El caso del Edificio Curvo
Inés Aizpún
No es el título de una aventura del detective Philip Marlowe. Es un caso más de atentado urbanístico, ahora en un complejo que en cualquier ciudad sería un icono de la arquitectura de una época.
El Edificio Curvo, en el comienzo de la Avda. Anacaona colinda con el condominio El Embajador, completando un conjunto construido en los años setenta por iniciativa oficial, con los estándares más altos. El área demuestra planificación urbana, zonas verdes de propiedad común, diseño inteligente de los edificios y apartamentos, con una estructura anticiclónica que todavía es ejemplo para los jóvenes arquitectos. Es un entorno celosamente apreciado por sus vecinos, algunos con más de 40 años en la zona.
Ahora, Novosit, empresa de tecnología, ha decidido arremeter contra la fachada del Edificio Curvo alterando espacios y paredes, añadiendo muros por delante, por detrás, por arriba, tapando vanos, cerrando pasillos comunes, subiendo alturas. Ganando espacio para su nueva oficina.
Y otro negocio, un salón de belleza propiedad del Sr. Kehr habilitó área verde común para “su” parqueo. Todo a gran velocidad (ya saben, una vez hecho...) y a plena vista, en la misma ruta del presidente Medina.
El Sr. Francis Reyes, propietario de Novosit - y en su día delegado técnico del PLD- no devolvió la llamada de Diario Libre para comentar el “edificidio”, el estatus de los permisos para perpetrarlo o qué opinan los arquitectos que lo diseñaron.
(Perdemos ciudad todos los días... Y no poco a poco, más bien indeteniblemente.)
IAizpun@diariolibre.com
Inés Aizpún
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