El incidente con los haitianos
Esos hechos pueden tener raíces más profundas...
El problema de los incidentes entre haitianos y dominicanos, y mucho más cuando hay muertos, siempre se origina en las versiones. Nunca hay una sola, y ni las autoridades ni los medios se ocupan del discernimiento.
Al final todo se deja como si nada hubiera pasado, se queda en simple anécdota, y cuando revienta como denuncia en un organismo internacional, se produce el corre-corre.
Lo del barrio 27 de Febrero no está claro, y se hará difícil de aclarar si solo hablan los interesados, de lado y lado, y sin que se separen y diferencien los hechos.
Por ejemplo, no puede meterse en el mismo paquete la muerte ocasionada por un policía, sean cuales hayan sido las circunstancias, y el ataque alevoso a la autoridad.
Lo primero no es nada nuevo, ni tampoco del otro mundo, aunque se lamente. Que no es el caso de lo segundo, que sí resulta fuera de lugar y preocupante.
Los periodistas, que no los policías, hablan de una emboscada con armas de diversos calibres y de parte de gente que intentaba defender un territorio que consideraban propio.
Conviene no olvidarse de los 300 y tantos fugados de una cárcel haitiana y que cruzaron la frontera.
El problema de los incidentes entre haitianos y dominicanos, y mucho más cuando hay muertos, siempre se origina en las versiones. Nunca hay una sola, y ni las autoridades ni los medios se ocupan del discernimiento.
Al final todo se deja como si nada hubiera pasado, se queda en simple anécdota, y cuando revienta como denuncia en un organismo internacional, se produce el corre-corre.
Lo del barrio 27 de Febrero no está claro, y se hará difícil de aclarar si solo hablan los interesados, de lado y lado, y sin que se separen y diferencien los hechos.
Por ejemplo, no puede meterse en el mismo paquete la muerte ocasionada por un policía, sean cuales hayan sido las circunstancias, y el ataque alevoso a la autoridad.
Lo primero no es nada nuevo, ni tampoco del otro mundo, aunque se lamente. Que no es el caso de lo segundo, que sí resulta fuera de lugar y preocupante.
Los periodistas, que no los policías, hablan de una emboscada con armas de diversos calibres y de parte de gente que intentaba defender un territorio que consideraban propio.
Conviene no olvidarse de los 300 y tantos fugados de una cárcel haitiana y que cruzaron la frontera.