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La grandeza de Casandra: terciopelo y dinamita

La Fundación Casandra Damirón Inc. publica una 1ra. recopilación de temas inéditos

SANTO DOMINGO. Tenía razón Mario Vargas Llosa al dar la clarinada acerca de que la "vieja noción de la cultura ha sido destruida". Si uno indaga en Google por Casandra, lo primero que aparece es una telenovela venezolana. Ni siquiera Casandra Damirón o aquella novela memorable de Tom Wolf, o la anterior de don Benito Pérez Galdós.

A contrapelo de la frivolidad en que hemos convertido todo lo que tiene que ver con los premios a los cuales la gran artista dominicana presta nombre; más allá de que alguna cantante de tercera quiera usurparle el título de Soberana, la Fundación Casandra Damirón Incorporada acaba de dar un paso importante en el rescate de los verdaderos aportes culturales que hizo la sin par intérprete, con la publicación de un álbum discográfico titulado "Casandra 'La Soberana de la Canción' Colección 50/60".

A 7 años de su centenario, sería bueno que se comenzara a pensar en grande en el recate de quien, como pocas personalidades del arte, define tan prístinamente lo puro dominicano.

Nacida en Barahona, el 12 de marzo de 1919, la intérprete de "Salve de monte adentro", "Campanitas de cristal" o "Rosas para ti", sustentó su carrera artística en un amor serio y profundo hacia el folclor dominicano. En uno de sus viajes a Francia, en unión de su conjunto de Danzas Folclóricas Estilizadas, un periodista francés escribió de ella: "Casandra Damirón no es una soberana; es una emperatriz de la música. Su estilo es tempestuoso y delicado al mismo tiempo; terciopelo y dinamita".

De bolero en bolero

Su esposo, Luis Rivera, un músico de extraordinaria altura, compositor, arreglista y director de orquesta, fue su compañero en la vida y en el arte. A su talento se debieron muchos de los éxitos de Casandra y, de hecho, 13 de los 15 temas incluidos en el nuevo álbum discográfico son de la autoría del propio Rivera. Se trata de un grupo de boleros escritos entre 1946 y 1958, que se mantenían grabados e inéditos en poder de sus descendientes.

"Más de la mitad de esos temas fueron compuestos en Cuba, donde papá vivió doce años, trabajando once años de ellos junto a Ernesto Lecuona. De hecho, hay que decir que papá le arregló las zarzuelas "Lola Cruz" y "El sombrero de yarey", expresó en conversación con Diario Libre su hijo Checheo Rivera.

Inconformidad

A una pregunta acerca de inconformidades externadas acerca de la figura de Casandra y su manejo denmtro de los premios, Rivera aclaró: "La semana antepasada tuvimos una reunión en Acroarte donde la familia enfatizó su inconformidad por el poco valor que dentro del montaje del espectáculo y del evento se le da a la persona de Casandra, en quien fue inspirado el premio. Esa inconformidad se ha extendido a un análisis que se ha hecho sobre el contenido y el montaje del premio, que, de cierto tiempo acá, viene apartándose de los objetivos y de la historia de la premiación. Allí dejamos un documento in extenso con informaciones sustentadas de nuestros puntos de vista, y la directiva de Acroarte y el Comité Ejecutivo quedaron en analizarlo y reunirse nuevamente con la familia", dijo.

Importantísimo

Según supo DL extraoficialmente, el permiso otorgado por la familia, que sustentó el registro de los nombres de marca, del premio, en Onapi, se vencen el 30 de junio próximo.

Los días que quedan son propicios para que ambas partes se pongan de acuerdo en que el evento vuelva a tener la visión de premiar las más puras manifestaciones del arte contemporáneo; entre otras cosas que no se entreguen estatuillas a invitados, como quiere la familia. La premiación es para premiar la hoja de vida de los artistas.

La Fundación Casandra Damirón tiene entre sus proyectos una suite Casandra, basada en su obra, compuesta por Alex Mancilla, de la cual saldrá un ballet. Así como una biografía, a cargo de Huchi Lora. Y el rescate de otros artistas dominicanos de la época que se han ido olvidando.