos el inicio del proceso. Modificar la tasa impositiva, y aquí quiero hacer una precisión: es que no es lo mismo hablar de aumento de tasa que de aumento de impuestos. Cuando hablamos de aumento de tasa puede haber una disminución de las recaudaciones, y el impuesto como tal no es lo que evalúa el flujo de la finanza pública, sino el ingreso derivado de los impuestos. Entonces lo que yo tengo que plantear es si mis recaudaciones pueden subir bajando las tasas y aumentando la base imponible cerrando exenciones e exoneraciones fiscales. Ahí es donde está, digamos, el quid del asunto. Si yo tengo claro eso voy a combatir tres cosas: la concentración del ingreso que la genera el nivel de exenciones y exoneraciones al gran capital que genera otro problema que es la creación de empleos informales, y de lo que se trata es de cambiar eso por empleos formales, Voy a tener también una demanda con claridad en el mercado, que va a ser medible en cualquier momento. ¿Cuál es el problema al día de hoy en la economía en el drama de los precios en el mercado? Que los informales arrastran a los formales a ser informales también. Entonces dentro de los formales se crea una informalidad. Entonces esto es un problema muy serio, no es simple cifras, no es simple estadísticas. Es que si yo soy una empresa organizada y tengo dos competencia informales que por no pagar Impuesto a la Transferencia de Bienes Industrializados (Itebis) y otros impuestos por no estar registrado pueden vender con un 20% por debajo de los precios a los que yo tengo, yo como empresa organizada lo que puedo hacer es salgo del mercado o entro dentro de la propia estructura de informalidad y compito entre formal e informal. Es un problema muy serio.

Yo entiendo que esa reforma debe pasar de manera conjunta, con una amnistía fiscal integral, con todos los impuestos y para los periodos más reciente, a un precio razonable, es decir, que le haga llegar recursos fresco al Estado inmediatamente, que le va a permitir un respiro porque la amnistía pone un plazo corto y no se da crédito. Entonces todo aquel que se va transparentar en su realidad se acoge a ese criterio, llegan recursos frescos de inmediato e inmediatamente se reducen las tasas y se bajan las exenciones y exoneraciones y el flujo del pago del impuesto crece.

Entonces, bajando las tasas impositivas crecen las recaudaciones. Y eso es una constante. Ha pasado aquí y en toda parte del mundo donde se ha hecho este tipo de proceso. El problema es que hay siempre sectores que piden aumento de las tasas impositivas, pero que a ellos no le toque. Entonces nosotros abogamos porque a cada uno de nosotros nos toque una porción de la carga para que sea equitativa la distribución de ese financiamiento al gasto público.

José Javier: Nosotros vemos como que estamos entrampados en esto de reforma fiscal integral. Se han hecho más de 17 reformas fiscales en los últimos años. Por cada año y medio, prácticamente, una reforma, entonces, ¿qué es lo que vamos a hacer frente a este problema?

Volmar: Yo quería aclarar algo de lo que estábamos hablando antes de pasar a ese aspecto. Yo estoy de acuerdo, yo lo que dudo es que, dado los apremios que hay ahora mismo en materia fiscal, se pueda el Gobierno y el país en sentido general dar el lujo de esperar los meses que eso lleva -por más rápido que se quiera hacer una reforma de ese tipo, toma meses- para tomar medidas fiscales que cierren la brecha o reduzcan del déficit fiscal que ya estamos teniendo, porque es insostenible.

El equilibrio se ha mantenido por medidas monetarias, no por medidas fiscales. Han sido medidas monetarias que el Banco Central ha manejado correctamente en términos de modificar las tasas de interés en el momento adecuado, manejar las reservas, pero eso tiene su límite, porque llega un momento en que la presión fiscal es tan fuerte a nivel del gasto total de la economía que sencillamente contenerlo implica restricciones que afectan el crecimiento económico, pero yo lo que planteaba es que se viese la reforma en dos fases, una primera, orientada a cerrar o reducir sustancialmente el déficit fiscal que existe en la actualidad, sea vía gasto, vía impuestos o una conjunción de ambos, y luego, simultáneamente si se quiere, un proceso ya de reforma más ecuánime, más ilustrado, más ponderado que evalúe toda una serie de aspectos que se han pasado por alto cuando se han hecho reformas.

