EL Ejército en la calle: ¿Estamos en guerra?

Sí señor, estamos en guerra, y lo estaremos por mucho tiempo, hasta tanto no se produzcan las transformaciones sociales, económicas y educativas que produzcan otro tipo de ciudadano.
No se trata sólo de oportunidad de empleo. Es bueno que se sepa que si el Gobierno crea de repente medio millón de puestos de trabajo a 25,000 pesos mensuales cada uno, la mayoría de los delincuentes que andan en la calle robando vehículos y atracando gente, no se interesaría por esa nueva oportunidad. Seguirían en su "trabajo" anti-social que es mucho mas rentable.
Hay que esperar muchos días (30 días con jornadas de 8 horas diarias) para que te paguen el día 30 la "insignificante" suma de RD$25,000, cuando eso mismo "lo puedo hacer un viernes" (para mencionar el día de más atracos). ¡Estoy citando a delincuentes!
Hace unos años hacía un trabajo de investigación con mis estudiantes de psicología de la UASD en Najayo. Entrevistamos a muchos delincuentes entre 18 y 30 años de edad. Casi todos hablaban de grandes sumas de dinero que habían pasado por sus manos en su carrera delictiva. Sin embargo, NADIE tenía un chele ahorrado. Todos decían: "dinero que entra fácil se va fácil".
Otra cosa es que nunca encontramos a nadie entre los atracadores que robara para la leche de sus niños o de sus hermanitos o para medicinas para su mamá. Todos robaban para vicios: alcohol, drogas, juegos de azar, parrandas y mujeres. Por tanto, es un mito que la creación de empleo sola resuelve el problema de la delincuencia.
Decía un empresario de Santiago, que era preferible que desaparecieran los militares en las calles porque parecía que estábamos en guerra, y que eso podía hacer daño al turismo. ¡Falso de toda falsedad! La presencia militar complementa el trabajo de la Policía. Espanta al delincuente. Inhibe la desfachatez con que actúan. Y debe haber más militares garantizando la seguridad de los puentes, túneles para evitar robos de metales, alambres, etc. El turista se siente más seguro con esta presencia. El que viene de cualquier país latinoamericano conoce muy bien el problema de la delincuencia, sobre todo el que ha pasado por Venezuela y Centroamérica. Nos comparan para ver si aquí se ha tomado al toro por los cuernos y en serio.
Sí, estamos en guerra contra la delincuencia, y ojalá que no sea un operativo de 4 o 6 semanas, sino un programa de varios años, mientras se hace una serie de reformas en el plano estructural de la sociedad, que profundicen cambios de comportamiento individual y colectivo.
Por suerte no es una guerra de tiros (salvo momentos en que hay que hacerlo para responderle a los tiros que vienen del otro lado), sino de presencia noche y día en ciudades, carreteras, barrios calientes, zonas turísticas, etc. Así debe ser, y esos que nos cuidan y dan garantía de ese cuido deben recibir un salario y unos servicios sociales (medicina, educación de sus hijos, vivienda, recreación, etc.), que los hagan trabajar con tranquilidad, con motivación y verdaderamente inspirados por el servicio que prestan a la sociedad.
¡Ojalá que esto sea posible YA! A nuestro querido Presidente Danilo, que no se olvide de hacer lo que nunca se ha hecho, y ahí tiene una tarea interesante en pro de la seguridad que se está convirtiendo en "rara avis" en América Latina.
Esa misma seguridad va a generar mas turismo (la cifra que él prometió), más inversión extranjera y nacional y mejor ambiente para crear otras cosas importantes orientadas a la transformación de nuestra sociedad y de nuestras familias, para que de ahí salga ese hombre nuevo y esa mujer nueva que todos hemos soñado.
Diario Libre
Diario Libre