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Avenida Mella, un patrimonio de la ciudad a la espera de rescate

SANTO DOMINGO. Al recorrer a pie la avenida Ramón Matías Mella es difícil no pensar en tiempos mejores, a pesar de su decadencia, de sus edificios sucios y descascarillados, de las dificultades que hay que sortear al caminar por sus aceras, de los malos olores, del miedo a un atraco y del acoso de los comerciantes que tratan de atraer hacia sus negocios vacíos a los que pasan por sus frentes.

La otrora avenida comercial preferida de la clase media de la capital dominicana ha sufrido un revés, ha perdido su efervescencia y la multitud de personas que iba y venía en busca de novedades y de buenos precios.

En los últimos años han dejado de operar muchos negocios, y la situación de crisis se agudiza cada vez más, al punto de que es posible ver en una sola cuadra hasta cuatro locales cerrados exhibiendo letreros de "Se vende" o "Se alquila".

Completan el panorama los puestos de frutas y peleteras atendidas por nacionales haitianos que operan en las aceras, al igual que los buhoneros que arman sus tarantines de madera frente a las tiendas tradicionales, como  La Sirena. Y como si no fuera suficiente, muchos comerciantes también sacan al frente mercancías de sus locales.



Las razones del problema

Las razones que explican la falta de movimiento comercial en la avenida Mella, son diversas, pero una de las más socorridas entre las personas que frecuentan o trabajan en esta arteria tiene que ver con el deterioro progresivo de la zona, que incluye el mal estado de las calles y aceras y la poca higiene en el entorno, sobre todo detrás del Mercado Modelo, donde se observan con frecuencia grandes acumulaciones de basura, producto del comercio de frutas, vegetales y hojas medicinales.

También señalan entre las razones, la crisis económica que vive en el país, la falta de seguridad, la escasez de parqueos y las dificultades para transitar debido a la ocupación de los espacios públicos.

El surgimiento de nuevas plazas comerciales en diferentes puntos de la capital es también un motivo a tomar en cuenta, ya que las persona prefieren ir de compras y de paseo a lugares que les ofrezcan seguridad, comodidad, diversión y variedad de productos y servicios.



No llegan los turistas

Rafael Minaya, propietario de un local en el Mercado Modelo por más de 40 años, considera que el problema fundamental que los afecta es que ha bajado considerablemente el número de turistas que los visita, aunque también señaló que tienen muchas carencias y que el Ayuntamiento del Distrito no ofrece el manteamiento adecuado al mercado.

Minaya, quien segura que las ventas han bajado en el Mercado Modelo en más de un 50 por ciento, sostiene que tiendas y plazas de la Ciudad Colonial les ofrecen comisiones a los guías turísticos y éstos prefieren llevarlos allá. "Nos sostenemos, entre los meses de junio y agosto, porque vienen muchos jóvenes misioneros al país a pasar las vacaciones de verano y ellos se mantienen viniendo al mercado".

De su lado, Pablo Rodríguez, secretario general Sindicato de Guías Turísticos Oficiales de Santo Domingo, expresó que han decido no llevar a los turistas a la Mella y al Mercado Modelo porque lucen muy abandonados, con muchas tiendas cerradas y otras casi en ruinas.

"La insalubridad, el desorden y la inseguridad que imperan tanto en la avenida, como en los espacios internos del mercado y sobre todo en las calles de atrás, han hecho que los guías hayan ido descartando esta zona para visitas turísticas", manifestó.

Consideró además que con el remozamiento del Barrio Chino, la Mella ha caído mucho más en el abandono, porque turistas y dominicanos prefieren ir hacia esa parte.

Rodríguez indicó que cuando tienen que llevar turistas a comprar artesanías prefieren quedarse en la Ciudad Colonial, "donde hay bastantes tiendas y con buenos precios".



Recomendaciones para su rescate

Aunque la avenida Mella está sometida a un proceso de deterioro progresivo, para la arquitecta Mauricia Domínguez, presidenta del DocoMomo Dominicano, aún es posible su rescate si se realiza una adecuación urbana que dé prioridad al peatón, y si se crean reglas claras para el uso del espacio. También considera beneficioso restaurar sus edificios emblemáticos, incluyendo el que aloja al Mercado Modelo, que representa el principal atractivo de la vía.

Sugiere que la Mella tenga aceras más amplias, limpias, sin hoyos ni obstáculos, para que las personas puedan caminar, comprar y disfrutar del paseo, y que se establezcan normas que no permitan que se asienten vendedores ambulantes en los espacios públicos, además de construir un estacionamiento municipal de varios niveles para que los conductores no se vean obligados a estacionarse en la calle.

Favorece que sean restaurados los edificios que tengan valor patrimonial, y que se les impida a los propietarios a través de un reglamento hacer arreglos indiscriminadas para adaptar el inmueble a sus necesidades particulares, "porque hay que respetar las formas y el estilo de cada edificación para mantener sus valores, y dentro de eso tratar de buscar soluciones que respondan a la necesidades actuales".

En cuanto al Mercado Modelo, la profesional de la arquitectura indicó que aunque es un espacio con un gran potencial comercial y turístico, su uso se ha desvirtuado con los años, ya que los comerciantes que lo ocupan han colocados paredes y techos para individualizar sus locales, cubriendo por completo el cielorraso del edificio e impidiendo que se aprecie su concepto espacial.

Domínguez opina que rescatar este inmueble significa también atraer público hacia el Mercado Modelo, y por ende hacia la avenida Mella, porque es un edificio muy hermoso, con techo abovedado y balcones en el segundo nivel que dan hacia la nave central.

