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Encaje para viviendas

Poner el encaje a trabajar. Eso es lo que el Banco Central decidió hacer al permitir que los intermediarios financieros usen parte de sus fondos de encaje para otorgar préstamos para viviendas.

Sólo una parte, por supuesto, hasta RD$10,000 millones, y no de golpe,0 sino de forma gradual, RD$8,918 millones a los bancos múltiples y RD$1,082 millones a las AAyP.

En cierto modo será una devolución de fondos congelados en enero por el incremento en encaje, medida tomada en respuesta a las alzas que estaban ocurriendo en el valor del dólar.

No obstante críticas de sectores que la consideraron innecesaria y lesiva al crecimiento, el BC mantuvo su medida vigente y estabilizó el tipo de cambio.

La devolución es condicional, pues los recursos deben usarse para dar créditos interinos a promotores de viviendas, y de largo plazo a los que las adquieran, hay topes para las tasas de interés, y límites al valor de las viviendas. Es otro indicio de que el uso selectivo del encaje a favor de actividades económicas específicas no es cosa del pasado, en un medio como el nuestro donde la rentabilidad privada de la inversión no necesariamente coincide con la que le correspondería según su prioridad social.

Al comienzo del 2009, otra reducción del encaje fue también selectiva para préstamos a la agropecuaria, construcción, manufactura local y pequeñas empresas.

El BC no ha señalado aún cuáles valores admitirá como garantía para liberar los fondos. Dependiendo de qué valores acepte, la disposición podría beneficiar también a los emisores de esos títulos, al otorgarles un atractivo de liquidez adicional.

No corresponde al BC intervenir en el tipo de viviendas que serán construidas, pero sería deseable aprovechar este tipo de facilidades para introducir algún grado de racionalidad a la expansión urbana, descontrolada y anárquica en cuanto a zonas geográficas, servicios públicos y densidad poblacional.

gvolmar@diariolibre.com