Pastorino era un chivito...

No es verdad que el presidente de la Junta Central Electoral tenga tan llena su agenda de trabajo, que no pueda dar una cita al embajador norteamericano, que la solicitó hace días.

La excusa o el retraso intrigan, y llevan a preguntar qué saben el diplomático y el funcionario que no el resto de la opinión pública, pues la prisa de Brewster luce imperialista, y la renuencia de Rosario meladaganaria.

No obstante, hay que decir que los responsables de los órganos públicos no están en esos puestos para saciar la curiosidad de la Embajada o acoger como propios sus intereses.

Más que en el caso del representante del “norte revuelto y brutal”, como lo calificara José Martí, es mucho el tiempo que se toma o se pierde.

Con el Procurador fueron más de dos horas, ¿y total para qué? Félix sigue tan campante como el escocés, si ese fue el tema, y será candidato con todas las posibilidades de ganar.

Con Brewster se pensó en colonialismo amable, con los gays y temas conexos, pero observándolo bien, es más intervencionista que Pastorino.

Que es mucho decir.

¿Se habrán perdido algunas cédulas...?

Diario Libre