La competencia es un Entre Todos

Licey y Gigantes tienen gente en el terreno de juego

Con la vuelta de la pelota los hombres (y también las mujeres) tienen donde abrevar agua limpia y las noches se dejan ganar por el deporte y abandonan un poco la bohemia.

El cambio no es brusco ni verdadero, puesto que entre inning e inning, uno que otro fanático se da su "directo al hígado". Además, aunque la serie semifinal tiene un nombre bonito y sonoro, Round Robin, otros prefieren llamarla Todos contra Todos.

Que tampoco es.

Desde que existe la nueva modalidad de draft, y los participantes se refuerzan con jugadores de los equipos perdedores, la competencia es un Entre Todos.

Se supone que ni Licey ni Gigantes, pero la verdad es otra. Los liceístas y los francomacorisanos pueden ir a los estadios y aplaudir como los involucrados, pues tienen sus representantes en el campo de juego, aunque se den reversas como la de Anderson Hernández, que es tan del Licey como Héctor Luna de las Águilas.

Es más, hasta podrían darse el gusto de decir que un equipo se impuso por el aporte de los que llegaron desde otra bandera.

De manera que, en pelota como en bebida, no se discrimina.