LR: Ustedes hablaban de ampliar la base de contribuyentes, qué sectores ustedes identifican que se pueden integrar a la reforma fiscal

EB: Déjame primero agregar algo a la pregunta que han hecho. Lo que se ha hecho aquí en los últimos años, excepto como dijo Canahuate en el 92, es llenar parches. O sea, hace falta dinero para el Gobierno, dictamos una ley que aumente los impuestos, recaudamos X cantidad; a los tres años necesitamos más impuestos, hacemos una "reforma fiscal". Aquí no ha habido una verdadera reforma fiscal, ha habido reformas tributarias con el único interés, no de reestructurarrestructurar los problemas los problemas impositivos nacionales y hacerlos menos regresivos y más eficientes, sino únicamente para fines recaudatorios, para llenar todos los parches de gastos extraordinarios y abusivos que ha hecho el Estado. Tenemos que estar claros que la reforma fiscal verdadera nunca ha sucedido en este país, excepto en el año 92 que hubo un cambio bastante grande.

Ahora, yo entiendo lo que significa en este momento el grave déficit económico, financiero o fiscal, como tú quieras llamarle, que tiene el Banco Central y hasta las entidades como en Banco Central que tiene una deuda millonaria de 180 millones de pesos que algún día tendrá que pagarse. Yo entiendo que hay una necesidad urgente de buscar dinero. El problema es, como dice un dicho inglés: Si tratas de ordeñar a una vaca que no da leche te va a patear. Entonces, hasta dónde realmente este país puede seguir aguantando que le apliquen más impuestos a aquellos que ya están pagando impuestos. Entonces, llega un momento en que ya la gente va a reaccionar, entonces hay que tener cuidado con aumentar los impuestos para que no nos pase lo que pasó en el 84, cuando el gobierno de Jorge Blanco, con los cambios que sugirió el Fondo Monetario, con la entrada en vigencia del Itbis, con la prima del dólar que da un cambio. El país explotó.

Quién dice que no puede explotar en estos momentos. Entonces, si hay que buscar un dinero urgente, no lo busquemos cayéndole encima a aquellos que cumplen con su deber de pagar impuestos. Vamos a caerle encima primero a aquellos del gobierno que están gastando demasiado dinero, a aquellos que se han robado una cantidad enorme de dinero y hacerlos que, por lo menos, paguen algo de impuestos. Si tenemos que buscar como gobierno un préstamo internacional para cubrir ese lapso de tiempo, hay que hacerlo. Que venga un financiamiento de cualquier sitio, pero no podemos caerle otra vez a los que siempre pagan.

Yo estoy de acuerdo que esto toma un tiempo. Una reforma del Estado en cuanto a disminuir los gastos, toma tiempo; en cuanto a aumentar las recaudaciones impositivas, toma tiempo, excepto a aquellas que puedan ver, por ejemplo, una ampliación de la base del ITBIS, que ponen a pagar inmediatamente la ampliación del selectivo.

Yo estoy totalmente en contra de seguir subiendo las tasas impositivas. Yo creo que se puede hacer una reforma dejando la tasa del impuesto como está. Dejando la tasa del ITBIS, que es un 16%, como está. Dejando fuera la canasta familiar, porque no es posible que veamos aumentar las recaudaciones cayéndole encima a los menos pudientes. Ahora, aquí hay sectores, tanto sectores personales como son muchas empresas que disfrutan de grandes exenciones como sectores económicos productivos a nivel de mercancía que sí pueden estar gravados con ITBIS. Por ejemplo, yo no veo ninguna razón para que los gimnasios estén exentos de ITBIS, para que los espectáculos públicos que uno paga tres mil pesos para ir a un Teatro Nacional a ver una figura internacional, estén exentos del ITBIS, o mejor dicho, exentos de Impuesto Selectivo al Consumo, de un 10%. Hay de parte de la llamada canasta familiar que pueden pagar impuestos, por ejemplo, el café. El café puede pagar impuestos, pero poner a pagar los productos de la educación básica, el arroz y ciertos productos agrícolas de las clases desposeídas, yo creo que hay otra salida.

Si eliminamos gran parte de las exenciones a nivel personal y a nivel también de productos podemos conseguir un buen dinero y se puede conseguir un dinero rápido. Por ejemplo, los casinos, aquí los casinos no pagan Impuesto Sobre la Renta, aquí los casinos se ganan todos los millones del mundo y lo único que pagan es un impuesto sobre las mesas. Eso nada más existe en nuestro país, y así podemos identificar una cantidad enorme de productos que pueden estar gravados, de sectores que pueden gravarse y en base a estos las recaudaciones son inmediatas. Si disminuimos el gasto de manera inmediata también podemos conseguir algo y lo que falte lo buscamos mientras tanto con un préstamo internacional, si se consigue que hay que buscarlo.

