El impacto de la crisis eléctrica en las empresas

“El elevado costo energético que enfrentan las empresas establecidas en territorio dominicano es el resultado de la profunda crisis de la industria eléctrica expresada en largas horas de apagones, altos niveles de autogeneración, con plantas de limitada capacidad e inversores para almacenar energía, que encarecen el precio este insumo productivo y reducen la competitividad. La mayoría de las empresas se ven obligadas a mantener una dualidad de fuentes de suministro eléctrico compuesta por la energía proveniente de las distribuidoras y la de las plantas de autogeneración que funcionan al interior de sus negocios.” Gomez et al., INTEC 2015

La hasta ahora insoluble crisis eléctrica se ha convertido en un pesado fardo para la viabilidad financiera de las empresas; y representa, a su vez, una severa limitación a la capacidad competitiva de esas empresas en los mercados internacionales. No es la única limitación –otros sobre costos y fallas institucionales se agregan a la lista-, pero sí es una de las más importantes. Eso ha quedado muy claro en el estudio que sobre el impacto de la crisis eléctrica en la economía dominicana ha realizado un grupo de investigadores del INTEC, bajo el patrocinio del BID, cuyos resultados comentamos la semana pasada en lo que concernía al consumo de electricidad de los hogares. En esta ocasión comentaremos sobre los resultados relacionados con el desempeño de las empresas.

Ante la realidad de los apagones, el 55% de las empresas encuestadas dijo tener una planta eléctrica. Ese porcentaje no es mayor, debido a que las microempresas –en general- no tienen la capacidad financiera para comprarla. De hecho, sólo el 31.7% de las microempresas afirmó tener un generador propio de electricidad. En este sentido, el estudio establece que la probabilidad de tener una planta eléctrica es menor mientras más pequeñas son las empresas. Es así como el 96.2% de las grandes empresas dijo tenerla. Esta desproporción al final cuentas opera en contra de las microempresas, las que prácticamente no tienen muchas opciones para defenderse de los apagones.

En línea con estos hallazgos, las microempresas que tienen plantas eléctricas gastan en la operación y mantenimiento de éstas el doble de la factura eléctrica que reciben. Este porcentaje contrasta notoriamente con el 16.3% que representa el gasto de las grandes empresas en la operación y mantenimiento de las plantas eléctricas con relación a la factura eléctrica. Otra forma de ver esta relación es que mientras más pequeña es la empresa mayor es el castigo financiero que les imponen los apagones. Mientras las grandes empresas dedican a los costos de electricidad cerca del 12% de sus gastos totales –una cifra nada despreciable-, las microempresas dedican casi el 29% de sus gastos totales a cubrir sus costos de energía. Es ciertamente difícil para una microempresa sobrevivir con una estructura de costos con esta composición.

Pero el uso de plantas eléctricas no es la única fuente alternativa de energía que utilizan las empresas; un 28.3% de las empresas utiliza inversores y un 30.3% utiliza tanto inversores como plantas eléctricas, según revela el estudio de INTEC; apenas un 16.5 no tiene ni planta ni inversor. Asimismo, las microempresas –con más de cinco horas diarias- reciben la mayor cantidad de horas de apagones, lo que está asociado con su mayor gasto de energía en relación con el incurrido por la mediana y las grandes empresas. Una conclusión del citado estudio es que “los cortes eléctricos afectan mayormente la productividad de las micro, pequeñas y medianas empresas debido a que estas incurren en un mayor gasto en operación y mantenimiento de sus plantas eléctricas en términos relativos, así como porcentaje de la factura eléctrica mensual.”

El problema de los apagones se agrava con la concentración de los mismos en horas de la mañana y de la tarde; el 53.8% de los apagones ocurre antes del mediodía, mientras que el 33.7% ocurre en horas de la tarde antes de la siete de la noche. Es decir que el 87.5% de los apagones se concentra en las horas más útiles para la producción de bienes y servicios.

La encuesta a las empresas incluyó una pregunta para determinar la percepción de quiénes tenían la mayor culpabilidad en la frecuencia de los apagones. Sin que fuera una sorpresa, más del 75% consideró que los principales culpables eran los gobiernos y sus agencias –CDEEE, las EDES y la SIE; en contraste, apenas el 11.5% consideró como culpables a los generadores. Una percepción que no está muy lejos de la realidad cuando consideramos el pésimo rol que han jugado los gobiernos en la búsqueda de soluciones eficientes a un problema que ha sido agravado justamente por malas políticas, corrupción y atropellos a la institucionalidad; factores que irremediablemente están vinculados entre sí. En este contexto, el Pacto Eléctrico que se discute actualmente representa –probablemente- la última oportunidad de consensuar una propuesta que efectivamente transforme a la industria eléctrica dominicana. Pero, los indicadores no son alentadores...

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Pedro Silverio Alvarez