Dijo que se ha tratado de restaurar en varias ocasiones, pero que ha faltado gestión política, porque es un proyecto complejo que involucra a muchas personas y muchos intereses. Piensa que una intervención en el Mercado Modelo será posible cuando las autoridades quieran realmente rescatar el edificio y limpiar el entorno, sin importar que les cueste votos.

También sostiene que hay que hacerles ver a los comerciantes que con un mejor entorno tendrán más asistencia de público, sobre de todo de turísticas, a quienes por lo general les gusta ir a los mercados de los países que visitan, "pero para ello es necesario armar un ambiente higiénico, seguro y agradable".



Incentivar el turismo

El arquitecto Esteban Prieto Vicioso, experto en restauración de monumentos y director de la Oficina de la Obra y Museos de la Catedral de Santo Domingo, consideró que en los actuales momentos, con el interés que existe de aumentar la cantidad de turista que visitan el país, es pertinente recuperar y restaurar el Mercado Modelo, principal monumento y atractivo de la avenida Mella.

A su juicio, luego de su recuperación, el Mercado Modelo con una buena gestión podría hacer grandes aportes a la Ciudad Colonial y a la ciudad de Santo Domingo en general, porque agregaría un atractivo adicional a la zona.

Recordó que en casi todas las ciudades turísticas importantes del mundo hay mercados donde se ofrecen a los visitantes extranjeros no sólo la artesanía del país, sino también sus frutas, verduras y platos típicos, pero todo ello en un ambiente organizado, bien manejado y limpio.

Explicó que gran parte del patrimonio arquitectónico de la República Dominicano está construido en hormigón armado, y el Mercado Modelo forma parte de ese patrimonio, por lo que está a favor de que edificios como ese, que además exhiben una interesante arquitectura, sean estudiados, conservados y protegidos.



El nacimiento de una arteria comercial

La arquitecta Mauricia Domínguez explicó que la avenida Mella fue en principio un camino de tierra que se creó cuando la Ciudad Colonial comenzó a extenderse más allá de sus murallas. Fue un proceso que se inició a finales del siglo XIX, cuando la zona rural de Galindo (hoy Mejoramiento Social) empezó a urbanizarse y cada vez más personas iban y venían. Su primer nombre fue Capotillo, y la arquitecta Domínguez deduce que ya para principios del siglo XX estaba asfaltada, porque es la época en que las vías en Santo Domingo comienzan a ser sometida a este proceso.

A lo largo del camino, que corría paralelo a la muralla norte de la Ciudad Colonial, sostiene Domínguez, se levantaron construcciones que inicialmente dejaron libre una franja pegada al muro, pero con el tiempo se fueron adosando, y "se pierde entonces la vista de la muralla que queda embebida dentro de los edificios del lado sur de la avenida Mella".

De su lado, el arquitecto Cristian Martínez, director del Museo del Hombre Dominicano, sostiene que el camino que iba a Galindo era también la vía que tomaban las personas que se dirigían hacia el Este de país, en cuyas laderas se fueron asentando algunos comerciantes para ofrecerles mercancías a los viajantes.

Desde ahí inicia la vocación comercial de esta calle, asegura el arquitecto Martínez, la cual se acentúa cuando los primeros comerciantes libaneses instalan allí sus negocios por no encontrar espacio en la ciudad intramuros.

Después del paso del ciclón San Zenón, en el año 1930, es que la avenida Mella se convierte en una arteria comercial relevante, con dos estaciones de gasolina e importantes comercios.



Patrimonio arquitectónico

La arquitecta Domínguez considera que en la avenida Mella hay arquitectura de mucho valor y riqueza: una gama de edificios interesantes construidos en hormigón armado que rondan los 100 años, y que a su juicio deberían ser restaurados y considerados parte del patrimonio dominicano.

Señala que las edificaciones más antiguas levantadas en esta vía son art déco, estilo utilizado en las dos primeras décadas del siglo XX. La arteria también cuenta con edificios de estilos ecléctico y moderno, así como republicano, que son los que poseen balcones con balaustradas metálicas o balaustres prefabricados, cornisas en los techos y antepechos decorados.

La arquitecta experta en restauración sostiene que si se hace un recorrido por la Mella, se puede apreciar el valor de su arquitectura desde que comienza la vía. En su intersección con la calle Palo Hincado se levanta el edificio del Cuerpo de Bomberos de Santo Domingo, diseñado por los Arquitectos José Antonio Caro Álvarez y Guillermo González, en el 1944, el cual se considera una de las piezas más puras del modernismo de la ciudad.



Si se sigue el recorrido, manifiesta, se encuentran edificios tan importantes como el del Mercado Modelo, diseñado por el arquitecto Henry Gazón Bonó e inaugurado en el 1942, el cual tiene mucho de la arquitectura modernista, pero cuenta con elementos de estilos republicano y neoclásico. Es uno de los edificios más importantes del siglo XX, el cual posee la primera losa hiperbólica que hay en ciudad.



"A pocos pasos, deteriorado y abanado se observa el complejo del Lido, de estilo moderno, concebido para albergar tiendas y un cine, y no muy lejos, el cine Apolo, cuyo estilo art déco se observa en su fachada vertical y escalonada", explica Domínguez.



Entre otros edificios de la vía con valor arquitectónico mencionó el que aloja la tienda Prim, cuyo estilo representa un modelo local; Capotillo, que lleva el nombre que originalmente se le dio a la avenida, y el de la Casa Zaglul, edifico moderno que está frente al Fuerte de San Antón.