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Las nuevas cuentas nacionales

“Bajo la influencia de las guías y de las organizaciones internacionales, las estadísticas de cuentas nacionales están ahora disponibles para todos los países. Para la mayoría de los países, esas cuentas han ampliado su cobertura y detalles. Sin embargo, todavía existen enormes diferencias en cobertura, detalles, calidad y frecuencia entre las cuentas nacionales publicadas por los países… diferencias sustanciales existen también con respecto a estadísticas específicas, tales como cuentas regionales, cuentas trimestrales, cuentas satélites y balances financieros.”

Frits Bos, experto en Estadísticas

La semana pasada el Banco Central, en un esfuerzo muy positivo, presentó las nuevas cuentas nacionales, tomando como referencias la metodología SCN08 (una guía internacional denominada Sistema de Cuentas Nacionales 2008) y un nuevo año base, el 2007. Se trata, pues, de dos cambios simultáneos de gran importancia. La metodología adoptada se corresponde con la cuarta generación de cambios en los sistemas de cuentas nacionales que los organismos internacionales –Naciones Unidas, FMI y otras- han recomendado desde que en el 1953 fueron aprobadas las primeras recomendaciones. De manera sucesiva, se habían introducido cambios significativos en 1968 (SCN68) y 1993 (SCN93). Con el desarrollo y sofisticación de los métodos cuantitativos los cálculos de las variables macroeconómicas se han ido mejorando de manera notoria.

En el caso del cambio del año base –utilizando a partir de ahora el 2007-, es la tercera ocasión que en los últimos cuarenta y cuatro años el Banco Central introduce una nueva base. Anteriormente, lo había hecho con el 1970 y el 1991. Esto quiere decir que la última vez que se cambió el año base fue hace 23 años con la utilización del 1991 como referente, y la adopción del SNC93. El año base juega un rol fundamental en la calidad de los datos finales, pues se presume que la estructura económica en los años subsiguientes mantiene características muy similares a la del año base. No obstante, como todos sabemos, la estructura económica es dinámica y va cambiando con el paso del tiempo, aunque los cambios no necesariamente ocurren de forma abrupta. Pero, es obvio que después del 1991 la economía dominicana ha ido experimentando cambios muy notorios que han sido revelados por la nueva ponderación de los distintos sectores económicos.

En tal sentido, el sector agropecuario perdió una importancia relativa cercana al 48% al cambiar la base del 1991 al 2007. Similarmente, la manufactura perdió un 44% de su ponderación en el PIB. Estas pérdidas de importancia de esos sectores merecen ser evaluadas a la luz de la falta de un modelo económico que promueva la inversión, tanto en el campo como en la industria. En el mismo periodo, la administración pública –fundamentalmente nómina pública- prácticamente se duplicó. Por el lado positivo, el turismo mejoró su participación relativa en el producto en casi un 70%, mientras que la construcción –no necesariamente positivo- incrementó su ponderación en el PIB en un 120%.

Una inquietud que pudiera surgir es cómo estos cambios –en sentido general- pudieron haber afectado la calidad de las series estadísticas basadas hasta ahora en el año 1991. De acuerdo con el informe del Banco Central se destaca que “esta brecha entre las estimaciones del PIB se cerró en gran medida en los años sucesivos y al finalizar el 2013 la misma fue de 0.9%, estando las series referenciadas al 2007 por encima a las publicadas asociadas al año 1991.” Uno pudiera esperar lo contrario: que en la medida que nos alejamos del año base la brecha se haga mayor, pues mientras más se aleja la serie estadística de su año de referencia la acumulación de cambios en la estructura económica pudiera afectar negativamente las mediciones correspondientes. Es decir, que con el paso del tiempo el año base se hace menos representativo de la verdadera estructura económica. Incluso, el hecho de que la brecha se haya cerrado de tal forma que al terminar el 2013 era estadísticamente inexistente –apenas 0.9%- hace más difícil la comprensión de que al siguiente semestre (enero-junio 2014) ambas metodologías hayan arrojado una diferencia en el crecimiento económico superior al 30%.

De todas formas, los cambio introducidos, tanto metodológicos como del año base, son movimientos en la dirección correcta. En mi opinión, estos esfuerzos deben ser complementados con otras acciones que fortalezcan la percepción de transparencia de las cuentas nacionales. Una de ellas es que el Banco Central ponga a disposición de los usuarios las bases de datos utilizadas para las estimaciones de las series estadísticas, conjuntamente con los códigos utilizados para esos cálculos, con el propósito de que los investigadores puedan hacer sus propias estimaciones, o sencillamente hacer las replicaciones de lugar. Es una buena práctica internacional que los trabajos estadísticos estén acompañados del acceso a las bases de datos y a las hojas electrónicas que se utilizaron para sus estimaciones. Es una forma de garantizar la integridad de los resultados.