Compartir
Secciones
Podcasts
Última Hora
Encuestas
Servicios
Plaza Libre
Efemérides
Cumpleaños
RSS
Horóscopos
Crucigrama
Más
Contáctanos
Sobre Diario Libre
Aviso Legal
Versión Impresa
versión impresa
Redes Sociales
opinion

Carta a Dios

Expandir imagen
Carta a Dios

Querido Dios:

Quiero conversar contigo con el mayor respeto y cariño, y tan cotidianamente como con un gran amigo. Deseo agradecerte los días que invertiste de tu valioso tiempo en crearnos y regalarnos un mundo donde existir, sé que lo hiciste con la mejor intención, y con los mas altos standards de calidad, como sólo tú sabes hacerlo, por eso hoy, al mirar a mi alrededor, y ver en lo que nos hemos convertido, y en el poco valor que le damos a cada cosa que creaste, siento vergüenza, tristeza y pena, por eso te pido perdón.

Sé que en estos momentos, estás un poco decepcionado con nuestro comportamiento, y hasta creo saber algunas de las preguntas que te inquietan hoy, tales como: ¿por qué, si los hice con tanto amor, ustedes no lo reciben de igual manera, y no lo comparten? ¿Si lo único que les pedí fue que se amaran unos a otros, y que vivieran felices? Saben, me inventé la felicidad para ustedes, pero ¿cómo es que llegan a deprimirse hasta el punto de derribar un avión lleno de personas inocentes, en vez de buscar ayuda en mis brazos? ¿Dónde dejaron los valores humanos, la justicia, fidelidad, honestidad, respeto a lo ajeno y a la vida? ¿Es que no saben que eso me duele, y hasta llego a dudar de si lo que he hecho ha sido para bien? Díganme en qué les fallé?.

Mi amado Padre Dios, quiero que sepas que tú nunca has fallado, todo lo hiciste perfecto, somos nosotros que lo hemos dañado y arruinado casi todo, por eso te dije al principio que tenía vergüenza contigo. Nos estamos llenando de malos ejemplos, de algunos que al parecer, no saben de ti, y nunca se han preocupado por conocerte, qué pena me dan esos miserables humanos, que por maldad, por ignorancia o simplemente por no saber de ti están maltratando tu creación.

Quiero decirte que no todo está perdido, mi Dios, todavía existimos unos cuantos amándote, respetándote y adorándote, esperando confiadamente en tu sagrada misericordia.

Que en esta Semana mayor estaremos de rodilla, por la muerte de tu hijo Jesús, nuestro salvador, pero alegres de saber que hay un Domingo de Resurrección, donde nuevamente nos das la oportunidad de volver a vivir y ojalá lo hagamos de la forma que planeaste, en armonía, hermandad, justicia, amor y felicidad.

Padre bueno, no nos pierdas de vista, por favor, y que “nada humano nos falte, pero que nada sólo humano nos sea suficiente”, y que vivamos con una plegaria en los labios, y con la conciencia de que “Sólo Dios Basta”.