El Consejo Presidencial
Requerirá de una ayuda incondicional de la comunidad internacional, pero mucho más de las fuerzas políticas internas
Falta mucho por andar, pero no hay duda de que la formación del Consejo Presidencial es una buena noticia para la búsqueda de una solución definitiva a la crisis que vive Haití.
Este organismo, compuesto por ocho hombres y una mujer, tendrá hasta febrero de 2026 para reencaminar al país hacia una democracia funcional y una sociedad operativa.
El Consejo tiene varios desafíos inmediatos, como la designación de su presidente y la elección de un primer ministro que dirija Haití hasta tanto se convoquen elecciones.
También deberá imponer sus prerrogativas en muchas áreas, como la llegada de una fuerza multinacional para ayudar a las autoridades policiales en el combate de las pandillas y el desplazamiento de los grupos de poder que normalmente bloquean los cambios y el orden institucional.
Para ello el Consejo requerirá de una ayuda incondicional de la comunidad internacional, pero mucho más de las fuerzas políticas internas, que deben convertirse en su fuente de apoyo para conseguir que la transformación ocurra y que el pueblo pueda vivir en paz.
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