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No obstante… sigamos adelante

La llegada de un nuevo año trae consigo nuevas esperanzas, nuevos objetivos y nuevas perspectivas. No hay dudas de que el finiquitado año 2012 fue un año difícil y lleno de complicaciones, pero sobre todo, muy frustrante para la gran mayoría de los dominicanos porque la gran crisis global, que desde hace dos años afecta al continente Americano y Europeo, en este año comenzó a sentirse de manera directa en nuestro país y, muestra de ello es la baja en las ventas en el sector de la construcción y en el inmobiliario en términos generales y, prueba de ello es que la venta del cemento a nivel nacional bajó un 8.2%. Por estas razones, creemos muy propicia la ocasión para invitar a nuestro glorioso pueblo dominicano que no obstante, sigamos adelante.

Para ello, hemos querido hacer algunas reflexiones de cómo lograr nuestros objetivos, no importa que estos sean grandes o pequeños, lo importante es que lo logremos. En tal contexto se hace necesario citar algunos de los pensadores más connotados de la historia, como es el caso de Franz Werfel que dijo: "Para el que cree no es necesario ninguna explicación: para el que no cree toda explicación es innecesaria". Samuel Walton, dijo: "Es increíble lo que puedes lograr si cree en ti mismo". Fíjese que estas dos reflexiones tienen un denominador común que es la palabra "CREE". Ellos fortalecen mi convicción de que la clave para lograr nuestros objetivos es creer en nosotros mismos. Si cree en ti, no hay dudas, serás capaz de lograrlo. Lograr nuestros objetivos es lograr nuestro éxito, por eso, es importante que sepas, que el éxito es una decisión de vida.

El éxito es tangible como la tierra, los árboles o el océano. Es cuestión de cambiar de mentalidad y de actitud para que adquieras nuevas actitudes ante los rigores de la vida que son duros como el acero y amargos como la retama. La vida es dura y muchas veces poco tolerante, no perdona a los débiles de alma, corazón y espíritu. Los débiles, incapaces de forjar su propio destino, forman la base de la pirámide socioeconómica de la sociedad a la cual pertenecen. Son, sin darse cuenta, los peldaños que utilizan los fuertes para escalar hacia el éxito. Renuncia de manera definitiva e irrevocable a ser peldaño, sé fuerte, cree en ti, porque rara vez la vida te dará más de una oportunidad.

Sé tú mismo, pues podrá suceder que circunstancialmente, una o varias personas o un hecho te sirvan de estímulo, pero al final te encontrarás solo en el cuadrilátero de la vida y vas a depender de tu fuerza de voluntad para ganar la pelea una vez que suene la campana. Recuerda que "tienes que luchar contra el mundo porque el mundo lucha contra ti". Por eso el alcance de tu fuerza de voluntad determinará el alcance tu éxito.

Nunca te conformes con un éxito relativo o circunstancial porque irás perdiendo fuerza de voluntad, originalidad y entrega. "La fuerza de voluntad mueve montañas". Hoy se puede decir con toda certeza que tu fuerza de voluntad te llevará a conquistar el universo. Nunca te justifiques, el que se justifica se convierte poco a poco en un mediocre que se adapta a sus circunstancias, el triunfador revierte las circunstancias a su favor. Si adoptas la filosofía de la justificación te acomodarás en el laberinto que crea la pobreza, la ignorancia y la incapacidad de ver las cosas con objetividad y responsabilidad.

Nunca te conformes con menos de lo que te corresponde, sólo los que no tienen carácter, personalidad, arrojo y temple se conforman con lo que le dan. Son pataratas que los demás consideran que no merecen ni siquiera lo que por derecho le corresponde. En pocas palabras, no sirven para nada. Por ende, es necesario que seas naturalmente ambicioso más no envidioso. La ambición sana, lógica y mesurada te hará crecer y te convertirá en un ser fuerte como el acero y duro como las piedras del río, mas la envidia te arruinará y te enviará a los más recónditos rincones de la amargura y la infelicidad.

La envidia carcomerá tu sentido común y te convertirá en un lánguido ser, incapaz de ser el arquitecto de tu propio destino y peor aún, te llevará a tragar el néctar de la derrota de tu vida. Jamás seas envidioso, porque la envidia te matará. El envidioso carece de originalidad y talento, es una escoria que se cree materia prima.

Por eso, nos atrevemos a decirte que el éxito es una decisión que se toma al extremo, porque se trata de tu vida. De ti dependerá si tu vida es una yesca y, por ende lo que le toca es comer precisamente yesca y vivir en la porqueriza, o tu vida es un jardín, el jardín de la vida que sólo proporciona el logro de tus objetivos.

Aquel que le tiene miedo al fracaso, tampoco es digno del éxito. El éxito está reservado para aquellos que están dispuestos, no sólo a fracasar cuantas veces sea necesario, si no a morir intentando alcanzar el éxito. Tienes que ver el fracaso como el camino que necesariamente hay que recorrer para alcanzar el éxito, esto significa que no hay éxito sin fracasos.

Thomas Edison, dijo: "Muchos fracasados, fracasaron porque no se dieron cuenta lo cerca que estaban de alcanzar el éxito". Si cien veces fracasas, cien veces vuelve a intentarlo hasta alcanzar el objetivo. El fracaso es una nueva oportunidad para comenzar de nuevo, es una puerta que se abre para volver a intentarlo. No te canses, sigue.

Cree en ti y tendrás actitud y determinación que son la clave. Primero ten la actitud, después la determinación y alcanzarás el éxito. La actitud es pensar en lo que deseas ser y determinación es trabajar día y noche para obtener eso que quieres ser.

Finalmente, esa decisión de creer en ti, debes tomarla ahora y debe ser para siempre, debes tomarla por ti y para ti, no por los demás y para los demás. Nunca actúes motivado en otros, el motor de tu vida tienes que ser tú. Sé decidido y perspicaz, cree en ti y triunfarás.