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Liderazgo político, económico y diplomático

Un informe del Servicio de Investigación del Congreso (CRS) estadounidense, conocido por su nombre en inglés como Congressional Research Service, dado a conocer la semana pasada, pondera positivamente cómo los gobiernos del expresidente Leonel Fernández restauraron la confianza y alcanzaron niveles paradigmáticos de crecimiento, resaltando, además, cómo República Dominicana, bajo su liderazgo fue determinante en el arbitraje y solución de conflictos regionales.

El estudio fue elaborado por Clare Ribando Seelke, una especialista del CRS en asuntos latinoamericanos, que se valió de informaciones esenciales acerca del desempeño de la economía, la política, el desarrollo de obras de infraestructura y de las excelentes relaciones diplomáticas y comerciales que impulsó Fernández con Estados Unidos y sus vecinos.

Al enumerar los amplios logros alcanzados por la administración Fernández, la analista sostiene que al concluir su gobierno en el país quedaron pendientes desafíos importantes en las áreas de energía, seguridad ciudadana y el mejoramiento de la calidad educativa. Otros aspectos como el control alcanzado por el PLD en la administración del Estado, sus victorias electorales, el rol de asistencia que República Dominicana llevó a cabo a propósito del terremoto en Haití, así como el gran esfuerzo para sacarnos con éxito de la crisis económica y social en que el gobierno de Hipólito Mejía sumió a la nación.

El diagnóstico no fue tomado de una fuente desprestigiada, ni la información levantada sin ningún rigor profesional o con sesgo político. Se trata de una fuente de amplio respeto académico mundial como el CRS.

El Servicio de Investigación del Congreso (CRS) se ha ganado la autoridad en más de un siglo de labor profesional, transparente, confidencial, objetiva, independiente y no partidista. Trabaja en temas complejos de manera exclusiva para la entidad cultural más antigua de Estados Unidos, la Biblioteca del Congreso. Esa labor de investigación parte de enfoques distintos tomando en cuenta todos los ángulos posibles, como se trabaja cuando impera la seriedad.

Esta unidad proporciona al Congreso de los Estados Unidos el apoyo fundamental para que los congresistas estén en condiciones de afrontar los más complejos temas sobre políticas públicas o relaciones internacionales.

El CRS cuenta con más de 400 analistas de políticas, entre abogados y profesionales de la información. Posee cinco divisiones de investigación que abordan temas como Gobierno y Hacienda, Derecho Americano, Asuntos Exteriores, Defensa y Comercio, Ciencia y la Industria, Administración Pública, Inmigración, Energía, Protección del Medio Ambiente, Tecnología y Salud.

Hay aspectos nodales de políticas públicas en los cuales el PLD tiene que seguir avanzando, establece el informe. Sin embargo, son muchos los ámbitos en los que las administraciones peledeístas han sido exitosas, como lo establece la analista Ribando Seelke.

Fernández no solo fue capaz de devolver la confianza y la estabilidad, sino que garantizó un crecimiento de 7,3 por ciento del PIB desde 2004 hasta 2006, a pesar de la crisis económica de 2003. Y los años posteriores registraron también estabilidad y crecimiento.

“La República Dominicana es uno de los países de América Latina y el Caribe más exitosos en materia de crecimiento económico en las últimas dos décadas. Este elevado dinamismo se ha traducido en más y mejores empleos y avances en el bienestar de la población; el país transita por la ruta de la democracia, se fortalecen sus instituciones y aspira a que los frutos de ese crecimiento sirvan para reducir significativamente los niveles de pobreza y desigualdad”.

El anterior es el introito del documento “Desarrollo económico y social de la República Dominicana: la última década y perspectiva a largo plazo”, un documento suscrito entre la Comisión Económica para American Latina y El Caribe (Cepal) y la entonces Secretaría de Estado de Economía, Planificación y Desarrollo, firmado por el secretario Ejecutivo de la Cepal para la época, José Luis Machinea y el ingeniero Juan Temístocles Montás. (ver portal del Ministerio: economia.gob.do, en el apartado publicaciones).

Es un libro que en más de 250 páginas analiza los principales desafíos que enfrenta República Dominicana “para consolidar su transición hacia un estilo de desarrollo que sea sostenible en el largo plazo, en el cual el dinamismo económico se preserve en un marco de gobernabilidad democrática y equidad, y caracterizado por altos grados de cohesión social y territorial” .

Sirvió de base para articular la Estrategia Nacional de Desarrollo 2030, que luego se convirtió en Ley en la administración Fernández, destacándose en ésta las fortalezas, oportunidades y desafíos encontrados por los expertos analistas de la Cepal y técnicos del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo; esta última entidad sirvió de contraparte para realizar el informe.

A tiempo de señalar las debilidades que afronta el país para alcanzar la convergencia hacia el desarrollo, el análisis concluye que el país ha sido el de mayor crecimiento sostenido de América Latina, desde los inicios de la década de los noventa, teniendo su único punto débil el performance negativo del gobierno de Mejía.

“La República Dominicana -dice el documento- es actualmente una de las economías más abiertas de América Latina, e incluso a nivel internacional”.

Sostiene que “ante la disminución absoluta de las exportaciones y las importaciones de bienes en 2001 y 2002, el sector público buscó mantener los niveles de actividad económica vía la construcción y el endeudamiento externo. A pesar de las condiciones adversas, la economía dominicana logró crecer a tasas reales de 1,8% en 2001, aunque se desplomó en 2003. La quiebra de varias instituciones del sistema bancario dominicano en 2003 truncó estos esfuerzos y ocasionó la peor caída del PIB desde 1990. En este año, el gobierno de la República Dominicana acudió al Fondo Monetario Internacional (FMI) para obtener los recursos necesarios para saldar los problemas financieros y hasta 2007 se habían firmado seis Cartas de Intención ante el FMI”.

“Así, desde 2001 y particularmente desde 2003, la República Dominicana había vuelto a un período de inestabilidad económica destacando la caída del PIB, el incremento de los precios relativos en un 42,7% en 2003, un período de fuertes oscilaciones y profunda devaluación del peso, así como fuertes caídas en el salario, disminución en la generación del empleo, de la inversión bruta interna y del consumo. El incremento de la deuda externa y la salida de capitales en 2003 incrementaron la incertidumbre”. Estas son verdades que ninguna entidad o persona que su juicio no esté afectado por intereses mezquinos o prejuicios, puede menospreciar.

Tanto la Cepal, el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), entre otras entidades de integración económica, financiera y política, concuerdan en los avances experimentados por República Dominicana, especialmente en los períodos gubernamentales de Fernández, sin que eso implique desconocer los retos pendientes, que deben ser abordados con visión y voluntad, cualidades que a Fernández no le faltan.

El informe rendido por la analista del Congreso de Estados Unidos, dado a conocer en el país, lo que hace no es más que testimoniar una realidad que no se puede ocultar con ingratitudes ni con oportunismo.