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EL 19 DE MAYO DE 1965

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EL 19 DE MAYO DE 1965
El coronel Rafael Fernández Domínguez.

Al tener que relatar el hecho acontecido en ese día, me remonto al recuerdo de una etapa vivida, de la cual me siento vehementemente interesado en hacerlo, sin ánimo polémico en el carácter histórico, al exponerlo públicamente.

La combinación propiamente y la valiosa fuente de mi amigo-hermano Pedro Rodríguez (actor participante), significa un entendimiento para dar a conocer algunos detalles, no conocidos en todo su envergadura.

Ciertamente hay que partir, cuando el 18 de mayo de 1965 en el comando constitucionalista, ubicado en la calle Espaillat esquina José Gabriel García, el valeroso Pichi Mella dirige una reunión y anuncia el proyecto de realizar la acción militar de tomar la Sede Presidencial y al notar la presencia de Pedro con un fusil M-1 y una pistola 45, se dirige a él y le dice: "Eres un carajito para estar en esto", pero el mocanito "reclamó su deber" de tomar parte en la misión y así lo hizo.

Mejía (Pichi) comunicó, además, que el plan sería dirigido por el inmenso militar Héctor Lachapelle Díaz.

Así las cosas, al otro día (19 de mayo) se efectúa el encuentro final, previo a la misión decidida,  en el  Parque Rubén Darío (calles José Gabriel García y la Pina) y en el lugar, se presenta el coronel Rafael Fernández Domínguez, el gran gestor del movimiento insurreccional, colocándose de hecho, al frente del grupo integrado por unos 300 hombres, a eso de pasadas las tres de la tarde.

Finalizada la arenga del coronel, el numeroso grupo marcha por la calle Pina, pasando por el Parque Independencia y se encamina a la cita histórica.

Por otro lado, el inmortal coronel Montes Arache no tiene participación de esas reuniones.  Resulta que es el hombre rana, el italiano Ellio Capozzi, que le comunica el mismo día 19, que centenares de combatientes con cintas verdes y rosadas en el brazo izquierdo se está moviendo en dirección a la Casa Ejecutiva, con la intención de tomarla, y reacciona muy sorprendido al  recibir la noticia.

El coronel no tiene otra alternativa  que acudir  en apoyo de una tarea, que previamente por su experiencia militar, la contemplaba logísticamente inapropiada. En gesto solidario, entra en la acción que prácticamente ya se había desatado en el terreno de los hechos.

Efectivamente, el combatiente Teófilo, montado en una camioneta con una ametralladora 50, lanza andanada de disparos y una balacera  sin cesar, sacude todo el escenario por los alrededores de la sede palaciega.

Se viven horas de alta tensión bélica, y el desenlace trágico  se hace presente en las filas de los rebeldes.

Al filo de las siete de la noche -recuerda Pedro- un aguerrido Euclides Morillo, en pleno apogeo de los actos del enfrentamiento, recibe algunos disparos, que  les penetran por la garganta y el estómago.

Es  el instante, donde Amaury Germán Aristy (joven líder estudiantil) se quita un sombrero puesto en su cabeza y en unión a Pedro acuden a auxiliar a Euclides, que se desangraba a causa de las heridas sufridas.

Tuvieron que pasar algunas horas para poder montar en una  camioneta  propiedad del inolvidable  amigo mocano Tico Guzmán, al herido grave Morillo. Ya en ese momento, el gran Tico formaba parte del cuerpo elite de hombres ranas. En dicho vehículo, Amaury y Pedro condujeron a Euclides al Hospital Padre Billini, donde finalmente cerró sus ojos para siempre.

En el empeño de rescatar a Morillo, un fuego intenso de  disparos se producía  por armas de distintos calibres, y es ahí, donde Amaury es herido en una pierna.

Mientras esto acontecía, la figura de Montes Arache, desafiaba como un espartano moderno, la peligrosidad del momento, con un arrojo y valentía que causaba la admiración de quienes le podían ver en ese instante, en medio del fragor  del combate desigual.

Amaury fue llevado a una clínica situada en la calle 16 de Agosto de la ciudad, donde fue atendido, sin mayores consecuencias.

Durante el período de las hostilidades, a Montes Arache, le veía solamente, pero años después, en compañía del mismo Tico Guzmán, pude conversar con él durante toda una tarde en su residencia-apartamento, del sector de Ciudad Nueva.

Tratable persona y muy ameno. Así lo recuerdo.

El italiano Capozzi cayó mortalmente en el interior del Palacio. Fernández Domínguez a la entrada del Palacio y  a quién conociera y tratara meses antes en Moca, el valiente Juan Miguel Román en el jardín presidencial.

Recuerdo también que estas muertes y la situación física de Amaury, produjo una real caída emocional del espíritu en el sector constitucionalista.

Amigos mocanos como Tico Guzmán Rodríguez, Winston Arnaud y el propio Pedro, tuvieron roles destacados  en el hecho relatado. Con su valioso aporte memorial, Pedro ha contribuido para la narración de lo acontecido de aquella etapa, con el único motivante de ser conocida para la amplia gama de generaciones de la cambiante sociedad actual.

Con su valioso aporte memorial, Pedro ha contribuido para la narración de lo acontecido de aquella etapa.