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La educación técnica mirará hacia la economía

Se reformula currículum para adaptarlo al mercado laboral

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La educación técnica mirará hacia la economía
Francisca Arbizu, profesora española, en entrevista con DL.

SD. El currículum de la educación técnico-profesional está en proceso de reforma. Se trabaja en una revisión de las carreras para dar respuesta a las necesidades sociales y económicas del país, que permita a más jóvenes emplearse, “y emplearse bien”.

El nuevo curriculum, según sus propulsores, tendrá títulos innovadores y carreras que no existían, agrupadas bajo el concepto de “familias profesionales”.

La propuesta está enfocada en dos niveles de cualificación: técnico básico, que tendrá 13 títulos, y bachillerato técnico, con 27 especializaciones. El técnico básico se hará en dos años, con un pronóstico de 1,800 horas de docencia, mientras el bachiller técnico será tres años y 4,800 horas de docencia.

El bachiller técnico comenzará desde segundo grado, contrario ahora en que se inicia en tercero.

La española Francisca Arbizu, experta en cualificaciones profesionales y formación, asiste a la Dirección Técnico-Profesional del Ministerio de Educación en esta tarea, en la que llevan ya cinco años. El resultado hasta ahora es la planificación de un total de “12 familias profesionales”. De ésas, seis ya están elaboradas, cuatro en proceso, y dos en la etapa de inicio.

“Tratamos de cubrir las necesidades en el trabajo técnico, que es donde más trabajo hay, a través de programas de formación del bachillerato técnico-profesional, pero también en un nivel más bajito, que es el del técnico básico”, explica.

Arbizu define una familia profesional como “un conjunto de títulos que tienen afinidad, se parecen, en cuanto a la competencia profesional de quienes desarrollan esos títulos”. Vale decir, que el término no es una innovación local, sino que ha sido usado en otros países, como España.

Las familias serán: Hotelería y Turismo, Informática y Comunicaciones, Industrias Alimentaria y Química, Agraria, Actividades Socioculturales y Servicios a la Comunidad, Administración y Comercio, Audiovisuales y Gráficas, Electricidad y Electrónica, Imagen Personal, Construcción y Minería, Instalación y Mantenimiento, Educación Física y Deportes.

Algunas de las carreras nuevas que están incluidas en estas familias son: asistente de veterinaria, atención a la primera infancia y a la diversidad (a la discapacidad), cuidado a personas dependientes y en riesgo, todas alineadas a la Estrategia Nacional de Desarrollo y a las metas del gobierno. También incluye minería y construcción, que son de sectores con importantes aportes a la economía.

“No es un asunto que se pone a escribir lo que se te ocurra en un programa de estudios. No. Es el Ministerio de Educación al servicio de la sociedad, y con perspectiva de futuro y proyección. No sólo lo que hace falta ahora, sino lo que va a hacer falta (en el mercado laboral)”, destaca.

El modelo que se ha adoptado en esta reforma está basado en una formación por competencias: incluye las competencias básicas del sistema educativo, como lengua, matemáticas, inglés, sociales, lo que conforma como el 40% de los estudios. Un 10% del tiempo se dedicará a competencias para la empleabilidad, es decir, dotar de herramientas al estudiante para que pueda emplearse; también se incluye emprendurismo, y un área práctica, a través de pasantías en empresas.

El desajuste actual

Según diagnósticos, el sistema educativo actual presenta un desajuste respecto a lo que se enseña y lo que demandan las empresas. “La cualificación siempre es del individuo… y así es que las sociedades están bien, cuando se ajustan las necesidades con las competencias que existen”, sostiene Arbizu.

Dice que cuando llegó en 2010, el propio sistema educativo técnico-profesional actuaba con carácter propedéutico, es decir, preparador para estudios posteriores, y esa -precisa- no es la finalidad. Considera que el sistema lo que está es frustrando personas.