Violencia contra inmigrantes

Dos de las naciones más importantes de África estuvieron inmersas en una disputa por motivos migratorios, con ribetes parecidos a los que enturbian las relaciones entre Haití y la República Dominicana, aunque con la gran diferencia de que miles de kilómetros separan a sus territorios.

Nigeria, el país más populoso de África, es exportador de petróleo y minerales, pero se le conoce como uno de los más corruptos y desiguales del planeta, lo que obliga a sus ciudadanos a emigrar al extranjero en busca de un mejor futuro.

Uno de sus puntos de destino es Sudáfrica, de ningún modo exenta de corrupción, pero con un más alto nivel de vida.

Los que emigran de Nigeria no van sólo para Sudáfrica sino que están esparcidos por todo el continente africano.

De igual modo, los de Nigeria no son los únicos inmigrantes que llegan a Sudáfrica, país que desde hace años ha atraído personas desde otros lugares de África y de Asia, incluyendo la India.

Pero muchos sudafricanos consideran que los inmigrantes nigerianos les han quitado oportunidades de empleo, y resienten su presencia en su territorio.

A otros, curiosamente, les desagrada el éxito alcanzado por algunos nigerianos que han logrado abrir negocios, y resienten tener que trabajar para ellos o tener que comprar en sus comercios. Cualquiera que sea el motivo, se produjo una serie de ataques violentos contra inmigrantes, a pesar de los llamados a la calma hechos por diversas organizaciones humanitarias.

El gobierno de Nigeria presentó una protesta, y llamó a su embajador a consultas. El temor a represalias obligó al cierre temporal del consulado de Sudáfrica en la capital de Nigeria. Las redes sociales en Nigeria describen casos de maltratos a familiares y amigos en Sudáfrica. Y ha habido llamados de líderes políticos nigerianos para boicotear productos provenientes de Sudáfrica y establecimientos propiedad de nacionales sudafricanos.

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Gustavo Volmar