Y estoy totalmente opuesto a la amnistía fiscal. Ya está bueno de estar incentivando a los ladrones de este país, y el que evade los impuestos es un ladrón, porque yo pago mis impuestos. Entonces, no podemos estar de que para conseguir dinero para el Estado porque hay una necesidad a aquellos evasores les estemos dando un incentivo, "págame un uno por ciento de lo que tú dejaste de pagar". No, no. Ya está bueno.

La administración tributaria tiene los suficientes pantalones para buscar, que no quiera hacerlo es otra cosa. Si conseguimos la información, a través del cruce de información con los bancos, a través de incremento patrimonial no justificado, podemos caerle atrás a esa gente y podemos decirle, "no me pagues los recargos pero págame los impuestos, que aquel los pagó también".

FC: El punto, como es directo, en cuanto a lo de la amnistía es que aquí nunca ha habido una amnistía fiscal y hay muchas cosas que están ahí que impiden la transparencia, entonces yo estoy planteando no para una coyonturacoyuntura, sino para un país, un estado en marcha. Yo aspiro a un país transparente completamente. Entonces, mientras haya dificultad con la aduana, mientras haya dificultad con subvaluaciones que están ahí, que son realidades, yo no puedo cerrar los ojos ante esas realidades. Si eso no se transparenta, todo lo que se haga, será volver al punto de origen. Por eso mi punto de vista es que haya una, pero de verdad, amnistía fiscal. Lo que ha habido en los casos anteriores es una transacción de "mira no te voy a fiscalizar y págame unos centavos". No se trata de eso, se trata de ponme todo en blanco y negro y este es el precio y a partir de ahora vamos a trabajar con reglas nuevas. Si se mantuvieran las tasas en los niveles actuales, tampoco va a haber éxito. Yo entiendo que hay que reducirla, porque lo que ha llevado la situación a los nvielesniveles actuales es precisamente en los niveles que las tenemos y la proliferación de figuras impositivas. En eso tenemos un criterio divergente, porque yo estoy planteando desde ahora y para el futuro. No estoy pensando en un periodo de gobierno ni en un cambio en un momento determinado, sino en un país organizado, en un país donde sus instituciones sean transparentes, las públicas y las privadas, porque no se trata solo del sector público, se trata del sector privado. Entonces, yo quiero vivir en un país donde la decencia prime. Que cuando el ciudadano dominicano sale del país se le respete como un ciudadano. Hoy día prácticamente es una vergüenza cuando una dama sale sola de la República Dominicana, la humillan en muchísimos países, porque a la sociedad dominicana se le han ido permitiendo situaciones de degradación moral y social que hay que parar, por eso es que planteo limpiar la casa y entonces comenzar a trabajar sobre esa base.

JC: Yo de entrada quiero reiterarles que pienso que el punto de partida y de referencia de la reforma fiscal integral debe ser el contenido de la Ley sobre Estrategia de Desarrollo, a partir de ahí, y tomando en cuenta los preceptos constitucionales y lo convenido. Porque, por ejemplo, como decía el licenciado, tiene que ser compartida la carga. No puede ser el Gobierno Central. Cuál es la función en este caso del Congreso, es la de crear los impuestos y decir dónde invertirlos, es decir, determinar dónde se van a invertir dependiendo de cuál va a ser el comportamiento de la economía, porque por ejemplo en el informe del Banco Central que es lo que se sirve, que la economía está creciendo, pero cuando usted hace el análisis desagregado se da cuenta que cuando le hablan de sector industrial estamos hablando de manufactura y construcción, pero qué construcción, la construcción del poder, del Ejecutivo, o sea, que no es la construcción como sector. De modo que hay que comenzar por esa distorsión y para eso hay que hacer énfasis en los conceptos, en la parte conceptual relativa no a la competitividad, porque en última instancia lo que se está buscando es la competitividad, es la productividad, es decir, qué le cuesta a un órgano del Estado, digamos una de las administraciones tributarias cobrar el impuesto, ese costo, y cómo llegara que esos niveles de productividad de manera gradual se vayan aplicando en las instituciones de tal manera que si se van a hacer transparentes seamos competitivos sobre la base de los criterios de productividad, comenzando por la productividad laboral. Es decir, aplicar el criterio.

