Comerciantes de Santo Domingo Este en quiebra y sin respuesta

SANTO DOMINGO ESTE. Degustar un plato de comida criolla en el pequeño restaurante “El Buen Comer”, era una experiencia placentera ante la que pocos se atrevían a resistirse.

El pollo al carbón, era uno de los más solicitados por los visitantes que abarrotaban el local, en la avenida Presidente Hugo Chávez, antes de que se colocaran enfrente las palas mecánicas, camiones, tractores y todo tipo de maquinaria pesada que se utilizan en las excavaciones para la construcción de la extensión de la Línea 2 del Metro de Santo Domingo, que comunicará al Distrito Nacional y el municipio de Santo Domingo Este (SDE).

“Tengo que estar comprando camiones de agua para mojar el frente mío”, explica el administrador del negocio, Ángel Daniel Acosta, al mostrar las sillas, mesas y estantes del local cubiertas de partículas de arena, cemento y demás materiales de construcción, producto de los trabajos de las empresas contratistas.

Dice sentirse agobiado por varias entidades bancarias a las que acudió en busca de préstamos para montar el comedor, y a las que ahora no les puede dar la cara, porque no produce el dinero para saldar sus deudas, además de tener que despedir a varias empleadas.

“Estamos de acuerdo con el progreso, pero ellos no coordinan con nadie”, manifiesta Acosta, al quejarse por la mala coordinación que dice hay en los trabajos que se desarrollan a su alrededor desde la llegada de los equipos de la Oficina para el Reordenamiento Terrestre (OPRET), en marzo de 2014.

Este comerciante dice sentirse indignado por las declaraciones a la prensa el director de la OPRET, Diandino Peña, de que no habría posibilidad alguna por parte del Estado de compensar a los comerciantes por las pérdidas.

“La mayoría de nuestros negocios están quebrando o están en un proceso de ruina”, denuncia el doctor Rafael Vásquez García, vocero de los comerciantes de la zona afectados por la obra. Estima que un aproximado de 20 o 25 establecimientos han tenido que cerrar por las obras.

Afirma que antes del inicio de las obras “asistía entre 60, 100 y 150 pacientes cada día. Hoy estamos en una situación que si vienen 10 o 15 pacientes es mucho”. Vásquez García asegura que el costo operacional de su clínica es un millón de pesos al mes y que actualmente “no llega ni a cien mil”.

Demanda responsabilidad de Diandino Peña y Leonel Carrasco, director y subdirector de la OPRET, respectivamente, por la quiebra de algunos de los negocios.

Carlos Reyes