En un ratito cambiaremos de año

¿Y cambiaremos los pasos en un año que va de uno a otro? ¿Dejaremos en el olvido las cosas buenas o malas que nos hicieron, los recuerdos agradables y los momentos difíciles? Es bueno sentarse a meditar sobre si en el Nuevo Año tendremos un excelente futuro y si alguien cambiará nuestra vida. Habrá muchos que llevan de un año para otro sus recuerdos negativos aun cuando el año que llega le traerá riquezas familiares, alegrías y un nuevo manantial de oportunidades. Es correcto saber que ni lo esperado, ni lo bueno, ni lo malo cruza en pocas horas. Lo que hay que hacer, dicen los psicólogos, es poner de su parte, tratar de resolver lo que ha quedado a medio-talle, cerrar las puertas y las ventanas de la tristeza, de la negatividad y los errores cometidos. Saber que los buenos y los malos momentos no caen de una cordillera, que dar un paso adelante y otro atrás, sin pensarlo tiene sus consecuencias. Hay personas que han tenido un pasado no muy bueno y otros que sí, ya que todo depende de su personalidad o de otras personas, por lo cual las cosas que afectan a unos y a otros no caen de lo alto, sino de aptitudes que se tienen, de cómo uno recibe la aptitud de otros, etc.

Ojalá que este año que comienza nos haga pensar, con claridad, lo que haremos cuando todo a nuestro alrededor ha sido negativo, calcular cómo podremos cambiar cada cosa que no nos guste y reflexionar sobre lo que hemos sido y seguiremos siendo. Lo mejor sería pensar en lo que podremos hacer con la familia, los hijos, los amigos y todo a nuestro alrededor. Hacerlo con calma hasta que todo en un año futuro quede escrito para siempre en nuestras vidas.

Llore si quiere al recordar a los seres queridos que se han ido, pero que todavía están a nuestro lado; a esa madre de la que tiene su sangre, sus ideas, esa mujer que lo tuvo en su vientre tanto tiempo y le dio la vida; véalos desde arriba con una estrella brillante en la mirada o con ese rayo de sol que lo caliente, con esa brisa fresca o en este inviernos arropado de nieve fría y abundante. Piense, medite, reflexione con un cafecito calentito o un vaso de cerveza, con lo que quiera, pero sentado en su mecedora o caminando por el parque.

Deseo que este Año Nuevo sea recibido con fe y esperanza, llenos de nuevos planes y nuevas metas que alcanzar, bonitos recuerdos, y desde este Denver frio y nevado quiero que, a mis lectores y lectoras, la vida les sonría.

Ligia Minaya