Segundo, la función entonces del Congreso es la de fiscalizar, representar y legislar, pero la de fiscalizar no aparece; representa y legisla, pero entonces no fiscaliza. Esos conflictos que se dan entre los órganos del Gobierno Municipal y del Gobierno Central tienen que regularlo es el Congreso.

Yo pienso que esta cuestión de la reforma fiscal integral, más que un asunto de propuestas, se trata de pactos. Es decir, un pacto social donde intervengan todos los sectores y cada quien asuma su responsabilidad.

JJ: Pero hay un entrampamiento entre lo que quiere el sector privado. Por un lado los empresarios no quieren más aumentos de impuestos, pero por otro lado el Gobierno dice que necesita 140 mil millones y que ahí estaría incluido el 4% para la educación. Entonces ¿qué va a pasar?

EB: Pero eso se puede conseguir, claro todo el dinero no se va a conseguir a corto plazo, hay que estar claro en eso. Si tenemos que buscar un préstamo o cualquier otra alternativa distinta a seguir cargando a lo que siempre pagan, pues hay que buscarla, pero hay métodos. Cuáles son los métodos sin tener que aumentar las tasas impositivas, vamos a ampliar la base de contribuyentes con información. Vamos a poner un simple ejemplo del impuesto a la propiedad inmobiliaria. Aquí hay muchísima gente que tienen apartamento de 30 y 40 millones de pesos y no pagan el impuesto, y el apartamento está ahí, no se ha ido. Con que solamente la administración lo identifique es suficiente, entonces aquí la administración tributaria puede conseguir mucha información y puede caerle atrás. La administración tributaria sabe de la gente que, lamentablemente, se ha robado mucho dinero en este y otro gobierno, en el que fuere, y saben quiénes son los evasores y quiénes pagan y saben el informalismo que hay, pero también hay mucho amiguismo "a fulano no lo toquen". Entonces, la administración tributaria puede ejercer sus funciones y la está ejerciendo a medias. Con todo y que ha aumentado las recaudaciones y el trabajo muy bueno que se ha hecho tanto en Aduanas como en Impuestos Internos, está muy lejos de tener una gran cantidad de contribuyentes que satisfaga las necesidades del fisco, pero al mismo tiempo podemos ampliar la base, no solamente de los contribuyentes, si no de las exenciones que hay para quitar una cantidad enorme de exenciones. Eso no cuesta nada, eso es una ley. Eso es poner a pagar al que nunca paga. Eso se consigue. La disminución de las subvaluaciones en Aduanas con mayor control. Aquí se saben quiénes son los contrabandistas de bebidas alcohólicas. Ahí están los camiones llenos por todos lados y vienen de Haití y por todos lados. Aquí nada más hay que caer arriba, identificarlos.

JJ: Pero los empresarios no están de acuerdo con que les quiten las exenciones...

EB: En primer lugar, la gran cantidad de empresarios dominicanos no disfruta de exenciones. Aquí disfruta de exenciones el sector turístico y no todo el sector turístico. Habrá que ver. Yo lo que sugiero es que al sector turismo se le ponga un impuesto único, quizás de un 10% de los ingresos, a cambio de eliminar todos los otros impuestos. Eso es una idea para discutir. Lo que pasa es que hay tantas exenciones que tiene el sector empresarial que el país no puede seguir así. Quizás dos o tres no van a estar de acuerdo con que le quiten esas exenciones, pero en el fondo saben que el país no aguanta más, y todas las exenciones que se han dado de manera festinada hay que eliminarlas. Es que no se cumple con el derecho a la equidad y la igualdad cuando, por ejemplo, a dos supermercados que están uno al lado del otro uno está exento de impuestos y el otro tiene que pagar. Es que eso no puede seguir así, entonces hay mucho dinero que se puede conseguir sin aumentar las tasas impositivas. Vamos a gravar a los que no pagan en los sectores, o sea, eso no cuesta nada, eso es cuestión de administración eficiente y al mismo tiempo de una ley que reestructurerestructuré un poco nuestro sistema tributario. Por ejemplo, por qué el sector agrícola o dueño de una cantidad enorme de las tierras de este país no paga impuestos, se puede establecer un impuesto a los activos por tarea de tierra, por un impuesto a la propiedad inmobiliaria rural de su valor, pero no como instrumento recaudatorio solamente, que a lo mejor no recauda gran cosa, sino para obligar que las tierras baldías tengan que producir, porque cuando las tierras baldías tienen que pagar un impuesto obliga a su propietario a hacerlas producir para no pagar el impuesto. Hay lugares en el mundo, como el estado de Delaware, en Estados Unidos, que no pagan Impuesto Sobre la Renta, no se paga. Vive del impuesto a la propiedad inmobiliaria. Toda su estructura de financiamiento del gobierno es en base a ese impuesto y la propiedad está ahí. Todos los países desarrollados del mundo empezaron con el impuesto a la propiedad inmobiliaria rural. Aquí tenemos el impuesto a las mejoras en la ciudad, pero aquel que es el que verdaderamente tenemos que ayudar a producir, vamos a empezar por ahí. Usted tiene una tierra, vamos a ponerla a producir. Ahora, el Estado también tiene que saber que producir en el campo no es fácil....

