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La época de los charamicos

Vendedores aseguran que la gente prefiere decoraciones artesanales en Navidad

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La época de los charamicos
El puesto de charamicos del comerciante Ramón Rincón.

“Lo primero es que lo artificial sale más caro. Lo segundo, es la tradición... la gente no come cuento con sus charamicos”.

La alegre expresión es del comerciante Ramón Rincón, quien con 36 años en la elaboración y venta de estas llamativas creaciones navideñas, dejó sentir sus ansias de vender todos los artículos confeccionados.

Ramón se une a un grupo de comerciantes que, desde mediados de octubre hasta finales de diciembre, abarrotan aceras de la avenida Winston Churchill para comercializar las coloridas figuras.

Árboles, conos, venados, estrellas, ángeles, burros, bolas, coronas y otros diseños artesanales, hechos a base de madera, ramas de olivo y bejuco, se exhiben desde el pasado diez de octubre en esta concurrida arteria comercial del Distrito Nacional.

“Es que los charamicos ponen la alegría en la Navidad, porque dan un toque diferente a las decoraciones artificiales”, comentó, sin descuidar el paso por la acera de potenciales compradores.

Este comerciante está seguro de que, contrario a años anteriores, las expectativas de ventas serán superadas. Así también lo consideraron otros vendedores de charamicos consultados por Diario Libre.

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Infografía

Tal es el caso de Luis Manuel Sánchez, cuyo padre se ha dedicado a la fabricación de charamicos desde que tiene uso de razón.

“Los pocos días que hemos estado aquí han demostrado que se calentarán las ventas. La gente se para y pregunta precios. La gente está cansada de decoraciones artificiales. Esto es lo tradicional, con pintura de agua y escarcha”, manifestó.

La vendedora Elia Polanco se mostró convencida de que los charamicos no pueden compararse con adornos “postizos”.

“A la gente ahora le gusta el toque que le damos a nuestras artesanías. Es tan buena la demanda que personas han encargado para llevárselas fuera del país. Desde hace dos meses venimos elaborando con mucho cuidado todas las figuras”, opinó contenta.

Elia consideró como una buena señal que transeúntes y conductores se detengan durante el mes de octubre a cuestionar el costo de las creaciones.

Otra de las vendedoras en la avenida Winston Chuchill es Farida Pujols. Su padre se dedica a la elaboración de estos adornos navideños desde que era una niña.

“Ofrecemos una decoración totalmente diferente. Nacimientos de Jesucristo muy originales. Los clientes nos han preferido porque las decoraciones artificiales son más costosas... el típico pino verde comprado en las tiendas”, argumentó.

Las expectativas de buenas ventas mantienen entusiastas a estos vendedores que, dijeron esperar el apoyo de todos aquellos que creen en el “espíritu” de la Navidad.

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