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Contrabando de cigarrillos, delito sin sanción judicial

Solo entre 2013-2014 Aduanas incauta 7.8 millones de unidades ilegales

Contrabando de cigarrillos, delito sin sanción judicial

SANTO DOMINGO. "Dame un cigarrillo", pide el cliente. "¿Un haitiano?", le pregunta la dependienta del colmado. "Si", responde. La proveedora le entrega dubitativa un cigarrillo L&M vendido legalmente en el mercado dominicano. "Pero ese no es haitiano", le reclama el comprador. La vendedora entonces busca sigilosa debajo del mostrador el cigarrillo de manufactura haitiana Comme il Faut, contrabandeado y comercializado libre de impuestos en República Dominicana a RD$5 la unidad, es decir, RD$2 y RD$4 menos que los de marcas autorizadas.

En Santo Domingo, las ciudades fronterizas y del sur, y en otras demarcaciones, los cigarrillos Comme il Faut y Point, las únicas marcas de este rubro producidas en Haití, se venden abiertamente, a pesar de que Comme il Faut Company, con sede en Puerto Príncipe, confirmó a este periódico que no los exporta a República Dominicana.

La Asociación Dominicana de la Industria del Cigarrillo (Asocigar) se queja de que estas marcas se suman a otras 20 contrabandeadas en su mayoría vía Panamá, cuyos países de origen son China, La India, Francia, Tailandia, Alemania, Estados Unidos, Inglaterra, Rusia, Ucrania y otros, y de que los contrabandistas no reciben el peso de la justicia.

Las marcas Nise, Mega, Capital, Poker, Gold City, Gold Seal, Elephant, Modern, Cumbia, Cocopalm, Roma, Yangchen, Sixty y otras, se venden ilegalmente a pesar de que las autoridades han realizado vastos decomisos. Solo entre 2013-2014 la Dirección General de Aduanas incautó 7,814,644 unidades, y otras 10,087,500 entre 2012-2014 fueron decomisadas por el Cuerpo Especializado en Seguridad Fronteriza Terrestre (Cesfront).

Estas cifras representan una competencia para la industria local del tabaco que genera más de 7,500 puestos de trabajo y solo el año pasado aportó sobre los RD$3.9 mil millones en Impuesto Selectivo al Consumo

Sin cumplir con las normas sanitarias ni comerciales, las ventas irregulares han aumentado desde el año pasado. Además, se estima que solo por la entrada de más de 200 millones de cigarrillos ilegales en el 2013, el Estado dejó de percibir RD$600 millones.

Esta caída, también se refleja en la cantidad de cigarrillos declarados el año pasado. Cuando entre 2008-2012 se reportaron más de 2 millones de unidades anuales, en el 2013 fueron 1.6 millones, según datos de Impuestos Internos.

Cumplir con el fisco no es un interés para algunos comerciantes del Barrio Chino de Santo Domingo, donde se venden cigarrillos ilegales. En una tienda se exhiben cajetillas reguladas en los anaqueles que miran hacia la calle, sin embargo, ya dentro, la dependienta guarda los contrabandeados debajo del mostrador o amontonados en una bolsa. Entre las marcas que oferta están Point y Nise. Una cajetilla de 20 unidades cuesta RD$60, un precio muy inferior a los RD$120 en que se compra una Líder y los RD$140 de una Nacional, ambas legales.

Las ventas se hacen de manera abierta pero sigilosa en los colmados de la capital. Un equipo de DL que actuó como un cliente regular, visitó uno en Villas Agrícolas y pidió un cigarrillo de los "baratos". El dependiente buscó detrás de unas cajas y ofertó productos marca Capital y Gold City, a RD$100 cada uno.

"La carga fiscal del cigarrillo en República Dominicana anda cerca del 56 por ciento, es decir, cuando tu compras un Nacional y pagas cien pesos, 56 pesos son impuestos, eso no lo pagan ellos (los vendedores), entonces por ende, la rentabilidad es más alta", indica Manuel Cabral, presidente de Asocigar.