FC: Yo quiero hacer dos aclaraciones en cuanto a la pregunta de los sectores, no estamos buscando sectores, sino fuentes porque sectorizar es una cosa y agrupar es otra. Cuando tenemos las exenciones del ITBIS hay un punto nodal. El ITBIS es un impuesto que juega un doble rol. Si actúa como fuente de recaudación y como fuente de información cruzada para el cumplimiento del Impuesto Sobre la Renta. En la medida que yo exonero el ITBIS estoy perdiendo el control del Impuesto Sobre la Renta, y por eso muchos sectores se niegan rotundamente a que le graven su producto. No es pensando en el consumidor, sino que como el ITBIS es un impuesto que se declara mensual, ya al final del año ya el fisco conoce cuál es su venta y cuál es su beneficio. Entonces, hay un problema con el Impuesto Sobre la Renta, que es a lo que se le teme cuando no se quiere que se grave el ITBIS. Entonces, hay por ejemplo el caso de los medicamentos, que nunca se han gravado con el ITBIS y es el producto que más ha subido. Entonces, el impacto del ITBIS no es el que le ha dado las alzas a los medicamentos.

No es que el sector agropecuario no paga impuestos. Lo que está es dispensando momentáneamente...

JJ: Me gustaría saber brevemente si cada uno de ustedes me podría responder si es inminente una reforma fiscal

JC: Yo no diría inminente, yo diría eminente. Es decir, puntualizando, estaría de acuerdo con la amnistía fiscal en los términos que lo plantea el licenciado Canahuate, en el entendido de que las anteriores han sido parciales. Se le ha llamado reformas fiscales, pero solo con un propósito. Y esa reforma fiscal, entonces, vendría con esa amnistía fiscal, vendría acompañada del concepto de elusión y evasión, con la condición de que hay que establecer penalidades para los asuntos que son de orden público. El tema de los impuestos es un asunto de orden público. No puede ser la reforma fiscal una simple medida para captar recursos. Es decir, la administración tributaria está diciendo que se están incrementando sus recaudaciones, pero cuando usted ve la estructura de las recaudaciones están envueltas en esos criterios, en moda, innovación, en fin, o sea, un círculo vicioso, entonces entiendo que se debe penalizar a ese contribuyente que debió declarar en una fecha y no lo hizo, eso no puede seguir siendo una sanción de tipo pecuniaria. Eso hay que reforzarlo de tal manera que eso haga que el contribuyente cumpla con el precepto constitucional, de manera que la evasión hay que separarla de la elusión. La elusión entonces sería los informales, los que no declaran. La amnistía fiscal iría orientada hacia allá, a aquella parte de la gente que está operando...como en el caso de la propiedad, como la gente que compra y no tiene un título....

Resumiendo, pienso que el criterio no puede ser una reforma tributaria, tiene que ser integral. Cuando se habla de presión tributaria estamos hablando solo de los impuestos, pero el resto de las recaudaciones hay que incorporarlas, hay que analizarlas por sectores. Creo que debe verse eso en detalle. Un análisis económico que me indique cómo está tributando cada sector y en esa medida se determine cuál es el sector que yo pretendo penalizar o cuál es el sector que la economía está demandando que asuma tal o cual. Por eso sigo indicando que la referencia debe ser la Ley sobre Estrategia de Desarrollo, porque es ahí donde está todo el grueso y ocurre que eso ya se aprobó y parece que ya como que se olvidó.

