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Contaminación
Contaminación

Aguas residuales, directo al Ozama

Cuando miles de residentes en Hainamosa e Invivienda, en Santo Domingo Este, descargan al sistema sanitario el agua de los baños, fregaderos, lavaderos y demás puntos de desagüe, ese líquido crudo, cargado de residuos contaminados, llega a un arroyo que lo conduce tal cual al río Ozama.

¿La razón? Está dañada e inactiva la planta de tratamiento que debe procesar esos residuos. Así también están otros siete sistemas, y las aguas crudas que pasan por cuatro de ellos -Vista Bella, Villa Pantoja, Villa Liberación y Puerta de Hierro-, también tienen como destino final el Ozama y su afluente el río Isabela, que recorren la ciudad capital.

Se estima que menos del 5% de la población de Santo Domingo cuenta con servicios de tratamiento de aguas residuales. Esto, porque en la actualidad existen 14 plantas en la ciudad, y solo 6 funcionan y apenas cubren el porcentaje citado, según lo establece el Plan Maestro de Alcantarillado Sanitario de Santo Domingo (PMASSD).

Varias de las plantas que están fuera de funcionamiento, de las que algunas como la de Villa Liberación contaban con tecnología moderna, fueron desmanteladas por desaprensivos.

Además de las aguas crudas provenientes de los sistemas infuncionales, los barrios ubicados en las márgenes del Ozama e Isabela vierten sus desechos sanitarios a una serie de cañadas que desembocan en estos ríos. Solo en el Distrito Nacional hay más de 13.

 

"Las descargas de materias fecales producen concentraciones de bacterias de origen fecal peligrosas para la salud de la población que vive en las márgenes del río […] Los niveles de contaminación fecal observados en la cuenca baja del río Ozama exceden la norma", concluyó un estudio realizado para el PMASSD.

Se estima que alrededor de 200 mil personas viven en más de 20 barrios que tienen como "patio" los ríos Ozama e Isabela. La mayoría de las casas están hechas de materiales débiles, como zinc, cartón, plywood o madera, y las condiciones higiénicas en su interior son precarias.

El doctor Guance Fernández, encargado de la Dirección Área II de Salud del Ministerio de Salud Pública, indica que la principal enfermedad con mayor factor de riesgo para esta población es la leptospirosis (influyendo las crecidas), seguida del dengue, el cólera y la influenza.

Por el trabajo de las autoridades -afirma Fernández- no se han reportado casos de leptospirosis este año en el Área II, que comprende unos 13 barrios ubicados en la margen oriental del Ozama; no obstante de dengue van 130 casos, siendo los niños los más afectados.

El doctor recuerda que fue en El Dique donde se detectó el primer caso de cólera en el país, cuando una paciente se infectó por consumir agua del Ozama. Según señala, río arriba, una comunidad donde residen inmigrantes haitianos, vertió heces fecales a las aguas. Fue así como en noviembre de 2010 se inició la epidemia con dos afectados, luego de una ausencia de 140 años en la isla. Para 2011 había unos 65 casos en brote propagado.

Fernández indica que con financiamiento privado, se hizo una jornada de limpieza y se logró eliminar el cólera de las aguas del río. Sin embargo, hay otro factor de riesgo: la ameba, que se puede adquirir por consumo de agua contaminada.

El informe "Políticas tarifarias para el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio", elaborado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), alerta que "en los países de América Latina y el Caribe, un 3% de la pérdida de años de vida ajustados en función de discapacidad se debe a las deficiencias de los servicios de agua potable y saneamiento" y "en algunos países de la región ese impacto llega al 7,7%".

El consultor ambiental, Roberto Castillo Tió, indica que las poblaciones a orillas del Ozama e Isabela están propensas a ser parte de esos porcentajes, y entiende que el Estado debe invertir más en políticas de saneamiento y agua potable.

 

¿Cuánta contaminación hay?

La Dirección de Calidad Ambiental del Ministerio de Medio Ambiente reporta a DL que tiene registradas cinco empresas ubicadas en las márgenes directas del Ozama e Isabela; tres de ellas con permiso ambiental al día y dos en proceso de evaluación.

