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La ONU preocupada por la discriminación femenina en el país

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La ONU preocupada por la discriminación femenina en el país

SANTO DOMINGO. La Organización de Naciones Unidas (ONU) emitió un comunicado con motivo del Día Internacional de la Mujer, en el cual se refiere a la lucha por la erradicación de la discriminación de esta y promueve la igualdad de género, a la vez que combate la violencia contra mujeres y niñas.

República Dominicana tiene el triste privilegio de poseer niveles alarmantes de violencia contra la mujer, y de feminicidios. En 2013, los niveles habían bajado en casi un 30 % con relación a 2012, pero que en 2014 nuevamente se dispararon, y en lo que va de 2015, según parece, los índices continúan altos.

La ONU recomienda en su comunicado acciones fundamentales para la autonomía de las mujeres.

A continuación el comunicado íntegro de la ONU:

 Comunicado del Sistema de las Naciones Unidas con motivo de la celebración del 8 de Marzo de 2015, Día Internacional de la Mujer

 Para este año 2015, la celebración del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, se realiza en un importante momento histórico para el mundo. Por un lado, se realiza en el marco de las Naciones Unidas la revisión de los 20 años de la Declaración de Beijing y su Plataforma de Acción, y por el otro, las naciones del mundo estarán decidiendo sobre la nueva agenda del desarrollo. 


El proceso de revisión a la implementación de la Plataforma de Acción Beijing+20, nos muestra que existen avances en diferentes áreas permitiendo la adopción de un marco normativo para erradicar la discriminación hacia las mujeres y promover la igualdad de género, así como combatir la violencia en contra de las mujeres y las niñas.

Las mujeres están alcanzando mayores niveles educativos, traduciéndose en mayor acceso al mercado laboral, aunque no así en mayor remuneración. En el plano de la salud, son inaceptables los niveles de mortalidad materna, embarazos en adolescentes o el poco avance en materia de derechos sexuales y reproductivos; así como la violencia contra las mujeres.

En materia de toma de decisiones y acceso al poder, las mujeres siguen estando excluidas. La baja inversión en igualdad de género es una de las principales barreras al progreso en todas las áreas.

En República Dominicana se han registrado importantes avances en los últimos 20 años. La nueva Constitución de la República consagra el principio de igualdad y no discriminación entre hombres y mujeres, así como la participación política igualitaria. Más recientemente, se ha aprobado la reforma del Código Procesal Penal, en el que se introducen importantes modificaciones relacionadas a los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres; a la vez que somos testigos de la creación de instancias especializadas en los tres poderes del Estado, así como en el desarrollo de instrumentos de políticas públicas y programas en materia de derechos humanos de las mujeres y del alcance de la paridad de género para la enseñanza primaria.

A pesar de los avances, todavía existen retos y desafíos. Una mirada al cumplimiento de las metas de los Objetivos del Milenio refleja que no se han podido reducir las desigualdades de género en la enseñanza secundaria. Asimismo, el tema de la mortalidad materna sigue estando a niveles más altos que el promedio de América Latina, y el embarazo en la adolescencia ocupa un lugar importante dentro de los retos que enfrenta el país en la última época, uniéndose a este el reto el de reducir las altas tasas de feminicidios.

A estos retos y desafíos, se unen otros tantos que han permanecido en la agenda por años, como los relacionados a los niveles de pobreza en los que viven las mujeres, la inclusión de las mujeres rurales al desarrollo productivo del país y más recientemente los desafíos en materia de protección y seguridad social y el diseño de políticas públicas que consideren el uso del tiempo de las mujeres, los cuidados, y potencialicen su rol productivo.

La revisión al cumplimiento de los ODM ha reflejado que la igualdad de género y los derechos humanos de las mujeres y las niñas son fundamentales para lograr el desarrollo sostenible, exigiendo una transformación de las normas sociales de discriminación y los estereotipos de género para lograr la igualdad y el desarrollo sostenible; asegurar la plena participación de las mujeres en la toma de decisiones, a todos los niveles; incrementar, significativamente la inversión en la igualdad de género; y fortalecer la rendición de cuentas para la igualdad de género y la realización de los derechos humanos de las mujeres y las niñas.

En el caso de la República Dominicana, esas áreas prioritarias se traducen en acciones fundamentales para las autonomías de las mujeres:

1) En materia de autonomía física, es imperativo adoptar una nueva ley integral para prevenir, sancionar y eliminar la violencia contra las mujeres y las niñas permitiéndoles vivir una vida libre de esta. Asimismo, es importante realizar cambios en materia de salud, mejorando la calidad de los servicios y aumentando el gasto público en salud sexual y reproductiva para eliminar la mortalidad materna y reducir los embarazos adolescentes.

2) En autonomía para la toma de decisiones, debe garantizarse el cumplimiento de la Constitución en temas tan importantes como la paridad igualitaria en el acceso a cargos de carácter electivo y designaciones administrativas. En este caso en particular, es necesario que el Estado promueva y garantice la participación equilibrada de mujeres y hombres en todos los niveles contribuyendo al ejercicio democrático del país.

3) En relación a la autonomía económica, se precisa garantizar el acceso a la seguridad social y universal para todas y todos; y avanzar en el diseño de políticas públicas de cuidado que fortalezcan el empoderamiento económico de las mujeres.

4) Finalmente, estas acciones solo serán sostenibles si se continúan implementando políticas públicas para la institucionalización y transversalización de la perspectiva de género. Esta transversalización debe reflejarse en la educación ciudadana, tanto formal como informal, en la producción de estadísticas específicas para políticas de género, y en asignaciones presupuestarias que permitan llevar a cabo lo programado.