¿Cómo se llega a un país de clases medias?

El presidente Medina necesita recuperar la confianza perdida de un sector del país. Le urge. En un discurso enfocado tanto o más en el futuro que en la rendición de cuentas pasadas, el mandatario habló de “enemigos” y “caos” en un tono que no acostumbra a utilizar.

En su lucha personal contra las tasas de pobreza, el Presidente necesitará de su lado a los empresarios porque el país necesita que se creen empleos en el sector privado, no que se multipliquen los bonos sociales. Todo forma parte de un conjunto y las urgencias corren a cuenta del sector público. Pero no para siempre. Y no es un éxito que cada año se sumen cientos de miles a los subsidios; el éxito sería que se puedan ir desmontando.

Sueldos, Santo Domingo Savio (tras el éxito de La Barquita), bosques, transporte... buenos planes que habrá que ver cómo se concretan en el tiempo porque son necesidades largamente pospuestas. Pero no se habló de la presión migratoria ni del tamaño de la deuda, temas que realmente influyen en el futuro del país porque son transversales y afectan a la educación, la salud, el empleo, la tasa de cambio, los salarios...

Danilo pide confianza en la lucha contra la corrupción. Algo que implica primero concretar la derrota de la impunidad. Y sobre Punta Catalina... ¿qué pasaría si el informe de la Comisión no resultara como él espera?

Fue un discurso diseñado para recuperar el control de la conversación pública con algunos mensajes reforzadamente populistas: todos queremos que se arregle el tráfico (¿quién, cómo se pagará su plan de billete único del transporte público?), que suban los sueldos, que baje el precio de la luz y que “alguien” tenga la culpa...

Pero... ¿se puede lograr todo eso por decreto?

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Inés Aizpún