El modelo re-eleccionista
Diario Libre
El tema del período presidencial ha sido recurrente en la historia republicana. Hemos tenido períodos cortos (de dos años) y largos (de seis). Ninguno ha podido lograr curarnos de la más terrible de las enfermedades políticas: la permanencia en el mando y las dictaduras.
La impotencia del PRD en desalojar a Balaguer del poder hizo de la no reelección un principio que dura hasta hoy en ese partido, aunque no se sabe si en el PRM será doctrina, porque uno de sus líderes cambió la Constitución intentando reelegirse.
Cuando llegó el momento de la reforma que parió la Constitución del 2010, el PRD planteó el tranque: debía modificarse el tema de la reelección aprobado en el 2002 por ese partido.
El dilema se le presentó a Leonel Fernández: el Presidente estaba de acuerdo con alguna forma de reelección, pero por pudor político no podía presentar una propuesta que lo beneficiara, como hubiese sido el sistema vigente en los Estados Unidos. Además, el PRD estaba cerrado a banda sobre el punto.
Entonces se optó por el sistema actual que es, al mismo tiempo, de no reelección consecutiva, pero sí indefinida, en la medida en que un expresidente puede aspirar mientras vida tenga.
Solo la reelección indefinida es peor que este sistema, como expuse en las discusiones del anteproyecto, porque mantiene una espada de Damocles sobre el sistema político, castrando las aspiraciones de los nuevos líderes. Pero era lo que se podía aprobar entonces. Volveré sobre el tema.
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