El grande escapa siempre...

El cuento de nunca acabar. Cada vez que se acusa a una persona, o se le somete, o se le juzga, o se le condena por algo impropio, se descalifica el proceso, porque no se implicó a fulano o a zutano.

Nadie quiere al pez pequeño, sino al grande que se supone y se cree causante mayor.

La justicia debe ser contra todos, el pequeño y el grande, y en casi todas las oportunidades no hay formas de llegar al grande, si no se alcanza al pequeño.

Watergate llegó hasta el presidente Nixon, pero primero se procedió contra los plomeros, los que realmente habían penetrado a las oficinas del partido Demócrata alojadas en ese hotel.

Las investigaciones en cadena van descubriendo situaciones y niveles, y si se hace la tarea, se llega a la cúspide. En Norteamérica y España, y siempre con resultados.

Aquí todo se queda a medio talle, y la razón es simple y la misma: se quieren tener los frutos antes de ir al fundo, o antes de subirse a la mata, o comérselos antes de pelarlos.

No se hace honor al refrán de que más vale pájaro en mano que cien volando. Entonces, como se prefieren los cien, ninguno cae en mano. Y se deja ir la liza después de atraparla.

Diario Libre