Policías, seguridad y “guachimanes”

El dato es revelador: hay, al menos, igual cantidad de vigilantes privados que miembros activos de la Policía Nacional.

A nadie parece preocuparle el dato ni lo que implica. Tampoco se plantean temas de cooperación y salvaguarda comunes a ambos cuerpos.

En estos tiempos que están lanzando la guardia a la calle para colaborar con los esfuerzos de la Policía en el combate a la delincuencia, ¿por qué no coordinar mejor la presencia de esos miles de hombres armados con el mismo propósito?

Cuando no existían los “guachimanes”, el “sereno” era la institución encargada de cuidar negocios y casas. Estos hombres, normalmente mayores y armados de “colines” y armas blancas, coordinaban su labor a base de pitos. Cuando un “sereno” notaba algo raro, pitaba, y a esa señal todos los “serenos” alrededor se ponían en guardia.

¿Por qué las empresas de vigilancia no dotan de sistemas de comunicación a sus hombres? Estos aparatos podrían servir para monitorearlos y, al mismo tiempo, conectarlos a los canales policiales para un mejor servicio a toda la ciudadanía.

Esto no quiere decir que los guardias privados tengan que batirse a tiros con los delincuentes, pero podrían dar aviso a las autoridades o estar más alertas cuando ocurra algún incidente en las cercanías de su lugar de trabajo.

Quizás no hubiese necesidad de tirar la guardia a la calle si existiera una mejor coordinación entre todos los que tienen una responsabilidad --pública o privada-- de preservar vidas y bienes. Lo dejo de tarea.

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Adriano Miguel Tejada