Sin embargo, a nivel macro, el Resumen Ejecutivo del Proyecto de Restauración y Manejo Integral de las Cuencas Altas de los Ríos Ozama y Haina, presentado en agosto de 2011 por Medio Ambiente, indica que en la cuenca del Ozama funcionan 1,550 industrias "donde se observa que la mayoría no dispone de sistemas de gestión ambiental y ni siquiera tienen un comité ambiental".

Para el Plan Maestro de Alcantarillado de Santo Domingo se hizo un estudio entre agosto y septiembre de 2010 para el que se tomaron en cuenta 18 industrias esparcidas en la ciudad, con influencia en el Ozama e Isabela. Los resultados demostraron que la mayoría "todavía no cumple con las normas de descarga establecidas" por Medio Ambiente, "independientemente si estas vierten sus aguas residuales a aguas superficiales, al subsuelo o al alcantarillado sanitario".

Según la Dirección de Calidad Ambiental de Medio Ambiente, "las empresas que cuentan o no con autorización ambiental están obligadas a controlar sus emisiones al aire, agua o suelo; por mandato de la legislación ambiental nacional".

La cañada de La Zurza, que desemboca en el río Isabela, recibe la mayor descarga industrial de todos los desagües, señala el Plan Maestro. A esta situación, se suman también los lixiviados que desprende el vertedero de Duquesa.

Un estudio de las aguas del Ozama entre 2010 y 2011 realizado en el marco del Plan Maestro arrojó que las concentraciones de nitrógeno total y amonio en las aguas abajo del río, después del puente flotante, se encuentran por debajo de lo esperado y todas las concentraciones de metales pesados están por debajo de los valores ambientales regulados. También los valores de coliformes fecales y E. Coli fueron mucho más elevados que los valores presentes en el mar.

"Las altas descargas de materia orgánica en algunas cañadas han reducido el oxígeno disuelto en el río Isabela, lo que produce espumas flotantes, producción de gases como metano y sulfuro de hidrógeno", también destaca.

Cuando DL le preguntó a José Manuel Polanco -quien tiene sus 22 años de edad residiendo en La Ciénaga- cómo la gente sobrelleva el vivir en las márgenes del río, entre contaminación y enfermedades, respondió: "Son de pila y corriente".

 

RD$264.5 millones para resolver el problema

El PMASSD abarca una inversión de US$612 millones para beneficiar a más de 4.8 millones de personas que se proyecta vivirán en Santo Domingo y su provincia en 30 años. Contempla reparar antes de 2015 las ocho plantas de tratamiento dañadas y darle mantenimiento a las cuatro que están en operación, a un costo de RD$ 264,547,764. La meta es que con estos y otros trabajos, entre 2030 y 2040 se alcance el 80% de tratamiento de las aguas residuales dentro de los límites de las demarcaciones que abarca el proyecto.

A partir de esos años, varias plantas de tratamiento se prevén conectar a uno de los sistemas de recolección mayor que contempla el Plan. También se tiene pautado trasvasar una parte del caudal generado en el Distrito Nacional a Santo Domingo Norte, mediante una estación de bombeo, para luego transportar los caudales sanitarios hasta una planta de tratamiento en La Zurza (para 2030), ubicada próximo al parque Mirador Norte.

Aunque se necesita que el Gobierno y el Congreso Nacional aprueben las diferentes fases del Plan Maestro, se hacen los aprestos para que el Ministerio de Economía y los legisladores conozcan primero la solicitud de financiamiento internacional de US$ 250 millones para la planta de tratamiento de La Zurza y otro sistema en Guajimía, que son los más prioritarios.

"Si se pone a funcionar esta planta de La Zurza, más todas las que estamos reparando, podríamos decir que se elimina la contaminación en el río Ozama en un 90-95 por ciento", asegura esperanzado el ingeniero Milton Torres, encargado de la Unidad Ejecutora de Proyectos de la Corporación de Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD).

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