Hay que reírse un poco

La situación actual de este país nos está produciendo mordidas de perros, picadas de avispas, tropezones con piedras muy grandes, dolores de cabeza que van y vienen, estreñimientos espasmódicos, estornudos gratuitos y una serie de otros tantos dolores que la aspirina no resuelve estos engaños. Pero... ¿nos vamos a morir de disgusto? ¡Ándale que no! Hay que seguir viviendo a pesar de los pesares y por ello hay que reír. Reírnos de nosotros mismos, de los temblores que nos da un disgusto (naturalmente, luego de mordernos las espalda), y ver y escuchar lo que dicen otros, esos que hablan disparates. Ríase cuando el moño se le desbarate, el rímel le embarra la cara, la minifalda se le suba y muestra su blumens; la verdad que eso no es aplaudible para uno mismo, pero ante tantas cosas feas, es mejor reír.

Hace unos días vi en TVE un decir de unas actrices norteamericanas que se había borrado de ahora y para siempre el maquillaje. Me reí al ver que las españolas que hacían el comentario se iban borrando el suyo. Ver hoy día, que esas mujeres importantes ponen sus caras tal como son, me gustó y me dio risa. ¿Sabes por qué? Porque desde mucho tiempo atrás, cuando yo éramos jovencitas, solo se usaba el maquillaje para ir a un cumpleaños, a una fiesta, a los bailes de Navidad o Año Nuevo, pero ir a la escuela era con la cara lavada, sin adornos, sin gargantillas, ni collares, ni anillos y solo con el uniforme muy limpio.

Me reí también de una amiga que solo habla de las enfermedades que tienen sus amigas y pregunta que uno tiene en ese cuerpo que aparenta bien de salud. ¡Ay carajo...! Hablar con alguien que no lee lo que pasa en el mundo y solo ve la TV con sus novelas, es para dejarla a un lado o al ir a visitarla reírse sin que ella se dé cuenta que nuestra risa la arropa de la cabeza a los pies. Hay que reír, reír y reír, aunque eso no nos cause risa, pero para poder seguir con vida. Ya se imaginará usted que me lee lo que hará el no-maquillaje de ahora en adelante. Habrá quien no tenga bien los ojos, ni la piel perfilada, y... ¿entonces, le seguirá los pasos a esas artistas tan importantes?

Habrá que ver lo que pasa de ahora en adelante. Si reír, si ponerse al contrario, si callarse ante todo lo que pasa en el país, si aplaudir a aquella amiga que solo habla disparates, si decir dos o tres malas palabras... ¡Ya veremos! Sin embargo, para mis creencias, reír u poco, aunque sea en silencio, nos ayudará a que el maquillaje nos llegue como nos dé la gana.

Ligia Minaya