Compartir
Secciones
Podcasts
Última Hora
Encuestas
Servicios
Plaza Libre
Efemérides
Cumpleaños
RSS
Horóscopos
Crucigrama
Más
Contáctanos
Sobre Diario Libre
Aviso Legal
Versión Impresa
Redes Sociales
opinion

Razón apasionada

Expandir imagen
Razón apasionada

La semana pasada la Editorial FUNGLODE puso a circular una obra en dos tomos con el sugerente título de Crónica de una razón apasionada, que recoge 297 textos – la mayoría artículos de prensa, pero también algunas entrevistas- de Carlos Dore Cabral, publicados durante el período en que este destacado sociólogo, político y hombre público ejerció la posición de Director de Información, Análisis y Programación Estratégica de la Presidencia (DIAPE) durante la primera gestión del presidente Leonel Fernández (1996-2000).

Confieso que no simpatizo mucho con los libros que recopilan artículos publicados en la prensa, pues entiendo que estos, en sentido general, por responder a situaciones coyunturales o contener reflexiones a veces fugaces, carecen del rigor propio que se espera de un libro con vocación de trascender en el tiempo y ser un verdadero aporte al conocimiento. Debo decir, sin embargo, que este libro me cautivó enormemente y que, al terminar de leerlo, no me quedó duda de que el mismo será una referencia obligada para entender ese importante período de la historia política dominicana.

Al leer este libro se recrea con una vitalidad extraordinaria las situaciones políticas que se vivieron durante ese período de Gobierno: los conflictos, los actores, los debates, los cambios institucionales y el quehacer político del país en toda su intensidad. Puede decirse que, aunque se trata de una colección de artículos, visto en conjunto, es un libro de historia propiamente, aunque obviamente no la historia escrita por alguien que asume una posición neutral frente a los acontecimientos que estudia, sino el relato que se desprende de alguien que tuvo un posicionamiento político y que a la vez se valió de su arsenal intelectual para opinar sobre una variedad de temas sobre la vida política, social, económica y cultural del país, así como sobre otros temas que trascendían el ámbito local.

El estilo es un aspecto importante en toda obra, y este caso no es una excepción, pues el mismo es particularmente atractivo. Si bien una parte de esos artículos están escritos con el tono frío y desprendido del académico y analista, muchos otros tienen el sello del polemista comprometido con una causa o una idea. Carlos Dore polemizó durante esos años con la dirigencia completa del PRD, con muchos de sus colegas intelectuales, con miembros de la prensa y con viejos compañeros de la izquierda revolucionaria. En buen dominicano, Carlos “no barajaba pleito”, iba directo al grano, identificando su contrincante y marcando con claridad sus diferencias. Debo decir que en ocasiones fue bien duro, pero nunca usó epítetos o calificativos que pudiesen herir o descalificar moral o personalmente a su contrincante. De hecho, muchos de esos con quienes polemizaba eran sus amigos de años, algunos compañeros de lucha política y otros colegas de la academia y el mundo intelectual, pero eso no impedía que él dijera lo que pensaba de manera directa, franca y, por qué no decirlo, provocativa.

En cuanto al contenido, Carlos cubrió una variedad de temas que palpitaban en la sociedad dominicana de esa época: el Diálogo Nacional, los conflictos sociales, la reconfiguración de las fuerzas partidarias, los cambios en el liderazgo político, el papel de los intelectuales en la política y la vida pública, la cuestión migratoria, la reforma constitucional, entre otros. En cada uno de estos ejes temáticos hay aportes sustantivos y perdurables.

En lo que respecta al liderazgo y los partidos políticos dominicanos, vale la pena traer a la discusión algunos de los certeros juicios que Carlos Dore emitió sobre este tema, los cuales, publicados hace algo más de quince años, arrojan mucha luz sobre lo que está ocurriendo en la vida política del país en la presente coyuntura. Así, por ejemplo, en un artículo publicado en enero de 1998 el autor expresó sobre el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) que este partido “carece de un claro e indiscutible sustituto o heredero del liderazgo de José Francisco Peña Gómez. Ahí parece residir la fuerza actual del PRD, en el sentido de que la posibilidad de división es cero mientras su líder se mantenga en la política activa, pues no hay quien le dispute seriamente el mando de la organización. Empero, esa es quizás su debilidad a plazo mediato, en el sentido de que una vez agotado, por las razones que sea, el liderazgo actual, se corre el riesgo de que el perredeismo se fraccione en tantos grupos como dirigentes de facciones existan, ya que nadie entre ellos reconoce que alguien que no sea él puede dirigir el partido”. El resto es historia.

En lo que respecta al Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) y su líder, Dore señaló en un artículo publicado en junio de 1998 lo siguiente: “El Dr. Joaquín Balaguer es el prototipo de líder que, cual Saturno, termina devorando a sus propios hijos (a las figuras que crecen bajo su cobija), es el más estéril de los grandes dirigentes del país en cuanto al legado de nuevos personajes al mundo de la política. No puede pensarse seriamente en uno o dos dirigentes reformistas que, una vez retirado su líder, puedan sustituirlo y mantener unido y vigoroso al PRSC”. El resto también es historia.

Y del profesor Juan Bosch dijo que fue “el más fértil de los líderes nacionales contemporáneos, el que más ha contribuido a la formación de otras figuras que destacan en el escenario político actual”. Cuando Carlos Dore escribió esas líneas solo había emergido el presidente Fernández como figura destacada, pero ya ese partido ha producido dos presidentes en un tiempo relativamente corto, de modo que esta afirmación del autor también ha sido validada.

De haber estado en condiciones de participar en el debate político actual, Carlos Dore hubiera tenido mucho que aportar. Quedan, sin embargo, estos artículos que ha recogido FUNGLODE en esta obra, muchos de los cuales son sumamente relevantes para entender el presente político y social de la nación. ¡Enhorabuena!