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“Hemos sobrevivido cuarenta y cinco años gracias a la aceptación del público”

Ambos artistas coincidieron en el Festival de la Voz Dominicana de 1971, donde Adalgisa ganó tercer lugar, y Fernando quinto. La mayoría de los participantes fueron olvidados. Ellos no.

SANTO DOMINGO. Fernando Villalona y Adalgisa Pantaleón son dos de los más admirados intérpretes de la música popular dominicana, que cumplen 45 años de vida artística, razón por la cual fueron invitados al Diálogo Libre... a dúo.

“Carismático” y “polifacética”, así los definió, respectivamente, Adriano Miguel Tejada, director de Diario Libre, quien encabezó un panel que integraron NelsonRodríguez, jefe de redacción; Eli Heiliger, subjefe de redacción; Severo Rivera, subeditor de Revista, y Jeury Frías, periodista de la redacción integrada.

El Mayimbe, quien se inició cantando baladas y boleros y para quien el béisbol era una pasión, habló de antes y de ahora, y cómo conseguir el éxito. “Ahora es más fácil conseguirlo. La comunicación es más inmediata. En Loma de Cabrera todo el mundo tiene un celular” y acceso a las redes. Hoy, explicó, cualquiera graba en su casa con “una computadora y una mezcladorita”.

El artista insistió: “Para nosotros llegar hasta aquí tuvieron Solano, Cordero y José Joaquín Pérez que inventarse el Festival de la Voz”, y recordó que fue electo por el síndico Viterbo de la Rosa, para representar su pueblo, gracias a que cuando se iba la luz aquel adolescente que fue se las pasaba en el parque cantando y animando a la gente.

“Yo canto lo que sea”

Recuerda que después del festival “me puse de tiguerito en Ciudad Nueva, me agarraron esos tígueres y me volvieron un tiguerito también. Papá se dio cuenta y me llevó para Loma de Cabrera a cuidar las vacas. Vine con Los Hijos del Rey y Cholo Brenes me invitó a su casa y me dijo que había un proyecto pero que como yo era baladista no cabía. Me dijo que andaban buscando un cantante de merengue y yo le respondí: “Mire, compadre, yo canto lo que sea. Lo mío es vivir, mantenerme y echar pa’lante””. Y entró con Wilfrido Vargas cantando a Tatico Henríquez.

Llegada de San Francisco de Macorís a aquel primer festival, Adalgisa era “la niña que canta”. Fue la última que cantó ese día y la que acumuló más puntos. “Siempre ha habido mucho talento, lo que ha faltado es ayudar a proyectar esos talentos. Nosotros hemos sobrevivido 45 años por la aceptación del público, por el cariño, y porque amamos esta profesión que va a morir con nosotros”.

“He podido trabajar con los que me antecedieron, con los que estuvimos y con los de este tiempo”, afirmó la cantante de 440 que dice “nací cantando” y confirma que se ha diversificado (es cantante, actriz, escritora), una de las claves de su permanencia.

Las raíces cubanas de Adalgisa afloraron desde muy temprano (bolero, filin, son) “yo como sonera siempre he cantado todo... Le agradezco mucho a Dios haber podido cantar diferentes géneros”. Ganadora de un Grammy en 1991 por Bachata rosa, la cantante dice que ha logrado cosas y hay muchas que todavía tiene que lograr: “Yo seguiré cantando hasta siempre. Yo voy a morir con las botas puestas”, afirmó.

“¡De la Hostos 20 (su casa natal) a Fukuoka...!, así le dije a Juan Luis”, dice Adalgisa, y sonríe.

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