FC: Creo que la reforma es conveniente planteada en función de los parámetros de transparencia y sencillez. Eso son puntos nodales. Ahora, las recaudaciones nominales han subido, pero las recaudaciones en términos reales no han subido, han decrecido, esa es la realidad. Entonces, cuando nosotros estamos haciendo el planteamiento de la necesidad de crecimiento en las recaudaciones hablamos de la sostenibilidad en el tiempo y el hecho de que haya elementos que no están entrando en el cálculo de la presión tributaria, cuando hablamos del 18 al 13 actual es con la misma medición, es una reducción, una caída no hay duda de eso, porque no se trata de que usamos un método para llegar al 18 y ahora otro método para llegar al 13. Estamos hablando de que con el mismo método ha caído del 18 al 13%. Eso hay que revertirlo, pero hay que revertirlo distribuyendo equitativamente la carga entre los sujetos pasivos que tienen capacidad de pago, gran capacidad contributiva y que no está aportando lo que corresponde.

Otro elemento que hay que tomar en cuenta es que el Estado como tal aporta al Producto Interno Bruto, pero no es contribuyente, entonces pienso que en la medición de la presión tributaria el aporte del Estado al Producto Interno Bruto deberíamos excluirlo, para que se vaya viendo que no estamos ni en el 18 ni en el 13.

GV: Yo entiendo que va a haber una reforma, no sé si será integral o no será integral, pero va a haber una reforma por razones obvia de que algo tiene que hacerse para cerrar el déficit fiscal. Estaremos viendo un debate en relación con la energía eléctrica, que es quizás el elemento de gasto que más pesa ahora mismo por los subsidios que implica en ese déficit. Estaremos viendo un debate sobre exenciones que será bastante ...porque esas exenciones como las que afectan zonas francas, exenciones a los intereses bancarios, son indiscutibles en cuanto a si se pueden remover pura y simplemente sin que eso tenga una serie de consecuencias que a lo mejor no estamos previendo en estos momentos y no estamos cuantificando. Va a haber también una discusión bastante intensa sobre la productividad de los impuestos, cuáles impuestos pudieran eliminarse sin que tuviera mayores consecuencias y finalmente entiendo que habrá un debate sobre los gastos corrientes versus inversión pública, porque lo que hemos visto ha sido no solamente ha sido en estos últimos años un déficit fiscal en el sentido de un aumento de los gastos totales, sino que también hemos visto una preocupante disminución de la proporción que dentro del gasto público representa la inversión pública, que se ha ido nutriendo fundamentalmente de créditos externos especiales con esa finalidad y las fuentes de ingresos se han ido dedicando de manera creciente al financiamiento de los gastos corrientes. Entonces, dentro de esta discusión que habrá, habrá también un aporte importante de discusión de inversión versus gastos corrientes, sobre todo porque en estos primeros tres meses del año lo que más creció fueron las inversiones, porque por razones electorales el gobierno quería, evidentemente, concluir una serie de obras y una serie de cosas, pero también en la campaña se prometieron muchas obras y hay una serie de expectativas en ese sentido. Si se vuelve al tema anterior, en que el gasto corriente sobrepasó el 85 el 90% del gasto total va a haber también una gran insatisfacción. Yo creo que por ahí es que viene el debate de las próximas semanas y meses.

Edgar Barnichta: En algo estamos de acuerdo aquí y es en que el país necesita una reforma fiscal. Creo que eso ha quedado claro la necesidad, y yo diría que es algo imprescindible y debido a la realidad económica del país. Y si en algo ha quedado también en el aire aquí es que existen divergencias de ideas sobre la reforma fiscal que se necesita en el país, porque eso ayuda al debate y el intercambio de ideas podría hacer subir la chispa de una verdadera reforma fiscal donde si no estamos de acuerdo por lo menos podemos conocer la de la otra parte y aportar a la reforma.

Creo que las nuevas autoridades deberían desde ahora empezar a hacer algunos simposios invitando a personalidades que conozcan sobre impuestos, reforma fiscal y gastos, e invitando a todos los que conocen de materia tributaria para ver cómo podemos aportar todos y para que las nuevas autoridades tomen nota de lo que ellos entienden debe ser una reforma fiscal y entonces hagan una reforma más tranquila. Más estudiada y ese es el aporte que nosotros podemos hacer a esta reforma.