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Un pintor y su reto

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Un pintor y su reto

Jorge Adrados es un artista plástico oriundo de Valladolid, España, que se mudó a Santo Domingo, por tiempo limitado. ¿El propósito? Cumplir un reto. Alquiló una pieza en la Ciudad Colonial y durante cuatro meses debía haber trabajado bastante para montar una exposición. Así que ‘Latidos' se inaugurará este 6 de febrero con al menos 19 cuadros en Casa de Teatro.



P. ¿Hay un código o lenguaje que defina su estilo como artista?

R. Durante mi formación académica trabajé distintos estilos: realismo, la figuración... pero luego conocí a otros artistas que trabajaban la abstracción y me influyeron; eso hizo que investigara y ahondara un poco más en otros lenguajes. Desde que expongo, hace 25 años, siempre me ha gustado la abstracción y con el tiempo me he encaminado hacia una abstracción muy lírica, más que desde un lenguaje narrativa, trabajo desde un lenguaje más poético: desde las sensaciones.

P. Con lo mucho que abarca la poesía, ¿qué transmiten sus pinturas?

R. Lo que intento es que sugieran, que te pongas frente al cuadro y sientas más que veas. Porque cuando comienzo un cuadro en blanco comienza una danza, un diálogo que no sé muy bien a dónde lleva. En acrílico por mucho que yo controle está en manos del azar porque el agua va por dónde quiere ir, así que es como un romance entre los colores y yo.

P. Entonces, ¿qué es Latidos?

R. Lo que he buscado son latidos de la calle, la gente, el movimiento, la ciudad, los colores, la música... latidos, también, porque es mi sentir, el posicionarme ante todo esto y ver qué sensaciones y qué sentimientos se me daban para expresarlos luego.

Las pinturas estarán a la venta y las ganancias serán destinadas a la Fundación Casa de Teatro, para trabajar con niños desfavorecidos. Latidos se podrá visitar hasta el 4 de marzo de 2015.

 


P. Ya terminó el plazo, ¿qué tal fue?

R. Ha sido un maratón: poco tiempo y mucha presión. En mi país tardo mucho más porque el secado es diferente, y los materiales. Allá no funciono con esa presión de una fecha. Lo que he hecho es un reto importante porque en cuatro meses debía pintar mucho como para llenar una sala, así que me encerré en estas cuatro paredes entre 14 y 18 horas diarias de pintar.