¿Cómo llegan al país?

Los cigarrillos contrabandeados son introducidos por la vía marítima, camuflados en contenedores, neveras, maletas o a través de la frontera con Haití, informa la Dirección General de Aduanas.

Un contrabandista aprovechó el envío de artículos ferreteros de dos empresas reconocidas para que, mediante conexiones en el puerto, llenaran parte del furgón con cigarrillos sin declarar que sumaban millones de unidades.

En el caso de los productos haitianos, ingresan por los pasos fronterizos que celebran mercados binacionales, como el de Jimaní, cercano a la capital haitiana de Puerto Príncipe.

Debajo de carpas maltrechas levantadas sobre un suelo polvoriento, en Malpaso, Jimaní, se expenden pastas, aceite, habichuelas, leche, productos de higiene, ron -que también se contrabandea- y otros insumos. Aquí varios vendedores haitianos ofertan cigarrillos Comme il Faut que compran en almacenes en su país y que en las ciudades fronterizas dominicanas les dicen "Camefú", una degradación de su pronunciación en francés.



En una mañana soleada de un viernes, un comerciante con 16 años de labores en la zona, conversa con un equipo de DL que no se identifica como prensa. En un tropezado español comenta: "Hay gente que compra un grupo cigarrillos a nosotros para revender allá. Ellos compran a un precio de aquí pa' vender a otro precio de allá. Dominicanos, mucho, mucho, es que ellos compran, en cajas".

Las cajas cuestan RD$11 mil. Al detalle, una cajetilla de 10 cigarrillos la vende a RD$25 y en los colmados dominicanos las revenden a RD$30 o RD$50, un precio inferior a los RD$75 en que se puede comprar una de la marca legal Nacional y RD$90 si es Marlboro.

¿Y cómo cruzan las cajas por la frontera?, se le pregunta al comerciante. "A la puerta, si es que no tiene relación a esa puerta, hay un jefe que está duro. Si usted no tiene relación con ese jefe, ellos no te pasan", responde mientras señala a los militares del Cesfront que custodian el paso fronterizo.

"Nosotros no tenemos control sobre nuestro producto una vez que se compra en Haití", explica vía correo electrónico Jean-Dany Pierre-François, portavoz de Comme il Faut Company. "Vendemos solamente para distribuidores en Haití que se registran aquí y pagan impuestos aquí. Así mismo, enfrentamos problemas similares de competencia desleal por falta de mando en la frontera".

A pocos metros del paso fronterizo con Jimaní, en el destacamento del Cesfront se custodian sacos de carbón y madera decomisadas, bolsas con ajo, ron, wisky, medicina y cajetillas de cigarrillos contrabandeados.



"Muchas veces no se perciben (los contrabandos) porque pasan en vehículos, entonces después que ellos logran burlar el radio de acción donde tenemos la cámara (de vigilancia), entonces ahí entra el servicio de inteligencia", dice el mayor Nobel Guerrero, jefe de operaciones del destacamento.

El oficial muestra una fotografía tomada a una yipeta cuyo propietario transportaba 400 paquetes de cigarrillos haitianos entre el motor y en los asientos. "De aquí hemos enviado hasta 500 paquetes a Santo Domingo para ser destruidos. Son diferentes personas que se dedican al contrabando, es una red que se va distribuyendo en diferentes personas, son 10, 15, y cada uno es encomendado para traer 15 paquetes, 20 paquetes", dice el militar.



¡Qué me importa a mí, es a fumar que voy!

El contrabando ha encontrado su mercado en clientes que se preocupan más por el precio que por la legalidad, y también por sus características.

Una joven de 23 años de edad, de los que lleva cuatro fumando Comme il Faut, se enteró que la venta del cigarrillo es ilegal en el país cuando DL le preguntó cuál marca prefiere. Cuenta que los compra a vendedores haitianos en la capital cuando no consigue marcas reguladas. "A mí me gusta porque dura mucho y se consume mucho más lento", dice.

