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Perspectivas de la cultura dominicana en 2017: riesgos y tentaciones

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Perspectivas de la cultura dominicana en 2017: riesgos y tentaciones
Estudiantes de música, en un momento de ensayo. El Ministerio debe potenciar las escuelas de Bellas Artes. (FUENTE EXTERNA)

SANTO DOMINGO. El Ministerio de Cultura se enfrenta este año a uno de los riesgos más serios desde su existencia: dejar de existir.

Mediante la Ley 41-00, de fecha 28 de junio del año 2000, fue creada la Secretaría de Estado de Cultura como instancia de nivel superior, encargada de coordinar el Sistema Nacional de Cultura. Si la memoria no falla, fue en el 2006, a los dos años de que José Rafael Lantigua estuviera al frente de la Secretaría, en que en el reordenamiento institucional del presidente Leonel Fernández, fue convertida en Ministerio de Cultura, con lo cual la cultura alcanzó un sitial merecido dentro de la política del Estado dominicano.

En el pasado mes de octubre el escritor Pedro Vergés fue designado ministro, en sustitución del cantautor José Antonio Rodríguez.

Una triunfalista nota de prensa fue enviada la pasada semana, en ocasión de los primeros cien días.

Analicemos. Vergés fue designado faltando días para el más importante evento de la cultura dominicana. Le cayó en las manos como papa caliente. Y pudo salir airoso, aunque entró con ambición de cambios y comenzó por cambiar el sentido de la Feria Internacional del Libro, centrándola en en el libro y la literatura, lo cual trajo consigo que la vitrina que era el evento para todas las manifestaciones del arte, astillara los cristales.

Según ha dicho el nuevo ministro, este año 2017 la feria va a ser solamente dedicada al libro, por lo que seguramente durará menos días, costará muchísimo menos dinero y será con muchísimo menos participación popular. Lo cual visto fríamente no es malo.

En la pasada feria Vergés cedió al ex ministro José Antonio Rodríguez la entrega del Premio Pedro Henríquez Ureña, distanciándose de la decisión que había tomado un jurado y que Rodríguez refrendó.

Un affaire, una torpeza

Uno de los más sonados tropiezos que el nuevo ministro ha tenido en estos cien días ha sido el affaire Escuela Ñico Lora, donde olímpicamente se deshizo -sabe Dios por recomendación de qué oscuro funcionarillo- del extraordinario maestro Juan Colón y de otros profesores. Y sí fue verdad que mandaron a cerrar la escuela, solo que no esperaban que la repulsa fuera tan ciclónica y Johnny Ventura tronara junto a otros artistas de primer nivel. Así que tuvieron que recoger pita, armar -como es usual- una comisión, nombrar nuevo director, e ir arreglando sobre la marcha la metida de pata, dentro de lo cual hay algo positivo -hay que reconocer- y es que pasará a ser gratuita.

La nota de prensa de los cien días menciona que se ha evaluado el programa de Proyectos Culturales, de cara a la cuarta convocatoria, este año. Según fuentes que solicitaron el anonimato, los proyectos del año 2016 fueron congelados y no están en operación. Esto ha permitido que la nueva incumbencia de la cartera recentralice el presupuesto y pueda operar libremente a sus antojos.

Si no fuera cierto sería un éxito que Vergés diera continuidad a una de las medidas, acaso la más importante, tomada por Rodríguez al democratizar y descentralizar el presupuesto, con el consabido beneficio hasta de las provincias más remotas.

La triunfalista nota de prensa se refiere a que “se definieron las primeras acciones para incorporar la educación cultural y artística en los planes docentes de las escuelas -con énfasis en la tanda extendida- así como en la formación del equipo docente”.

En un trabajo publicado hace pocas semanas, nos preguntábamos acerca de la conveniencia de firmar otro acuerdo con el nuevo ministro de Educación, si se tiene en cuenta que el pasado mes de junio los exministros de Cultura y Educación ya habían firmado uno en el cual habían estado trabajando durante mucho tiempo técnicos de ambos ministerios, esto significa que “las primeras acciones” habían sido definidas mucho antes. En fin, comisiones y firmas van y vienen.

Por una política cultural estable

Según informaciones, las cuatro Noches Largas de los Museos se han vuelto a quedar en una sola al año por decisión del actual ministro. Es verdad que según la Unesco se celebra una sola, pero estas noches tenían su sentido, porque servían para demostrar a los bancos la capacidad de los museos para generar ingresos y llevar gente a ellos. Todo eso para lograr el fideicomiso de los museos. Una idea excelente para poner la necesaria reingeniería en cuanto a mantenimiento, renovación de la museografía, y su reingeniería general. Pero, según parece, esto también está en peligro, porque a la nueva cartera no le gusta.

Se hace imprescindible que la política cultural que define el gobierno tenga continuidad y no que cada vez que haya un incumbente nuevo, todo cambie de manera drástica.

Este año hay que estar atentos. El gran peligro es que desaparezca el Ministerio de Cultura y se convierta en una dirección más del Ministerio de Educación, como es el deseo de muchos tecnócratas del gobierno, que consideran que la cultura es un peso más para el presupuesto, cuando en realidad es generador de riquezas espirituales y también económicas.

Eso sería el entierro de la institucionalización del sistema cultural, y con él de los sueños de cientos de trabajadores de la cultura que día a día laboran en todos los puntos de la geografía nacional.

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