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El transporte de carga hacia Haití: ¿Negocio o conflicto internacional?

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El transporte de carga hacia Haití: ¿Negocio o conflicto internacional?

Entre los meses de mayo a octubre del 2013 tuve la oportunidad de realizar un estudio sobre la problemática del transporte transfronterizo Haití-RD, el cual serviría de base a una propuesta de Protocolo Binacional para el Transporte, asignación encomendada a la Comisión Mixta Bilateral que asumió la parte dominicana con mayor diligencia y apoyo de los Fondos Europeos a través del PNUD.

Como países limítrofes no sorprende que sea el transporte terrestre es la vía natural de los intercambios entre la República Dominicana y Haití; lo que sí llama la atención es que ninguno de los países haya establecido un Reglamento común de tránsito terrestre transfronterizo como se estila en la mayoría de los países colindantes.

El más reciente esfuerzo lo recoge el Memorando de Entendimiento sobre Transporte Transfronterizo, suscrito por los Cancilleres Carlos Morales Troncoso (RD) y Laurent Lamothe (HT) el 26 de marzo del año 2012, el cual responde a “la necesidad impostergable de organizar las condiciones de ingreso y tránsito, los requisitos y las garantías para el transporte de carga de mercancías y pasajeros de matrícula extranjera; así como de coordinar y organizar los pasos o cruces fronterizos invirtiendo en infraestructura y equipos que permitan operar como una frontera internacional”.

De las motivaciones del Memorando se desprende que el tema de la seguridad y las garantías necesarias para el transporte de carga, no es un tema relacionado con la puesta en marcha del Plan de Regularización o retaliaciones derivadas del mismo. Los problemas recientemente denunciados por Fenatrado se derivan principalmente del hecho de que los beneficios son percibidos casi exclusivamente por los transportistas dominicanos.

Este transporte unilateral, ha dejado a los transportistas haitianos sin fuente de empleo, especialmente aquellos que antes del terremoto del 2010 transportaban la carga nacional desde el puerto de Puerto Príncipe. En efecto, a partir del 2010, prácticamente la totalidad de la carga internacional con destino hacia Haití, llega a puertos dominicanos, y desde aquí es transportada hacia su destino original por los únicos transportistas con acceso a los muelles. El transporte de carga en la República Dominicana se encuentra controlado por Sindicatos de Transporte organizados bajo la Federación Nacional de Transportistas Dominicanos (Fenatrado).

Los transportistas dominicanos de carga pesada hacia Haití se quejan de la falta de seguridad personal para los transportistas y para la integridad de la carga. No son extraños los informes de robo de mercancía, desaparición de vehículos y sus choferes – algunos dados por muertos, sin que existan instancias que investiguen estas acciones, y, a pesar de la intervención de la Embajada dominicana, han faltado las respuestas de las autoridades locales de Haití.

Pero también existen demandas de la parte haitiana recogidas formalmente por la Embajada dominicana en Puerto Príncipe en varios informes del año 2012. Los reclamos de los sindicatos haitianos se resumen en: a) Solicitud de acceso directo a los puertos dominicanos a retirar mercancía destinada a empresas haitianas; y b) que una parte de los trailers les sea entregado en la frontera para ser recibidos por choferes haitianos en sus camiones.

El hecho de que a la fecha haya sido imposible negociar un punto intermedio entre los transportistas, es lo que ha elevado estos incidentes a categoría de conflicto internacional.

De parte del gobierno dominicano es antológica su incapacidad de imponer las normas constitucionales y de libre empresa a los transportistas. En esta suerte de ley del más fuerte, surgen las prácticas violentas y las extorsiones.

El cobro de peajes por el uso de las rutas internas en Haití que de manera informal llevan a cabo los sindicatos haitianos como medio de obtener ingresos del negocio, las amenazas a la seguridad de la carga y y los actos vandálicos contra transportistas dominicanos responde al interés de que no ingresen a su territorio y traspasen en la frontera el transporte a los nacionales haitianos.

Hay una clara correlación entre el reclamo de los transportistas dominicanos por mayor seguridad personal y el establecimiento de un corredor seguro de Santo Domingo a Puerto Príncipe; y el reclamo de los transportistas de carga haitianos que demandan participar del negocio, retirando la mercancía con destino hacia Haití en los puertos de tránsito de la República Dominicana.

Resulta evidente que los ataques sufridos por los transportistas dominicanos, más que un resultado de la inseguridad de Haití, ha sido táctica exitosa para lograr que los transportistas dominicanos desistan de aventurar la carga más allá de la frontera o se vean forzados a pagar por la seguridad, generando, vía intimidación, la anhelada participación en los beneficios económicos del transporte de carga transfronterizo.

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