Yeni Berenice ganó en la calle

Desde que llegó de Santiago a la Capital, se vio claro que Yeni Berenice no era una mujer a la que se le podía desbaratar el peinado, y después mandarla al salón, con todo pago.

Esos ojitos claros mostraron desde el principio que eran de una persona muy decidida, y que no venía del campo a la ciudad a cantar melodías que fueran del agrado de todos.

Que su intención era hacer historia, pues no le debía nada a nadie, si como se dijo entonces, y se comprueba ahora, tenía credenciales propias.

Un concurso ganado por una santiaguera cuando no sólo había capitaleños aspirando al cargo, sino que las intrigas andaban por los pasillos desde antes de ocupar la Fiscalía.

Los intrigantes, sin embargo, tuvieron razón, y aunque no se felicitan, ni nadie lo hace, queda claro que como realmente decían "la muchachita no se deja manejar".

No sólo resultó respondona, sino que sabe dónde acudir ahora que sus fuerzas no son suficientes para enfrentar los molinos de viento que les salen a camino. No puede adelantarse la decisión jurisdiccional, de si el criterio de la jueza o de ella, pero no hay dudas de que en la calle ganó hace rato.