La gente se botó en Navidad...
Un cable de prensa internacional dio cuenta de que los dominicanos tomaron por asalto las tiendas, comprando de todo en la víspera de Nochebuena.
Que comieron y bebieron hasta saciarse, y algunos hasta el hartazgo, y eso puede comprobarse en las cifras ofrecidas por las autoridades. Envenenados con comida e intoxicados con alcohol. Además, borrachos de velocidad que quisieron volar y terminaron en un hospital.
El problema de las fiestas navideñas no fue de hambre, pues a quien no le llegó pavo, sí lechón, o pollo, que para algo se varía tanto la mesa.
Ahora, en los días siguientes, sólo queda la resaca, que tampoco es nueva y tiene muchas curas. Una sopita de fideo, o un efervescente (salt andrews o alkaseltzer), o la que está más al alcance de todos, agua con hielito. No hubo frugalidad de parte de nadie, y si alguien vio la austeridad, de seguro que le salió huyendo como si se tratara de un fantasma. Que por cierto, el amargado de Scrooge, el personaje de Dickens, nunca se apareció, y los dominicanos se las cantaron al final de diciembre con muy alta voz. Ahora a esperar que no se las lloren con lágrimas vivas al empezar enero.
Que comieron y bebieron hasta saciarse, y algunos hasta el hartazgo, y eso puede comprobarse en las cifras ofrecidas por las autoridades. Envenenados con comida e intoxicados con alcohol. Además, borrachos de velocidad que quisieron volar y terminaron en un hospital.
El problema de las fiestas navideñas no fue de hambre, pues a quien no le llegó pavo, sí lechón, o pollo, que para algo se varía tanto la mesa.
Ahora, en los días siguientes, sólo queda la resaca, que tampoco es nueva y tiene muchas curas. Una sopita de fideo, o un efervescente (salt andrews o alkaseltzer), o la que está más al alcance de todos, agua con hielito. No hubo frugalidad de parte de nadie, y si alguien vio la austeridad, de seguro que le salió huyendo como si se tratara de un fantasma. Que por cierto, el amargado de Scrooge, el personaje de Dickens, nunca se apareció, y los dominicanos se las cantaron al final de diciembre con muy alta voz. Ahora a esperar que no se las lloren con lágrimas vivas al empezar enero.