Una casa para el Constitucional

En verdad, el alto tribunal funciona en precario...

La idea en principio era que se construyera un edificio que alojara al Tribunal Constitucional con la dignidad que se merece esa alta corte.

Que no era justo que estuviera arrimado, y mal arrimado, pues no sólo era un local ajeno, sino inapropiado: mitad partido y mitad supermercado.

Aunque ahora podría ser ni una cosa ni la otra.

Sin embargo, en la visita que hiciera el presidente Medina al TC, y en la larga conversación, se exploraron otras posibilidades y una solución más rápida.

Por ejemplo, se recordó que el gobierno cuenta entre sus haberes con inmuebles de todo tipo, y que sólo habría que buscar uno adecuado.

No debe olvidarse que por quiebra o incautación fueron a parar a manos de las autoridades muchos locales, y que a algunos se les dio salida mediante pública subasta, pero que quedan otros pendientes de venta.

Como quien tiene sed busca el agua, los magistrados deberán dejar la Constitución por un rato, y abocarse a una tarea que no es propia de su función, pero que se les impone por circunstancia.

A menos que prefieran utilizar los servicios del clásico buscón.