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Ciudad Colonial
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La Iglesia de San Miguel

Una obra sencilla, al lado del barrio negro de la ciudad, de hermosa simplicidad. Por María Cristina de Carías y Cesar Iván Feris Iglesias

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Infografía

En el lugar en donde se encuentra hoy en día la iglesia de San Miguel, se levantó en el siglo XVll hacia 1750, una ermita dedicada a esa advocación.

La iglesia actual corresponde a las primeras décadas del siglo XVlll. El templo estaba localizado alrededor del barrio negro de la ciudad. Tal vez debido a este hecho, el templo se dedicó al arcángel, tan popular en la religión sincrética de los esclavos provenientes de África.

La iglesia es una sencilla solución de nave única, levantada directamente sobre los límites de la vía pública, y muy cerca de la muralla norte de la ciudad, colindante con el barrio de los canteros de Santa Bárbara.

La nave está cubierta por una bóveda de cañón corrido de sección de medio punto rebajado. Consta de tres tramos, divididos por arcos de descarga, sostenidos por contrafuertes que se aprecian al exterior de las fachadas norte y sur.

El ábside poligonal está cubierto por una semiesfera, rebajada, al igual que la bóveda de la nave. El sentido de simplicidad de líneas, la baja altura de la nave y los macizos contrafuertes, expresan las condiciones de la isla, un área sísmica y huracanada.

La nave central cuenta con dos portales laterales, uno de acceso al atrio norte del templo y la puerta sur que comunica el espacio sagrado con la vivienda curial, anexa al templo.

Las ventanas se encuentran emplazadas entre los contrafuertes. El presbiterio está sobreelevado por una escalinata de tres peldaños; en él se conservan restos de un retablo barroco con columnas salomónicas, de una sola calle que contiene la imagen del arcángel pisoteando al demonio. Esta talla en madera podría ser de finales del siglo XVll y haber pertenecido a la antigua ermita.

San Miguel, jefe de las huestes angélicas que combatieron a Luzbel, el ángel rebelde que se alzó contra Dios, proclamándose su igual. La batalla celestial, la primera entre el bien y el mal, dio al traste con las huestes rebeldes, arrojándolas del cielo para siempre. Luzbel se trasformó en un dragón para infundir temor a los ejércitos angélicos, pero no le valió de nada, San Miguel y sus Ángeles lo sometieron y lo arrojaron a la tierra. La figura guerrera de Miguel constituyó un atractivo para los africanos, quienes vieron en el ángel, la figura que los defendería de los demonios blancos.

El portal principal es de gran sencillez, y está constituido por dos pilastras de fuste plano y sencillos capiteles que sostienen un arquitrabe de gran dimensión, coronado por dos volutas que se apoyan entre sí, en la parte superior formando un tímpano triangular. Un detalle interesante que se aprecia en la fachada, es la espadaña que se desarrolla sobre uno de los contrafuertes del lado sur del templo.

La línea que limita verticalmente el edificio, muestra los tramos rectos e inclinados de los contrafuertes y el arco rebajado de la forma curva de la nave. Al sur se nota como detalle interesante, el portal realizado en ladrillo del inmueble correspondiente a la casa curial, anexa al salón del templo.

En el interior podemos apreciar una imagen sobre pedestal, localizada en el ángulo suroeste, representando a Jesús Pacientísimo, en el Pretorio de Pilatos. Aparentemente se trata de una talla de madera del siglo XVlll que enriquece el repertorio de arte sagrado del período colonial dominicano.

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