Partidos, riqueza y control estatal

Crece la impresión en el país de que las recurrentes crisis políticas que estamos viviendo los dominicanos, sean artificiales o no, corresponden a un modelo partidario basado en el patrimonialismo.

Los partidos políticos siguen siendo fundamentales en la consolidación del sistema democrático, pero partidos dedicados a la función de movilizar a las masas en pro de un programa ideológico que contribuya a mejorar las condiciones de existencia de la población.

Pero lo que importa a los partidos en la realidad dominicana actual, no es el avance de un programa político, sino el mejoramiento de las condiciones económicas de sus miembros a través de la detentación del poder.

Merle Kling en su obra “Toward a Theory of Power and Instability en Latin America”, explica que “[cuando] el control de las bases económicas convencionales del poder permanece relativamente estático... se atribuye un premio económico excepcional al control del aparato dc gobierno como una base de poder dinámica. Mientras que las bases convencionales de poder restringen la movilidad en la situación económica, el control del gobierno proporciona una ruta excepcionalmente dinámica para alcanzar la riqueza y el poder. Por lo tanto, la diferencia entre el carácter estable de las bases económicas convencionales del poder y la situación poco convencional y cambiante del gobierno, causa una competencia intensa y violenta por el control del gobierno como medio para la adquisición y expansión de una base de riqueza y poder.”

Es lo que se está viendo en el PLD que amenaza su unidad y lo que ya se ha visto en las alianzas partidarias en tiempos de elecciones. De seguir las cosas por ese derrotero, esperemos más divisiones partidarias.

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Adriano Miguel Tejada