Un grupo de fumadores que está sentado en un parque en Barahona, confiesa que consume Comme il Faut porque es más barato. Sin embargo, todos coinciden en que el sabor es fuerte y que regularmente fuman la mitad de un cigarrillo.



Para identificar una cajetilla contrabandeada, hay que fijarse si tiene la estampilla de impuestos y la advertencia de que su consumo puede ser perjudicial para la salud. La descripción del producto debe estar en español y tener las informaciones de manufactura.

Pero eso no le importa a otro grupo reunido en el Parque Enriquillo, del Distrito Nacional. Tres de ellos no reparan en que sean ilegales. Compran cualquier marca -las que identifican como chinas-, por ser más baratas que las permitidas, a pesar de que el sabor en algunas les parece amargo. "¡Qué me importa a mi, es a fumar que voy!", dice Bolívar Corporán, quien tiene 50 años fumando.

Al presentarle varias marcas contrabandeadas a otro hombre que no quiso identificarse, dice que las ha comprado todas, y su preferida es Capital, un producto del que Asocigar tiene reportes de la existencia de camisetas promocionales y de mayoristas que únicamente la están comprando. 

"Yo quisiera acogerme a la ley del país, pero aquí la ley no se acepta", comenta Pedro Báez mientras sostiene un cigarrillo de la marca china Yangcheng. "No es muy bueno, me sabe como muy amargo", dice. Aunque confiesa que su marca preferida es Nacional, se queja de que es cara.

Según estima la Organización Mundial de la Salud (OMS), anualmente el mercado negro ilegal y no regulado de los cigarrillos llega a los 600 mil millones de unidades o al 11 % del consumo mundial.

Sometimientos a la justicia, en espera

A pesar de los decomisos realizados por la Dirección General de Aduanas y el trabajo del Cesfront, los casos no suelen llegar a la justicia con igual celeridad.

"Desde el 2012 hasta la fecha se han incautado alrededor de 10 millones de unidades, las cuales han sido destruidas amparados en la Ley General de Aduanas. Para este tipo de casos, definido como mercancía prohibida para entrada al país, la ley procede a la incautación y no al sometimiento, por lo que no tenemos registrados sometimientos a la justicia por cometer este acto ilícito", indica un informe del Cesfront.

La Ley de Aduanas establece que el contrabando se castigará con el comiso de los artículos, dinero y bienes inmuebles producto de la actividad ilícita. Multa igual al doble de los derechos e impuestos de toda especie cuyo pago hubiese eludido el autor. También reclusión menor de dos a cinco años. En caso de reincidencia, el imputado será condenado a la pena de prisión de no menos de tres años, ni más de 10.

Sin embargo, Aduanas informa a DL que no ha hecho sometimientos a la justicia por ese delito. Inclusive, DL investigó en las fiscalías de las demarcaciones donde la institución registra más decomisos: Distrito Nacional, provincia Santo Domingo, Santiago, Azua, Barahona y San Francisco de Macorís, pero éstas no reportaron un proceso judicial en los últimos años.

 

Marcos Bisonó, representante legal de Asocigar, indica que miembros de la industria del cigarrillo se han reunido con el Procurador General para plantearles su preocupación por la falta de judicialización. "Aduanas no ha sometido a nadie y ellos saben quiénes son los que están importando los cigarrillos de contrabando. ¿Por qué no los someten? Nosotros estamos esperando que el Estado tome la iniciativa de hacer los procedimientos para nosotros involucrarnos", dice.

Un funcionario de Aduanas explica que someter a un contrabandista se complica porque regularmente utilizan testaferros y los intermediarios distribuyen los productos.

Al momento de destruir 550 mil unidades de cigarrillos en noviembre de 2013, el director general de Aduanas, Fernando Fernández, sentenció: "No le daremos ni una pulgada a quienes transgredan la Ley, tratando de introducir contrabandos de mercancías en la República Dominicana".

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