El Museo del Hombre, en el lugar que le corresponde
Palabras de Manuel García Arévalo, presidente del Voluntariado del Museo del Hombre Dominicano, en la Inauguración de la Exposición “Cemíes, dúhos y rituales aborígenes”, 12 de octubre de 2022
Los museos, ya sean de carácter público o privado, son depositarios del acervo material e inmaterial que los pueblos han creado a través de los tiempos. Muestran el devenir histórico de la humanidad y su diversidad étnica, cultural y artística. Educan en múltiples conocimientos ampliando el ámbito de la enseñanza, estimulan la creatividad y la imaginación, confiriéndole mayor valor y sentido a las señas de identidad.
A su vez, los museos proveen atractivo turístico. Sus colecciones y programas de actividad aportan mucho a la oferta turística del país. Más aún cuando se aspira convocar flujos significativos del llamado turismo cultural. Orientado éste a gente interesada en conocer la historia, los rasgos distintivos de la población y las manifestaciones artísticas y folclóricas de los lugares visitados.
El presidente Luis Abinader, consciente de la relevancia de los museos para la enseñanza básica, la investigación científica, la afirmación cultural y el desarrollo del turismo, ha planteado la pertinencia de una vigorosa coparticipación pública y privada, mediante la creación de voluntariados que colaboren con el Estado en el relanzamiento y la buena marcha de los museos ubicados en la Plaza de la Cultura y la Ciudad Colonial.
La exposición “Cemíes, dúhos y rituales aborígenes”, con la que se da inicio a la reapertura progresiva de las salas de exposiciones del Museo del Hombre Dominicano, al igual que la habilitación de la Biblioteca José Antonio Caro Álvarez, que honra al primer director y fundador de esta institución, a lo que se suma la celebración del VIII Congreso de Arqueología y Antropología dedicado al licenciado Bernardo Vega, constituyen en su conjunto un formidable ejemplo de lo que puede lograrse con la cooperación coordinada entre el Estado y el sector privado en la puesta en valor de nuestros centros museográficos.
A nombre de los miembros de nuestro Voluntariado y en el mío propio, deseamos agradecer al Señor Presidente el apoyo que, a través del Ministerio de Cultura, hemos recibido en este noble empeño que nos une, evidenciándose así con hechos reales que el cambio impulsado desde su administración, también ha llegado al Museo del Hombre Dominicano.
Queremos reconocer el patrocinio otorgado por el Banco Central de la República Dominicano, Banreservas, el Banco Popular Dominicano, el Banco BHD, el Grupo Rizek y la Fundación José Antonio Caro Álvarez.
Del mismo modo, vale consignar en la ocasión, los esfuerzos desplegados por el director general del Museo del Hombre Dominicano, Dr. Manuel Vargas Payano y la encargada de la curaduría, licenciada Miriam Orli Peña Germán, así como por la arquitecta Patricia Reid Baquero y el arqueólogo Carlos León Amores, quienes, junto a un equipo de eficientes colaboradores han trabajado con ahínco y entusiasmo en la realización de esta ilustrativa muestra museográfica de singular valor arqueológico.
La exposición y la biblioteca que hoy se abren al público, proyectan la firme determinación que anima a las autoridades nacionales para relanzar la gestión educativa y cultural que desempeñan los museos nacionales. En particular este Museo del Hombre Dominicano, que atesora tantos elementos claves de la formación multiétnica de nuestra identidad nacional, justamente en momentos históricos definitorios como los que estamos viviendo.
Conviene recalcar que durante varios años este Museo, siendo pionero en el complejo de esta Plaza de la Cultura Juan Pablo Duarte, permaneció cerrado debido a labores de remodelación de su planta física. Por ello, este paso que encaminamos hoy tiene un especial valor, pues vuelve a ocupar el lugar que le corresponde como puente de unión entre el pasado y las generaciones del presente.
Por eso esta es tarde de regocijo, máxime si se piensa que en el 2023 celebraremos con orgullo medio siglo de existencia institucional fecunda del Museo del Hombre Dominicano y que contaremos con la presencia en la primera magistratura de la nación de un hombre de talento visionario, incuestionable vocación de servicio público y fe firme en el destino singular de nuestro pueblo en estos tiempos difíciles que vive la humanidad.