Piratas cibernéticos a sus anchas

Nadie se ha atrevido a poner cascabel al gato

Los procesos contra los piratas cibernéticos fueron sensación en su momento, y de tantas expectativas, se pensó que por primera vez iba a darse un ejemplo.

Sin embargo, pasó el tiempo, y como ocurre siempre, se perdieron en el olvido. Aunque tuvo de bueno que no se cantó como gallo y se puso como gallina.

Desde el principio fue cosa de gallina.

Ese antecedente viene a la memoria cada vez que llegan a los medios notas que se dan por ciertas y después se descubre que son falsas.

Esos lodos, no hay dudas, provienen de aquellas aguas.

Si se las hubiera represado a tiempo, no provocaran daños que por ahora son menores, pero que luego habrá de lamentarse.

Los nombramientos de esta semana, por ejemplo.

Ninguna dependencia oficial hizo las averiguaciones de lugar, y los medios se resignaron al hecho de que nuevos peligros acechan el sano ejercicio del periodismo.

Ahora fueron tantos los huevos que la opinión pública se convirtió en una granja, pues si fuera por anécdotas, más que un libro, sería una enciclopedia de Espasa Calpe.

Dejar hacer, dejar pasar, pero ¿hasta cuándo?