“La Orquesta Sinfónica Nacional tiene hoy día más sangre joven”

SANTO DOMINGO. “La Orquesta Sinfónica Nacional tiene hoy día más sangre joven, nueva, que nunca antes”, había dicho José Antonio Molina, a los inicios del Diálogo. “Es una obligación que tengo: la de crear esa pre-orquesta: la orquesta del futuro; muy apegado a la tradición del relevo. Los músicos que tengo ahí, hay quienes tienen cincuenta años miembros de la Sinfónica. Y quienes le dan voz y sentido a mi carrera son esos músicos”, subrayó.

Entre esos, están el violinista Guillermo Mota Curiel y el flautista Santi Rodríguez, sus directores asistentes, quienes valoraron la labor de Molina al frente del colectivo. “Quizás muchos no saben que el maestro, además de dirigir la orquesta, tiene sobre sí una carga de trabajo administrativo, de oficina... Nosotros nos encargamos de montar los repertorios para hacer los conciertos”, explicó el primero.

“Hicimos este año dos temporadas: la Didáctica y la de Jóvenes Solistas, que era una propuesta nueva. Hicimos tres funciones de “Pedro y el Lobo”, de Prokofiev, con teatro, narrador, títeres, escenografía, para niños a partir de tres años”, enumeró Mota Curiel.

La de jóvenes Solistas es una iniciativa de Molina de darle la oportunidad a jóvenes que se van formando en el Conservatorio, en escuelas privadas, proyectos culturales, de tocar con la Sinfónica. “Antes, ese tipo de iniciativas no estaban en el orden del día”, aseguró.

Por su parte, Santi estudió música en Santiago y se especializó en dirección de orquesta en Madrid.

“Desde que regresé en el 2010, la primera persona que me abrió los brazos, fue el maestro José Antonio. Es raro porque somos jóvenes, ¡y que te den la oportunidad y de una vez insertarte en una orquesta! Lo primero que hizo fue invitarme a todos los ensayos. Y luego la posibilidad de ensayar y dirigir la orquesta, fue una bendición. La mayoría de los jóvenes de otros países con los que me gradué, no han tenido esa oportunidad”, narró Rodríguez.

Alfonso Quiñones