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Cuevas sumergidas, un recurso acuífero

Son consideradas como humedales subterráneos o reservas hidrológicas

SD. La Isla Hispaniola cuenta con miles de cuevas secas y sumergidas. Las secas han sido investigadas durante años, ya que muchas fueron usadas por los antiguos habitantes de la zona.

Sin embargo, las cuevas sumergidas o humedales, han sido menos exploradas, y casi siempre ha sido por expediciones arqueológicas en busca de restos que puedan ofrecer informaciones sobre las antiguas culturas del área.

Las cuevas sumergidas son conocidas comúnmente como pozos, manantiales, lagunas, hoyos y pocimanes, y se encuentran diseminadas por toda la geografía nacional. También son usadas como piscinas naturales, adonde la gente acude a nadar.

El instructor de buceo de origen francés Denis Bourret, asegura que todas las cuevas registradas en la República Dominicana son de formación kárstica, producto del efecto de disolución del carbonato de calcio, que es el elemento fundamental que compone la roca caliza, el más común en la geología de la Isla.

Señala que una parte importante del territorio de la República Dominicana está formada por varias terrazas de roca caliza arrecifal. Y que éstas se forman por los corales que proliferan en los fondos marinos, y que van siendo rellenadas por deposiciones de carbonato de calcio, conchas, esqueletos de peces u mamíferos marinos.

El registro más completo de humedales subterráneos existente fue realizado por la Fundación Espeleobuceo Hispaniola entre los años 1999 y 2003. En el informe se reportan 59 cuevas importantes que pueden ser exploradas, dejando de lado las miles de cavernas pequeñas que recorren toda la extensión de la isla. Quince de estas cuevas se encuentran en la provincia de Pedernales, once en las proximidades de la ciudad de Santo Domingo, y otras once en la región Norte del país.

En la región Este se han registrado 16 cuevas en la provincia La Altagracia; tres en La Romana y una en Hato Mayor. Mientras en Santo Domingo Oeste hay tres cuevas, una en el poblado de San Isidro y dos en las proximidades de Boca Chica.

En Santo Domingo se puede bucear en las cuevas La Roca, Taína, Tildo, Hipódromo I, II, III y IV, Los Jardines Orientales, Kilómetro 14 y Mainagua.

A pesar del peligro que representa el buceo de cuevas en el país, hay un grupo de entusiastas que recorren toda la geografía nacional explorando estas maravillosas formaciones de la naturaleza. Y en la zona Norte son aptas para el buceo, El Dubú, Pozo de los Caballos, Lily, la Anguila, Lago Azul, El Limón, Frontón, Cristal de Yuna, Pozo Amarillo, Cabarete y Perla Marina.

Bourret señala que muchas de estas cuevas funcionan como sumideros de las aguas superficiales, y otras como manantiales con caudales más o menos perennes. Dijo que hay un creciente interés científico por estudiar el fenómeno de la karstificación, unido al incremento de la práctica de la espeleología.

Concluye que las cuevas son un recurso natural que puede desarrollarse en el 10% de la superficie emergida del planeta, excluido el continente Antártico. En el país hay dos entidades que exploran cuevas sumergidas.

En el informe de la Fundación Espeleobuceo Hispaniola se han contabilizado 59 cuevas importantes

¿Dónde ir?

El buceo en cuevas sumergidas es una especialidad y se requiere de preparación adicional. Se puede hacer un curso en la República Dominicana, luego de ser certificado como buzo.

Se denomina buceo de cuevas, y pueden obtener detalles en la tienda Golden Arrow, en la calle Mustafá Kemal Ataturk, No. 10, en el sector Naco, o pueden llamar al teléfono 809-566-7780.

El instructor de buceo Denis Bourret asegura que todas las cuevas del país son kársticas.