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El río Ozama: potencial ruta de transporte y turismo

José Manuel Polanco cobra RD$15 por ayudar a sus clientes a cruzar el río Ozama en yola, desde el barrio La Ciénaga hasta El Dique. Este negocio permite ahorrar tiempo a sus pasajeros quienes evitan abordar un vehículo, adentrarse en el tráfico y cruzar por uno de los dos puentes cercanos. Lo que el yolero no sabe es que su rudimentario servicio está en la carpeta de gente con una visión macro que entienden que el hoy contaminado río Ozama tiene una vocación turística y de vía para transporte público.

Uno de ellos es el presidente del grupo Sans Soucí Holdings, el empresario Lisandro Macarrulla, quien entiende que el Ozama y su afluente el río Isabela, podrían ser navegados por los turistas y los dominicanos que residan en el proyecto turístico Sans Soucí que se prevé levantar en la desembocadura del primero con el Mar Caribe.

"Tú puedes tomar un ferry, muy común en muchos países, y dejarte en Villa Duarte o en la San Vicente de Paul, donde está el puente de La 17; puede convertirse en un medio de transporte público, de pasajeros, turístico, y puede generar valor en los terrenos de ambas márgenes del río", asegura Macarrulla.

 

El coordinador de la Mancomunidad del Gran Santo Domingo, Onofre Rojas, agrega otros atractivos a esa visión de movilidad: "En los pequeños islotes se podrían tener restaurantes y zonas de cierto interés y, por supuesto, al tu rescatar toda la ribera en términos urbanísticos, se podrán construir muchas zonas de atracción", dice.

En el tramo del río Ozama, que comprende su entrada a la provincia Santo Domingo y hasta su desembocadura en el Distrito Nacional, está un sistema de humedales de importancia natural al que el Ministerio de Medio Ambiente promueve su visita.

Se encuentran, además, senderos, lagunas, bosques, caños, ríos, manantiales y una fauna característica de la zona.

Macarrulla asegura que si el Gobierno quiere cumplir con su meta de recibir 10 millones de turistas en 10 años tiene que desarrollar la ciudad de Santo Domingo como un polo turístico. ¿Cómo lograrlo? Adecuando la Zona Colonial -según explica- y saneando el Ozama para hacerlo atractivo a los visitantes, especialmente a los que arriban en los cruceros que llegan al puerto de Santo Domingo, quienes podrían pasear en bote. Solo este año se esperan 40 cruceros en la actual temporada y cerca de 70 mil turistas; la meta es llegar a 600 mil.

Además está el proyecto que representa: Sans Soucí. Éste comprende un mega complejo turístico-inmobiliario con casi 3 mil unidades habitacionales, hoteles, centros de convención y cultural, y otras amenidades. Una vez se termine el traslado de la Base Naval de la Marina de Guerra, ubicada en parte de los terrenos del proyecto, se prevé construirlo entre 2015 y 2017.

Sin embargo, este complejo estará próximo a los empobrecidos barrios que bordean las márgenes de los ríos Ozama e Isabela. ¿Cómo manejar el hecho de que los turistas paseen en su lancha por el río y el paisaje sean las casuchas amontonadas, basura y agua mal oliente?

Al menos ese fue el panorama que observó el equipo de DL que hizo un recorrido en lancha por los ríos Ozama e Isabela con personal de Sans Soucí Ports. De no cambiar esa vista, los turistas también observarían jóvenes bañándose en las aguas contaminadas donde a escasos metros también los cerdos chapotean.

Verían pescadores sentados entre la basura que se acumula en las orillas, y quienes no se inmutan por el hedor ni las bacterias que los rodean ni por la calidad del producto que extraerán de las aguas.

Macarrulla no descarta que algunos elementos actuales de las márgenes puedan ser un atractivo turístico visual -tomando una serie de previsiones de salubridad-, inclusive, Sans Soucí Holdings contempla organizar una villa de pescadores.

¿Qué hacer con las casuchas?

Por el alto costo que reviste, Sans Soucí Holdings prefiere que sean políticas estatales las que se encarguen de transformar el paisaje de pobreza habitacional que afecta los planes turísticos de los ríos Ozama e Isabela.

Sin embargo, entiende que el proyecto inmobiliario de su empresa generaría un efecto natural de atracción de capital interesado en invertir en otros proyectos en las márgenes y comprarían los terrenos desvalorizados de las familias que viven allí. "Ya hoy en día el entorno del proyecto de nosotros, de Sans Soucí, ha prácticamente duplicado su precio, porque ya la gente sabe que el proyecto va a generarle valor al entorno", asegura Macarrulla.

El empresario recuerda que hace unos 15 o 16 años, inversionistas privados propusieron un proyecto al Gobierno, a través del otrora Consejo Nacional de Asuntos Urbanos (CONAU), para movilizar las familias que estaban en las márgenes, a cambio de que el Estado les diera las tierras, sin embargo no prosperó. El pago de los terrenos iba a ser el costo de movilizar las familias y hacerles casas económicas. "Eso se puede rescatar", entiende el Macarrulla.

 

DL investigó en la Dirección General de Ordenamiento y Desarrollo Territorial del Ministerio de Economía, que absorbió lo que era el CONAU, si tiene en sus registros el proyecto citado, pero lo desconocían. Lo mismo respondieron anteriores ejecutivos del desaparecido Consejo. Tampoco lo registran en los archivos del Ministerio.

Mientras, entre tantos proyectos anunciados durante décadas para sanear los ríos Ozama e Isabela, entre ellos el abarcante Plan Resure, y la paralización de construcciones para adecentar la situación habitacional, como la avenida Circunvalación del Río, el gobierno tiene en agenda invertir sobre los RD$4,000 millones en un proyecto de construcción de 2 mil viviendas y otras facilidades para trasladar a igual número de familias residentes en el barrio La Barquita, ubicado a orillas del Isabela.

El plan también incluye la idea de un sistema de transporte a través del río Ozama que consistiría en siete paradas que conectarían con el sistema del Metro, las cabezas de los puentes que comunican Santo Domingo Este y el Distrito Nacional, hasta llegar al Malecón.

"Se hará muy poco si se hace el proyecto de La Barquita y no se continúan haciendo los demás proyectos que hay que hacer, porque así como hay que reubicar la gente de La Barquita, hay que reubicar muchísima gente a todo lo largo de las riberas, tanto del río Ozama como Isabela", asegura el coordinador de la Mancomunidad del Gran Santo Domingo.

Precisamente, esa recomendación la verificó DL durante el recorrido por los ríos Ozama e Isabela, especialmente en el barrio La Ciénaga, cuyas casas están al mismo nivel del río y a escasos pies del agua.

Situaciones en otros países

Además de República Dominicana, en otras latitudes de la región los gobiernos también enfrentan dificultades con el saneamiento de ríos que atraviesan ciudades.

Está el caso del Estuario de la Bahía de San Juan, en Puerto Rico, que lo visitan unos 1.3 millones de turistas en cruceros al año, y es hogar de especies animales y vegetales.

También está el río Medellín, en Colombia, que tiene 97 de sus 100 kilómetros contaminados, y en un segmento ni siquiera hay oxígeno.

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