¿A nombre de quién habla?

Marchena, el de Danilo, está hablando más ahora en la transición que durante la campaña. Incluso, está superando en expectativas al candidato hoy presidente electo.

Por ejemplo, dijo más o menos que Danilo despertaba más simpatía ahora que el 20 de mayo y adelantó algunas de las líneas maestras de su gestión.

Los danilistas, por no decir los peledeístas en sentido general, se preguntan a qué viene esto. De que si habla por iniciativa propia o por mandato de su jefe político.

De si le encargó que mantuviera el rancho ardiendo, pues las llamas ya están alcanzando las casas vecinas. Antier, para no ir muy lejos, provocó el primer ciclón de la temporada.

Declaró que Danilo es acosado por empleos, que al gobierno irán quienes no hayan sido denunciados por corrupción y que los nuevos funcionarios no podrán cancelar compañeros.

Oh, casi nada.

¿Cómo es que lo acosan, si nadie lo ve por parte? Además, si es por corrupción, todos se quedarán fuera, pues en los álbumes están los grandes y los chiquitos.

No cancelar, por su parte, es como mudarse a una casa ocupada.

Marchena, no hay dudas, la puso en China. O en el Himalaya.

Diario Libre