Los choferes y la nueva ley

Se ha convertido en estribillo, de tanto que se repite, la expresión de que en el país no hacen falta nuevas leyes para determinados asuntos, sino que se apliquen las existentes. Parece ser verdad, si ponemos de ejemplo las legislaciones contra el dolo y para prevenir la corrupción, tantas, que es difícil que otro país pueda competir con el nuestro. Ojalá que con la flamante ley de transporte y seguridad vial no ocurra otro tanto, aunque con esta, los mayores temores son que por ser tan amplia y abarcadora resulte inaplicable. Quizás sería conveniente que se ejecute en un proceso, empezando por la liquidación de la multiplicidad de instituciones, y que los “sindicatos” choferiles, que no son tales, operen como empresas.

Nelson Rodríguez