Alma de héroe

En la tarde del pasado miércoles, un joven dominicano mostró su alma de héroe.

Ante un intento de suicidio de una joven estudiante universitaria, este dominicano solidario, estudiante igual que ella, no vaciló en lanzarse al pavimento a socorrer a la desconocida que luchaba por su vida.

Los nombres no importan, ni los hechos que condujeron a la decisión. Lo que importa es la disposición de arriesgar la propia vida en beneficio de los demás, sin esperar recompensa.

Ese deseo de servir de tantos dominicanos habla más alto que los gritos de los delincuentes, pues demuestra que en nosotros vive esa alma de héroe que se requiere para sacar el país hacia adelante.

La encontramos en el policía decente, en el trabajador servicial, en el ama de casa sacrificada, en el maestro, en el bombero, en el que apenas tiene el buen deseo de ayudar a su familia.

La vemos en la muchedumbre honesta que ayuda en los barrios, que se organiza en entidades benéficas, en juntas de vecinos y en clubes culturales y deportivos.

Estamos llenos de héroes sin medallas -y que además, no las necesitan- con los cuales construir la nueva República Dominicana.

El gesto de este joven debe ser reconocido por las autoridades.

En vez de hacerse el simpático, tomarle una foto a la tragedia y subirla a las redes sociales, el héroe llamó al 9-1-1 en auxilio, y se mantuvo al lado de la muchacha herida desafiando el tráfico y los peligros.

Todavía hay Patria.

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Adriano Miguel Tejada