El sistema bancario y los dólares

El comunicado de la Asociación de Bancos sobre la situación del dólar reconoce lo que todos sabíamos.

Redactado en el mejor estilo de los pisos encumbrados, el comunicado admite la crisis entre líneas, sin ofrecer garantías de solución.

Es evidente que ante la presión de sus clientes, los banqueros tuvieron que acudir al Banco Central en busca de ayuda. No es que el Banco Central fuese la fuente del problema (aunque hay sus opiniones al respecto), pero resulta obvio que el manido argumento de que se trataba de un asunto “estacional” no tenía credibilidad.

Las soluciones propuestas dependerán del grado de confianza que exista entre los agentes económicos y de sus perspectivas sobre el futuro inmediato. Si el porvenir cercano es de un dólar más fuerte y un peso más débil, de seguro que la gente va a seguir buscando dólares.

El informe del Fondo Monetario Internacional publicado ayer ofrece una perspectiva poco auspiciosa en ese sentido. Y a propósito, debiera darnos vergüenza que Haití publica in extenso los informes del FMI sobre su economía, y aquí, en el país de la “transparencia”, el Banco Central se acoge a su opción de no publicarlos.

Finalmente, este diario ha venido señalando el problema, porque nuestra empresa es una consumidora de dólares para pagar los insumos con que se elaboran nuestras publicaciones. Sabemos de las dificultades para conseguir los montos que se necesitan para operar. Nuestro interés es que se corrijan situaciones que afectan a todo el país, porque, por ejemplo, si no hay dólares para maíz, no habrá pollos, y así con todas las actividades económicas de la nación.

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Adriano Miguel Tejada