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Qué dirán

Algunas personas se preocupan mucho por lo que de ellas piensen los demás. A veces la inquietud es válida, como cuando se trata de las opiniones de sus superiores en el trabajo, pero en otros casos es el resultado de un deseo de ser reconocido, aceptado y aprobado, en combinación con un cierto nivel de inseguridad emocional.

A los países les preocupan las opiniones de quienes compran los bonos y demás valores que ellos emiten, inquietud cuya validez es tanto mayor cuanto más endeudados estén.

Como necesitan vender nuevos valores para financiar sus gastos y poder pagar los que van venciendo, y como saben que de lo que piensen los inversionistas dependerán los intereses que tendrán que pagarles, los gobiernos y sus funcionarios usualmente sopesan sus informes y declaraciones según el efecto que puedan tener en el costo de la deuda.

En el caso de la República Dominicana, los acontecimientos políticos inciden mucho en las opiniones de los inversionistas. Asuntos como las decisiones del comité político del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), la fragmentación de la oposición, las sentencias judiciales, la reelección presidencial y el discurso de Leonel Fernández el lunes, inciden igual o más que las perspectivas de los precios del oro y del petróleo.

Los políticos, sin embargo, no siempre están conscientes del impacto que sus actuaciones tienen a ese respecto, ni tampoco se analizan de forma sistemática las reacciones de los inversionistas ante esos eventos.

El objetivo de los inversionistas es ganar dinero. Si van a comprar un bono a tasa fija ahora, ganarán más cuanto mayor sea su tasa efectiva de rendimiento. Si lo compraron antes y quieren venderlo, ganarán más cuanto mayor sea la diferencia entre la tasa de interés a la que el bono que poseen fue emitido y la que prevalece actualmente en el mercado. Se guían por los dictámenes de las agencias calificadoras, y aunque les agrada la estabilidad, no les gusta el estancamiento.

gvolmar@diariolibre.com